El canciller José Antonio García Belaunde aclaró que la ratificación de convenios pesqueros realizada por los presidentes de Chile y Ecuador “no tiene mayor efecto sobre el proceso” por los límites marítimos en la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
Recalcó que el Perú no desconoce la validez de dichos acuerdos, pero establece “su verdadera naturaleza”, es decir, que no implican tratados limítrofes.
Indicó, además, que la declaración de los presidentes Rafael Correa y Sebastián Piñera, emitida el pasado viernes, no es distinta a la suscrita anteriormente por el mandatario norteño con la ex presidenta Michelle Bachelet.
“No tiene mayor efecto sobre nuestro proceso (en La Haya), que además va por otra vía”, dijo al sostener que el Perú nunca puso en duda la validez de los acuerdos de 1952 y 1954, no obstante remarcó que no se puede atribuir que estos sean tratados de límites formales.
“Nadie ha desconocido la validez de eso, lo único es que hay quienes pretenden convertirlos en tratados de límites formales y nosotros establecimos cuáles son su verdadera naturaleza (…)”, agregó.
Los presidentes de Chile, Sebastián Piñera, y de Ecuador, Rafael Correa, suscribieron el viernes pasado una declaración conjunta en Quito a través de la cual, ambos países ratificaron la vigencia de convenios marítimos de 1952 y 1954.
Los dos convenios mencionados en la declaración son usados por Chile para sostener que ya existen fronteras marítimas con Perú, sin embargo, el gobierno peruano considera que estos documentos se refieren sólo temas pesqueros.
Debilidades de Chile en el arte militar
Las operaciones militares de la otrora Guerra del Pacífico en 1879, dejó entrever la tendencia de la estrategia chilena, esto es, el conseguir sus objetivos mayormente sobre la base de una aplastante superioridad militar sobre su adversario, quedando en un plano bastante secundario la capacidad estratégica de sus operaciones. Como dato anecdótico en apoyo de esta afirmación, basta ver cómo en el golpe militar de Pinochet para derrocar a Allende, los sublevados lanzaron contra el minúsculo grupo que acompañaba al asesinado presidente, una aparatosa ofensiva que recurrió a bombardeo aéreo, unidades blindadas y batallones del ejército contra el desguarnecido Palacio presidencial.
La relativa pobreza estratégica y táctica del pensamiento militar chileno, queda en evidencia cuando en la guerra que sostuvo contra el Perú, su superioridad mayormente material, sufrió seriamente el embate de un Miguel Grau que con un pequeño barco como el Huáscar, puso en jaque durante seis meses a una flota varias veces superior en blindaje y poder de fuego, y otro gran marino como Villavicencio tuvo la hazaña de romper doblemente el férreo bloqueo naval chileno sobre Arica, o un Cáceres, quien consigue en Tarapacá una victoria sobre el invasor, a pesar de contar sólo con tropas con poco entrenamiento y casi sin apoyo de artillería.
Puede afirmarse que la abismal superioridad militar chilena en la Guerra del Pacífico, de haberse empleado con probada efectividad, debería haber conseguido la derrota del Perú en mucho menos tiempo de lo que le costó a Chile lograr hacerlo. Y una vez más, un ejército que se sentía vencedor y provisto de armamentos y efectivos, cuando ya el Perú había sido derrotado, sin embargo, se encontró por momentos en apuros, al ser combatidos por las exiguas fuerzas de Cáceres en la campaña de la Breña.
Así, el Perú lejos de dejarse abrumar por un sentimiento de inferioridad, definitivamente debe cobrar conciencia que en la aciaga Guerra de 1879, si bien fuimos los vencidos, Chile no pudo acreditar ninguna figura sobresaliente que se compare con las de Grau, Villavicencio, Bolognesi, Cáceres y tantos otros más. Es más, apenas trece años antes del artero ataque de Chile, era el Perú quien salvaba a ese país de la amenaza de la intervención militar de España, gracias a la capacidad peruana al enfrentar y derrotar a la flota española en el Combate del Dos de Mayo de 1866. Esta capacidad del Perú en saber afrontar difíciles situaciones militares, en las que suele demostrar singular destreza y coraje, se vio por demás confirmada, cuando el mundo al unísono, quedó asombrado ante el éxito de una impecable operación militar como la de Chavín de Huántar, operación que no pocos la compararon con el rescate de Entebe llevado a cabo por las fuerzas israel La información general que tienen de los tanques peruanos refiere que la mayoría estarían paralizados por falta de repuestos y mantenimiento, pero los informes de inteligencia les han reportado que se trata de un engaño diseñado para presentarse disminuidos, en el sentido de que “no es cierto que los T-55 peruanos se caen a pedazos mientras caminan”, como han difundido ciertos medios periodísticos peruanos.
