PPK: “Nosotros sí seremos un gobierno eficiente»

PPK PRESIDENTE

Emotivo encuentro en Tacna Heroica.

Líderes de la Alianza por el Gran Cambio

Siguen gira por el sur en Moquegua y Arequipa.

Tacna, 14 de enero.- El candidato de Alianza por el Gran Cambio, Pedro Pablo Kuczynski tuvo hoy en Tacna un emotivo encuentro con estudiantes, pequeños comerciantes, líderes regionales, a quienes expuso los lineamientos de su plan de gobierno.

También rindió un homenaje al prócer de la independencia, Francisco Antonio de Zela, en un significativo acto ante el monumento de esa figura histórica para los tacneños. El 20 de junio de este año se conmemora el bicentenario del primer grito de libertad de Zela en Tacna.

TENEMOS LAS SOLUCIONES

En declaraciones a los periodistas, PPK aseguró que su fórmula presidencial es la más indicada para gobernar nuestro país con soluciones y no con meras promesas.

Kuczynski dijo que el Perú necesita con urgencia un gobierno eficiente. “No podemos perder tiempo con promesas. Hay que hacer cosas, hay que hacer cambios, porque tenemos un gobierno poco eficiente, medio lentón y que va postergando las cosas”, enfatizó el candidato.

En otro momento deslindó con declaraciones de algunos dirigentes de Perú Posible, que ahora tratan de negarle méritos como ministro de Estado. “Fuimos nosotros, el personal bajo mi gestión en el MEF los que logramos, con muchísimo esfuerzo, mejorar la economía en el país. Hay quienes se quieren lucir con nuestro trabajo. Yo les digo, no pierdan tiempo y más bien trabajen en buscar sus propios méritos”, declaró.

También se refirió a las tachas contra su candidatura. “ Es que hay que ver quien lleva las tachas para darse cuenta que motivos puede tener”, comentó.

Luego del homenaje a Zela, PPK estuvo en la Universidad Privada de Tacna donde conversó con estudiantes de la facultad de Derecho y les hizo una exposición de su plan de gobierno.

Anoche, tan pronto llegó a la Ciudad Heroica, Pedro Pablo Kuczynski se reunió con los representantes de casi 100 asociaciones de comerciantes exportadores de la zona franca de Tacna, quienes le hicieron llegar una serie de inquietudes entre ellas la falta de beneficios laborales y una pensión de jubilación.

PPK aseguró que la solución a esta problemática viene con la formalización del empleo “aunque la formalización sea una palabra que espanta al pequeño empresario y al pequeño comerciante porque ve el cuco de la SUNAT que aparece por ahí, y dice por qué yo voy a pagar impuesto sino voy a recibir nada. Pero eso lo podemos cambiar, y eso lo hacemos reduciendo impuestos, obligando a las grandes empresas que pongan a todos en planilla, los services que paguen Essalud y creando un seguro de desempleo para todos los nuevos trabajadores”

AGUA E INDUSTRIAS PARA TACNA

Otra medida que se deberá implementar para que Tacna renazca es a través de la industrialización.

“Tenemos que hacer un plan de industrialización para Tacna. Eso incluye implementar el abastecimiento de agua, energía y buscar actividades nuevas para esta región”, comentó el candidato, quien estuvo acompañado por los dos integrantes de su plancha presidencial, el líder cusqueño Máximo San Román y Marisol Pérez Tello. También los acompañó en estas actividades la presidenta del PPC, Lourdes Flores Nano.

Por otro lado reconoció que uno de los principales problemas que padecen los tacneños es la falta de agua. “Hay que implementar el proyecto del túnel, que ya está construido, para traer más agua aquí. Hay que llenar la laguna de Aricota. Hay que buscar fuentes del otro lado de los andes, para hacer un trasvase aquí, sino vamos a vivir en un desierto”

Pedro Pablo Kuczynski y los líderes de la Alianza estarán mañana en Moquegua y el domingo en Arequipa.

Unos 3,000 visitantes recorrieron, en el 2010, el Santuario Nacional de los Manglares de Tumbes

MANGLARES DE TUMBES

Unos 3,000 visitantes, entre nacionales y extranjeros, recorrieron el Santuario Nacional de los Manglares de Tumbes, en el extremo norte peruano, durante el último año, informó el jefe de este atractivo natural, Edgar Vicuña.

