A escasas horas del encuentro en Lima entre Perú y Venezuela por las Eliminatorias al Mundial Sudáfrica 2010, un recuento de las victorias ‘blanquirrojas’ sobre la ‘Vinotinto’ como locales nunca cae mal.
La historia no lo es todo. De hecho, este sábado desde las 8:30 de la noche en el Monumental, no serán lo peruanos de antes los que jueguen, sino los de ahora, en los que ya pocos creen.
Sin embargo, dicen siempre que la camiseta pesa. Y eso lleva a recordar triunfos, alegrías obtenidas ante los llaneros, que ahora son favoritos.
La última vez que Venezuela piso suelo nacional se fue con la cabeza gacha, con el rabo entre las piernas, con un 3-1 que llevó a Perú a pelear su clasificación a cuartos de final de la Copa América 2004, jugada en tierras nuestras. Fue un 9 de julio.
Un mes y tres días antes, la cita había sido por las Eliminatorias a Alemania 2006. Ese fue un empate feo, sin goles, sobre todo porque siguió a la espectacular victoria peruana en Uruguay por 3-1 en Montevideo.
Antes, el 16 de agosto de 2000, Maturana dirigía a Perú en las Clasificatorias. Con gol del ‘Chorri’ Palacios, los nacionales derrotaron 1-0 a Venezuela.
Si seguimos retrocediendo, en la época de Oblitas, Perú enfrentó a Venezuela cinco veces, dos en Lima, dos allá y una en Bolivia. Ganamos en cuatro ocasiones. Una fue en 1999, en Matute. En un amistoso de vuelta (en el de ida, ellos ganaron 3-0), con goles de Solano, Soto y Pizarro, los del ‘Ciego’ se impusieron exactamente por el mismo resultado.
Y en las Eliminatorias para Francia, el 4-1 del 10 de noviembre de 1996 fue tan sentenciante para los llaneros.
No vamos a ir más atrás. Está muy claro que conforme retrocedemos más, Perú siempre fue muy superior a Venezuela. Lógico, las realidades eran otras.
Estas cambian de acuerdo al contexto. Y hoy el contexto indica que Venezuela es superior. Los años pasan, las cosas cambian, pero la historia siempre perdurará, sobre todo para darnos esperanza.
NOTA: Que quede claro que el texto no afirma que por historia Perú derrotará a Venezuela. La intención es recordar los buenos momentos. Es lógico que con ellos no se gana en el presente y futuro.