Los citados servicios tienen información reveladora de que los T-55 han sido repotenciados a niveles de un tanque T-80 e incluso T- 82, y que estos tanques modificados nunca han sido exhibidos en los desfiles, donde se muestran solo “los que echan humo como Guerra preventiva” peruana contra Chile
CHILE NOS ATACARA POR GAS Y AGUA!
Posibilidades de una agresión chilena
Panorama crítico actual del Perú en el terreno de las armas
Ing. Carlos Manuel Profeta
Son innumerables los problemas que hoy afronta el Perú: una aguda crisis institucional, clamorosa deficiencia en los servicios públicos, débil presencia del Estado en considerables zonas del territorio nacional, seria inestabilidad política, escasez crónica de trabajo, amenaza de un estallido social, rebrote terrorista, etc.
Tales problemas están lejos de estar en vías de solución, pero lo que es peor, peligrosamente convergen todos ellos en la generación de otra crisis aún de mayor gravedad: una presumible confrontación con Chile, país que como en la otrora Guerra del Pacífico del siglo XIX, justamente aprovecharía para sus fines expansionistas la seria situación de inestabilidad y debilidad en que hoy se encuentra el país.
Es claro que la urgencia de los aspectos señalados de la problemática nacional, exigirán no sólo ingentes recursos económicos, sino que demandarán dilatados períodos de tiempo para su solución. Pero la posibilidad de una confrontación política y militar con Chile, acusa un grado de perentoriedad aun mayor, ya que lo más serio de ella es que casi no queda tiempo para conjurarla. Es más, sobre la base de la experiencia de la pasada Guerra del Pacífico en 1879, puede decirse que una segunda derrota del Perú, aparte del trauma doloroso de la humillación de ser vencidos y sufrir posibles nuevas amputaciones territoriales, irrogará al país no solamente colosales pérdidas materiales y económicas, sino que generará una profunda quiebra moral del ser nacional. Puede afirmarse que la cuantía de las pérdidas materiales superarán astronómicamente los recursos que el Perú requerirá hoy en día, para fortalecer su actual debilidad militar. Pero algo más grave será el efecto de la postración psicológica en que quedaría la nación, que restaría prácticamente su total capacidad de recuperación y menos aún, superar la actual problemática socioeconómica señalada en líneas anteriores.
Ambiciones chilenas
Puede asumirse que el armamentismo en el que a ojos vista se ha embarcado Chile, está orientado a metas concretas de orden geopolítico. Ya el general Augusto Pinochet, en un ensayo de su autoría y desde la misma perspectiva, anunciaba como básico propósito de Chile, el alcanzar el dominio sobre el Pacífico Sur. Agréguese a este testimonio, dos factores adicionales: la urgente necesidad chilena de fuentes energéticas, Vg. gas de Camisea y de Bolivia, y los recursos hídricos en el sur-andino peruano-boliviano para la desértica zona norteña chilena. Chile además parece haber sido designado por el neo-imperialismo norteamericano, como el subgendarme de turno para una suerte de reordenamiento del subcontinente sudamericano, un reordenamiento de acuerdo a los intereses de Estados Unidos.
Actualmente hay serias limitaciones que le impiden al Perú afrontar tal amenaza bajo el presente gobierno. Pueden señalarse varios factores al respecto:
1) La sistemática política del régimen de debilitar e incluso desprestigiar a las Fuerzas Armadas, 2) La increíble influencia del lobby chileno, cuya penetración en las más altas esferas del régimen actual es más que evidente, 3) La influencia negativa de los intereses del grupo israelita que rodea al gobierno del Presidente Toledo, del cual se presume que no pocos de sus miembros sean compradores intermediarios de armas, 4) Puede asumirse un interés en Washington, bajo la actual Administración del presidente Bush, para que el Perú no rompa el esquema geopolítico de un Chile como polo reordenador de Sudamérica, v) Imposibilidad real de que el Perú disponga de tantos recursos económicos como para equiparar las inversiones militares del rearme chileno.