Destacó que de dicha cifra la mayoría corresponde a turistas nacionales (entre un 70 y 80 por ciento) y lo restante a extranjeros, principalmente de Ecuador, país fronterizo cuyos pobladores suelen llegar con frecuencia a Tumbes.

“Los ecuatorianos vienen por las playas tumbesinas y antes de retornar aprovechan para visitar los manglares”, manifestó a la Agencia Andina.

En general, en 2010 hubo un incremento de visitas turísticas del orden 20 por ciento respecto a 2009. Para este año se espera un crecimiento similar o mayor, lo que dependerá básicamente del asfaltado de las vías de acceso.

Según indicó, existe el compromiso del nuevo gobierno regional de asfaltar las vías Zarumilla – Puerto 25 y Zarumilla – El Bendito, puertas de entrada del santuario. Actualmente sólo hay trochas carrozables difíciles de cruzar cuando llueve.

Destacó el caso particular de El Bendito, único centro poblado ubicado en la zona de amortiguamiento de los manglares, que tiene un enorme potencial y en el último año mejoró su organización para atraer más visitantes.

“Está ubicado estratégicamente y tiene una playa virgen, la primera desde que se inicia el territorio peruano por el norte. Sus pobladores han formado un comité y promueven un circuito turístico enlazado a un operador de Tumbes”, mencionó.

Sostuvo que otra de las metas de 2011 será fortalecer la seguridad con los comités de seguridad ciudadana instalados en los ingresos por las vías de acceso, con apoyo de la Policía Nacional y los gobiernos locales.

Batalla de Miraflores y el niño héroe Manuel Bonilla. 15 de enero de 1881

NIÑO HEROE MANUEL BONILLAEl 15 de enero se conmemora la batalla de Miraflores, ocurrida en 1881, que es ejemplo del valor de la burguesía limeña, la cual, pese a no tener preparación militar, peleó hasta las últimas consecuencias contra la rapiña chilena, cuyo ejército había premeditado la guerra de latrocinio décadas antes.

Como se sabe, el Perú tenía una organización militar débil, que en parte se debió a la falta de visión de los políticos de la época que tenían el poder de decisión para preparación y adquisición de armamento, quienes cometieron la torpeza de creer que Chile es país hermano y que nunca atacaría. Su imbecilidad la pagamos todos los peruanos. Chile nunca fue ni será país hermano, sólo buscó, busca y buscará parasitar lo que el Perú posee.

Tras la caída de la línea de San Juan, donde nuestro Ejército tuvo considerables bajas, el gobierno mandó a preparar la segunda línea de la defensa en el distrito de Miraflores.

Hasta los reductos llegaron militares y civiles para enfrentar al enemigo invasor a pesar de conocer la ventaja numérica y logística que tenía el ejército chileno. Fue en esos momentos donde se acentúo con mayor coraje nuestra dignidad nacional.

Por ello abogados, médicos, artesanos, ingenieros, alumnos de San Marcos, bomberos, vecinos de Miraflores e inclusive niños como el héroe Manuel Bonilla, lucharon gallardamente hasta empuñar la última bayoneta.

Manuel Fernando Bonilla, héroe de la batalla de Miraflores. Los peruanos derrotados en la primera línea de defensa de la capital, en San Juan, se prepararon para contener a los invasores en la segunda línea de Miraflores.

Allí, en el reducto número 3, integrando el batallón número 6, Bonilla, en calidad de proveedor de municiones, al ver que su jefe Coronel Narciso de la Colina «se subió sobre el parapeto de su reducto para animar a sus soldados… abrió sus brazos y cayó para no levantarse», en ese preciso momento corrió sin vacilar para tomar el fusil y seguir atacando, con valor y audacia.

Lamentablemente fue herido. Sin embargo, aunque sangrando, redobló su valentía para arremeter con heroísmo, hasta que la explosión de una granada destrozó completamente su cuerpo.

Nació en el Callao en 1868. Cuando estudiaba en el Colegio Nacional de Nuestra Señora de Guadalupe estalló la guerra con Chile, y los invasores después de haber vencido en la campaña del sur, avanzaban incontenibles sobre Lima.

Contagiado por el ejemplo de sus mayores, de los profesores y alumnos guadalupanos, solicitó su inclusión en la reserva. Aunque al principio se resistieron a aceptarlo, fue uno de los 280 combatientes del reducto número 3 ubicado en la chacra «La Palma!», cuando recién tenía 13 años de edad.