En 2006 Chile estará expedito para atacar a nuestro país
Superioridad militar chilena buscará una confrontación de una duración lo más corta posible
Hay otro aspecto que el país debe tener muy en cuenta. Chile se apresta a nuevas elecciones políticas, por lo que próximamente contará con un nuevo gobierno, lo que le permitirá disponer de todo un período de gobernabilidad suficiente, en el cual Chile estará expedito para una acción de agresión contra el Perú -o simplemente ejercer una política de amedrentamiento- que bien podría contar con el apoyo interesado de los Estados Unidos. La confrontación bélica de darse y dada la abrumadora superioridad militar chilena, será de una de duración relativamente corta.
Otra consideración que debe tener muy en cuenta el Perú, es que dado que el plan armamentista chileno debe estar ya próximo a su conclusión, aquello le impone a Chile el utilizar su flamante maquinaria militar, en un término no mayor de un lustro (que podrá contarse al entrar en funciones el nuevo gobierno chileno que sea elegido), dado que el rápido avance de la tecnología militar, expondrá a dicha maquinaria a resultar pronto obsoleta, además que Chile no puede dejarle opción alguna al Perú, para fortalecer su actual debilidad militar.
Debilidades de Chile en el arte militar
Las operaciones militares de la otrora Guerra del Pacífico en 1879, dejó entrever la tendencia de la estrategia chilena, esto es, el conseguir sus objetivos mayormente sobre la base de una aplastante superioridad militar sobre su adversario, quedando en un plano bastante secundario la capacidad estratégica de sus operaciones. Como dato anecdótico en apoyo de esta afirmación, basta ver cómo en el golpe militar de Pinochet para derrocar a Allende, los sublevados lanzaron contra el minúsculo grupo que acompañaba al asesinado presidente, una aparatosa ofensiva que recurrió a bombardeo aéreo, unidades blindadas y batallones del ejército contra el desguarnecido Palacio presidencial.
La relativa pobreza estratégica y táctica del pensamiento militar chileno, queda en evidencia cuando en la guerra que sostuvo contra el Perú, su superioridad mayormente material, sufrió seriamente el embate de un Miguel Grau que con un pequeño barco como el Huáscar, puso en jaque durante seis meses a una flota varias veces superior en blindaje y poder de fuego, y otro gran marino como Villavicencio tuvo la hazaña de romper doblemente el férreo bloqueo naval chileno sobre Arica, o un Cáceres, quien consigue en Tarapacá una victoria sobre el invasor, a pesar de contar sólo con tropas con poco entrenamiento y casi sin apoyo de artillería.
Puede afirmarse que la abismal superioridad militar chilena en la Guerra del Pacífico, de haberse empleado con probada efectividad, debería haber conseguido la derrota del Perú en mucho menos tiempo de lo que le costó a Chile lograr hacerlo. Y una vez más, un ejército que se sentía vencedor y provisto de armamentos y efectivos, cuando ya el Perú había sido derrotado, sin embargo, se encontró por momentos en apuros, al ser combatidos por las exiguas fuerzas de Cáceres en la campaña de la Breña.
Así, el Perú lejos de dejarse abrumar por un sentimiento de inferioridad, definitivamente debe cobrar conciencia que en la aciaga Guerra de 1879, si bien fuimos los vencidos, Chile no pudo acreditar ninguna figura sobresaliente que se compare con las de Grau, Villavicencio, Bolognesi, Cáceres y tantos otros más. Es más, apenas trece años antes del artero ataque de Chile, era el Perú quien salvaba a ese país de la amenaza de la intervención militar de España, gracias a la capacidad peruana al enfrentar y derrotar a la flota española en el Combate del Dos de Mayo de 1866. Esta capacidad del Perú en saber afrontar difíciles situaciones militares, en las que suele demostrar singular destreza y coraje, se vio por demás confirmada, cuando el mundo al unísono, quedó asombrado ante el éxito de una impecable operación militar como la de Chavín de Huántar, operación que no pocos la compararon con el rescate de Entebe llevado a cabo por las fuerzas israelitas.
Posibilidades del Perú ante un nuevo 1879
Las disquisiciones anteriores llevan a señalar que ante tal peligro, las medidas urgentes que deberá asumir el Perú, solo podrán empezar a materializarse a partir del 2006, ya que pese al escaso tiempo que queda por delante, es imposible y hasta inconveniente realizar acciones concretas bajo el actual gobierno, por las razones ya expuestas, especialmente el estar infestado por la influencia de lobby chileno. Claro está, que lo que sí cabe hacer de inmediato y a marchas forzadas, es el abocarse con una discreción que linde con el secreto, a que las Fuerzas Armadas estudien rigurosos planeamientos de estrategias, juegos de guerra, listado de las más avanzadas tecnologías militares y mercados más accesibles así como de las necesarias adquisiciones de acuerdo a nuestras posibilidades, o a la evaluación de los niveles de operatividad deseables en centros como el SIMA de la Marina y los dedicados al arma aérea y armamento terrestre.
Otro aspecto que debe irse llevando a cabo desde ya, es estudiar al interior de cada una de las ramas de las Fuerzas Armadas, el cómo dotar al país de un eficiente Servicio de Inteligencia que ajeno a los vaivenes de la política, cumpla su rol de mantener informado con oportunidad al país, no sólo de los aprestos de Chile en su expansión armamentista, sino tanto o más, identificando la posible existencia de una verdadera quinta columna chilena insertada en el seno de nuestra sociedad, que incluso pueda estar valiéndose de factores como el terrorismo, el narcotráfico amén de la influencia disociadora de corte ideológico de partidos sectarios.
Objetivo primordial de geopolíticos chilenos
Resulta inquietante el reclutamiento en el vecino país de agrupamientos que enarbolan la bandera de supuesta nación aymara
Cabe enfatizar aparte el significado que pueden traer aparejados ciertos episodios que han empezado a ocurrir recientemente, como es el violentismo que emerge en hechos como la asonada de Ilave, Puno, hecho al que pronto sucedió otro de similar naturaleza en Bolivia, en una zona en que como en Puno, prima la etnia aymara.
En ese entonces se escucharon algunas voces que atribuían la agitación a supuestos agentes chilenos, rumores que por otro lado se pueden conjugar con informaciones aunque no confirmadas, de que en el tradicional desfile militar chileno marchan entre los efectivos militares, agrupamientos que enarbolan la bandera de una supuesta nación aymara.
Podía ser que tales voces e informaciones no pasen de ser meros rumores sin mayor fundamento real, pero lo que resulta inquietante es que de confirmarse tales hechos, el Perú y Bolivia podrían estar frente a una situación similar a la que sufrió Checoslovaquia en 1938, al ser invadida por Alemania bajo el pretexto de supuestos maltratos de los entonces llamados Sudetes, esto es, grupos poblacionales de ascendencia alemana. Lo que no hay que perder de vista es que las zonas que mayormente habita la etnia aymara, comprenden precisamente el sur del Perú y el oeste boliviano, zona que como se ha señalado anteriormente estaría siendo considerada como objetivo primordial por los geopolíticos chilenos.
Las medidas concretas, propiamente dichas, como se ha dicho, sólo podrían tener lugar a partir del 2006, asumiendo que no se haya dado una interrupción en el ejercicio del actual gobierno constitucional. Es imprescindible que el nuevo régimen suscriba un claro compromiso nacional, que asegure una amplia apertura del gobierno ante el estamento militar, que asegure un trabajo y colaboración solidaria tanto con éste como con aquellos órganos de la sociedad civil, aunados a este esfuerzo de conjurar la amenaza que representa el armamentismo chileno, permitiendo una rápida corrección de los incalificables descuidos del régimen del Presidente Toledo.
Programa de reconstrucción militar del país
Cabe señalarse algunos lineamientos tentativos que caracterizaría a ese programa de reconstrucción de la capacidad militar del país:
a) El Perú, obviamente, no puede aspirar a equiparar el potencial bélico actual de Chile, ya que no tiene ni el tiempo necesario ni los necesarios recursos económicos como los utilizados en el rearme chileno. Pero lo que sí debe lograrse, es reducir en el grado necesario, la actual disparidad de nuestro poderío militar frente al de Chile, esto es, una reducción que baste para poner en jaque aquella estrategia chilena de un aplastamiento masivo. Se habrá conjurado así las opciones de Chile de poder ejercer una presión disuasiva sobre la integridad y destino del Perú.
b) La estrategia general del Perú, por las naturales limitaciones en tiempo y recursos, necesariamente no tiene mayor alternativa que el audaz planeamiento de una estrategia que utilice a plenitud, la capacidad de destreza, profesionalismo e intrepidez que el Perú ha demostrado en no pocas de las acciones militares en las que ha intervenido. En otras palabras, dada la ventaja visible de Chile al haberse dedicado durante años a los aprestos militares que conocemos, la opción fundamental del Perú es centrar su estrategia y toda su capacidad bélica, en lograr el poder ofensivo necesario para un golpe tan súbito como totalmente inesperado a la maquinaria militar chilena, tanto en el mar como en el aire y en tierra. Pretender una mera posición defensiva ante el aparato bélico chileno, es contar desde ya con una derrota anunciada.
No olvidar las lecciones
de la historia
c) Podría decirse que así como la operación Chavín de Huántar fue la única opción válida de las Fuerzas Armadas del Perú, frente al intento terrorista de un secuestro masivo, operación que como ya se señaló, evidenció una capacidad militar que evoca aquella de Entebe que realizó Israel, igualmente, la única alternativa factible para el Perú ante el peligro de la agresión chilena, es estar en condiciones de lanzar aquella ofensiva total centrada en un único primer golpe, como asimismo se vio obligado Israel en su legendaria campaña de los Seis Días frente al coalición de naciones árabes.
d) Entre las primeras medidas hay que proceder a la repotenciación del actual armamento naval, terrestre y aéreo, que así permita contar con cierta fuerza de contención ante la embestida militar chilena. Obviamente será más que necesario complementar aquellos equipos repotenciados, con nuevas adquisiciones, sin embargo, el énfasis debe orientarse hacia las más avanzadas tecnologías militares, especialmente en el área de comunicaciones y de la electrónica, de modo que se logre, por lo menos en algunos sectores de nuestras fuerzas armadas, alcanzar una clara superioridad, especialmente en campos en los cuales el Perú ha mostrado siempre una reconocida competencia, Vg. el arma submarina, la aérea y la misilería.
Acciones colaterales
de apoyo
La capacidad operativa del Perú a través del terreno diplomático, ha sufrido una increíble merma, al haber sido infestado dicho sector por un grave proceso de politización de la más baja estofa. La crisis en la efectividad de nuestra diplomacia resulta de extrema gravedad, ya que no podemos engañarnos respecto al hecho, de que en el mundo actual la agresión es prácticamente un asunto virtualmente permisible, por ende, si un país es víctima del abuso de algún expansionismo político y militar, ninguna nación, ni grupos de naciones, ni siquiera las propias Naciones Unidas como institución mundial, se tomarían mayor trabajo en intervenir con efectividad en la defensa del país afectado.
Afirmar hegemonía del Perú en el Pacífico
Urge profundizar nuestra reconciliación con Ecuador, acercamiento con Brasil y captación de grandes inversiones
El Perú frente al mundo contemporáneo, mundo que nos guste o no, se globaliza día a día, con el régimen actual, no solo ha carecido de una visión política de conjunto, sino que ha descuidado con negligencia sin igual, el afirmar la presencia del país en el Pacífico, especialmente frente a naciones como China, que en unas pocas décadas superará la hegemonía económica de Estados Unidos, o en Japón, país que dada la absurda por no decir torpe posición del gobierno del Presidente Toledo, solo ha conseguido privarnos del tradicional y amplio apoyo japonés al Perú.
El país no puede seguir desconociendo ni un momento más, la crucial importancia que tiene para nuestro desarrollo futuro, el gozar de una posición geográfica privilegiada, al ser la puerta más cercana en el subcontinente sudamericano, frente al Pacífico y al vertiginoso desarrollo de Oriente.
En cuanto al mundo sudamericano, urge profundizar al máximo nuestra reconciliación con Ecuador, país al que siempre utiliza Chile para oponerlo al Perú. Otro país cuyos designios son de especial conveniencia para nosotros, es el Brasil, ya que somos paso obligado del comercio brasilero con el Oriente y el de este hacia ese país. Además, un sistemático trabajo de acercamiento con Brasil, amén de los beneficios en el orden de desarrollo económico, podría resultar un buen apoyo al agudizarse nuestros problemas con Chile.
Movilización del profesionalismo de la diplomacia
De otro lado, la clamorosa negligencia actual y ausencia de claros rumbos de nuestra política exterior, asiste impávida e inerte ante el intensivo lobby de la diplomacia chilena, la cual no vacila en esfuerzo alguno en apoyo de sus metas, de las cuales no pocas van en detrimento nuestro.
En términos generales el Perú debe propiciar una política sumamente dinámica de captación de grandes inversiones productivas foráneas, no sólo por su contribución a la creación de nuevas oportunidades de trabajo, sino que indirectamente los gobiernos de los países inversionistas podrían dar cierto apoyo al Perú en el caso de una conflagración con Chile, no por altruismo sino como medida precautoria en defensa de sus propias inversiones.
Se impone así una intensa movilización del profesionalismo de la diplomacia peruana, que se abocaría a un doble propósito. De un lado y contando con una visión muy clara de los objetivos y metas que más convienen al país, robustecer las relaciones internacionales con Europa, Asia y los Estados Unidos, relaciones indispensables para nuestro desarrollo económico. De otro lado, el juego diplomático peruano debe crear una animadversión ante Chile, simulando que frente a la amenaza de una agresión suya, solo estaríamos buscando hipotéticas mediaciones de otros países, ocultando así que la verdadera defensa del Perú será nuestra preparación intensiva para una ofensiva relámpago como se señaló en líneas anteriores, en tanto Chile persista en sus agresivos planes.
¡320 TANQUES CHILENOS APUNTAN CONTRA PERÚ! ESPECIALMENTE A TACNA
Tanques T-55 peruanos siguen siendo un dolor de cabeza para chilenos
No creen en versión de que “se caen a pedazos mientras caminan”, y que se trataría de una ‘cortina de humo’ para confundirlos
Alentados por los 600 millones de dólares que recibirán este año procedentes del 10% de las utilidades de las ventas de cobre chileno en el 2004, han programado la compra de un nuevo lote de 100 tanques Leopard II, de segundo uso, reciente generación, y fabricación holandesa, que se sumarán a los 220 Leopard I y Leopard II que ya poseen.
De ejecutarse la compra, romperán a su favor el equilibrio estratégico en el arma de tanques que mantenían con el Perú, la misma que se profundizará si añaden la compra de un nuevo sistema de misiles antitanques exclusivo para el frente norte.
Las otras previsiones bélicas, en el marco del Plan HV-3, consideran otras adquisiciones y otros parques militares orientados a los frentes Cordillera Bolivia y Cordillera Argentina, cuyos detalles son mantenidos bajo siete llaves, es decir en el absoluto secreto.
La preocupación de los estrategas geopolíticos militares de Chile respecto a sus tanques Leopard I y Leopard II, a pesar de ser modernas y de alcance y potencia altamente destructivas, tienen algunas dificultades como la exigencia de contar con cuatro operadores, mientras que los T-55 peruanos, de manufactura rusa, solo necesitan tres.
Desde el punto de vista de la maniobrabilidad, la presencia de esta cantidad de operadores resta agilidad al equipo humano encargado de la operación de estos tanques. La conclusión de los estrategas chilenos es que los T-55, a pesar de su antigüedad, siguen siendo muy competentes y de un poder de fuego temible.
Estratagema
La información general que tienen de los tanques peruanos refiere que la mayoría estarían paralizados por falta de repuestos y mantenimiento, pero los informes de inteligencia les han reportado que se trata de un engaño diseñado para presentarse disminuidos, en el sentido de que “no es cierto que los T-55 peruanos se caen a pedazos mientras caminan”, como han difundido ciertos medios periodísticos peruanos.
Los citados servicios tienen información reveladora de que los T-55 han sido repotenciados a niveles de un tanque T-80 e incluso T- 82, y que estos tanques modificados nunca han sido exhibidos en los desfiles, donde se muestran solo “los que echan humo como las carcochas del parque automotor limeño”.
Contradicciones
Algunos analistas dudan de que Perú tenga versiones del T-80, porque este necesita un motor con turbina de gas GTD-1250 de 1250hp, que es cara y compleja, por lo tanto inaccesible para institutos militares con economía de crisis como la peruana.
Los analistas especialistas en el arma de tanques manejan la variable “tiempo de vida” de las unidades T- 55, las que de acuerdo a la fecha de sus adquisiciones, ya estarían en el límite de sus existencias, y creen que por ese factor, a estas alturas ya no tendrían un buen estabilizador de tiro y ni adecuado visor nocturno.
Asimismo, los técnicos militares chilenos que han estudiado el T- 55 aseguran que su velocidad y el alcance de su munición calibre 105 es 750 metros inferiores a las del Leopard I que tiene Chile, por lo que se inclinan en aceptar que en el arma de tanques están en mejores posiciones que sus vecinos del norte.
Expectativas
Donde los analistas chilenos se muestran preocupados es en cuanto al poder misilístico antitanque peruano, que es un secreto bien guardado y que no creen las versiones interesadamente difundidas de que las fuerzas armadas peruanas no tienen el parque suficientemente para responder a un masivo ataque aéreo.
De acuerdo a reportes difundidos por la prensa mapochina, la intención inicial de comprar 500 tanques Leopard I (también se les llama 1-V) se redujo a 204 Leopard 1- V y 60 AMX, operación que fue concretada en la década pasada.
Asimismo, los estrategas chilenos están promoviendo la compra de nuevas flotas de helicópteros de combate y un moderno sistema de misiles antitanques que responda a la sospecha de un hipotético poder militar peruano en esta arma, que sigue en veremos.
A criterio de los analistas militares, estas carencias definen un desequilibrio de Chile con sus vecinos, pero esto sería totalmente superado con la próxima inversión de 700 millones de dólares en adquisiciones que se proyectan hacer hasta el año 2014, fecha en que Chile sería la segunda potencia militar, en el continente sudamericano.
ARMAMENTISMO CHILENO..OBEDECE A PLAN CONTRA PERU, BOLIVIA Y ARGENTINA
Armamentismo chileno responde a ejecución de plan bélico “VH3”
Estrategas geopolíticos consideran que deben tener un poder de fuego superior a Perú, Bolivia y Argentina
La cúpula militar chilena, ocupada desde fines de la década del 70 del siglo XX por militares identificados con la estrategia geopolítica expansionista diseñada por el ex gobernante, general EP Augusto Pinochet Ugarte, está convencida de que en un futuro inmediato o mediato tendrá que enfrentarse bélicamente a Perú, Bolivia y Argentina, de allí la denominación de VH3.
“Patagonia chilena”
Los estrategas geopolíticos chilenos han llegado a esta hipotética conclusión, luego de analizar que un conflicto expansionista contra Bolivia derivaría necesariamente en un enfrentamiento con Perú, y, a la inversa, un enfrentamiento contra Perú podría dar lugar a una confrontación guerrera con Argentina.
Por esta razón creen que deben tener un poder de fuego superior en cantidad y calidad a los tres países agrupados en la fórmula VH3. Es decir, aspiran a la superioridad terrestre, naval y aéreo.
En sus pronósticos bélicos no han renunciado al sueño de recuperar lo que ellos llaman la “Patagonia chilena”, aparentemente cedida en forma indebida por gobiernos del siglo pasado a Argentina, a pesar de que entre los dos países ya hubo, a finales del siglo pasado, la superación de toda reclamación mediante la intervención del inolvidable Papa Juan Pablo II.
Variable Malvinas
En la base de esta hipótesis chilena está la Variable Malvinas, es decir la experiencia de firme solidaridad que mostraron las fuerzas armadas peruanas con sus pares de Argentina, cuando este país se embarcó en una guerra con Inglaterra por la recuperación de las islas argentinas Las Malvinas, que Inglaterra denomina Islas Falkland.
En aquella gesta, el Perú puso a disposición de Argentina su flota de los entonces modernos y flamantes aviones Mirage 2000 e incluso pilotos peruanos a bordo de estas mortíferas naves participaron en varias operaciones contra las fragatas inglesas.
Este es un capítulo aún no revelado in extenso por las autoridades militares peruanas, pero es un hecho innegable, porque así lo confirmaron los estrategas militares del continentes que siguieron paso a paso las incidencias del conflicto que finalmente fue dirimido a favor de Inglaterra.
Temor a pacto
La intervención de la aviación de guerra peruana fue posible gracias a la receptividad favorable de los integrantes del segundo gobierno de Fernando Belaunde Terry, que tuvo la virtud de no desoír el llamado de ayuda del gobierno militar argentino de la época.
Los cálculos militares chilenos consideran que entre las fuerzas armadas argentinas y peruanas hay no solo lazos de solidaridad demostradas en la guerra de la Malvinas, sino que habría además pactos secretos, que los obligarían a socorrerse mutuamente en caso de uno de ellos tenga hipotéticamente que ser amagado por el poder bélico chileno
las carcochas del parque automotor limeñitas
No compres ni consumas productos chilenos
Solo compra productos que el codigo de barras empiese por el numero 775
PERUANO, has patria, mata un chileno ¡ya! (Degollalo)
Alejandrina tu, viva el ¡PERU!
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