Sobre esta gesta, es interesante este artículo de Aldo Mariátegui:

¡Gloria a Miraflores!

Aldo Mariátegui, Correo, enero 2010

En estos días celebramos un aniversario más de la Batalla de Miraflores, de las pocas terrestres que vale la pena recordar de esa infausta guerra, junto a la épica Arica, el pírrico triunfo deTarapacá y la injusta derrota de Huamachuco.

En el Perú se suele denigrar todo lo que suene a burguesía y clase media republicana del siglo XIX, a todo lo “blanco limeño”, seguramente a causa de los ácidos escritos de González Prada, las caricaturizaciones de Segura y Pardo y Aliaga o las jeremiadas de Basadre, leyenda negra reforzada por historiadores rojos como Pablo Macera, Heraclio Bonilla o Nelson Manrique.

Pero en Miraflores fue ese sector (enrolado en la Reserva) el que se batió como un león junto con los restos del ejército de línea, y que casi derrota a los chilenos, quienes sufrieron su más alto número de bajas (más de dos mil, el 25% de sus combatientes en esa jornada) de todos los enfrentamientos de la guerra.

Allí el estereotipo del limeñito frívolo, blando e irresponsable quedó por los suelos, pues lo que sobraron fueron cojones. Allí no hubo esas vergonzosas deserciones masivas de la previa San Juan o el desorden infantil del Alto de la Alianza, Los Ángeles o San Francisco. Allí tuvimos niños héroes (13 años) como Manuel Bonilla. Allí cayeron los dos hijos adolescentes de Bolognesi y el joven vástago del diplomático Lavalle que casi evitó la guerra. Si la ignorancia no fuese pasto en nuestro país, muchos sabrían que muchos apellidos de calles (Ribeyro, Ugarriza, De la Colina, Tenaud, Casimiro Ulloa, Montero Rosas, De los Heros, De la Jara, Cavenecia, Badani, Chariarse, Terán, Lund, Vivanco, Amézaga, Dañino, Barrón, Torres Paz, Manuel Díaz, Seguín, Arrieta, Valle Riestra, Arias Aragüez, Lembcke, Delhorme) corresponden a civiles que murieron defendiendo desesperadamente a su pequeña ciudad-balneario: comerciantes, jueces, abogados, profesores, colegiales, universitarios, artesanos, viejos, jóvenes, niños… También varios hijos de la colonia italiana ofrendaron sus vidas por su adoptivo Perú.

Lo curioso es que la batalla comenzó por error, pues se había establecido una tregua hasta la medianoche y Piérola se hallaba en negociaciones -dicen que a punto de firmar la rendición, abrumado por la debacle de San Juan- a las dos de la tarde con el cuerpo diplomático en la hacienda Schell cuando unos peruanos abrieron fuego sobre el general chileno Baquedano al verlo hacer un reconocimiento cercano, lo que desató una inesperada lucha generalizada. Los chilenos avanzaron, mientras que el capturado Huáscar y el blindado Cochrane bombardeaban a la ahora bien llamada “Ciudad Heroica” de Miraflores.

La defensa peruana se basaba en siete reductos, ubicados desde casi el acantilado hasta Monterrico, por donde ahora discurren las avenidas Benavides y Primavera. Sólo pelearon cuatro de ellos: 5,500 peruanos contra 8,000 chilenos. Y sólo el sector derecho nacional llevó sobre sí el peso de la batalla.

A las cuatro de la tarde parecía que la victoria era de los miraflorinos y los chilenos ya se planteaban la retirada a Chorrillos. Pero el ala izquierda peruana -que debió bajar desde Surco y Ate- abandonó a los que combatían y la escasez de hombres y municiones decidió la suerte a favor de los sureños. Todo finalizó a las seis de la tarde con 3,000 bajas locales.

Como bien escribió el testigo Casimiro Ulloa: “De toda la Reserva (estos civiles enrolados en el heroico Batallón 6) no había peleado sino una división y sin embargo había contenido al enemigo durante más de una hora ella sola. De 8 mil hombres no habían peleado más de 1,500. Once batallones (el ala izquierda) no habían hecho un tiro”.

¡VIVA MIRAFLORES, CARAJO!

La Batalla de Miraflores en las palabras de Manuel Layseca

BATALLA DE MIRAFLORES

Por Ernesto Linares*

La batalla de Miraflores se llevó a cabo el sábado 15 de enero de 1881 y fue el último enfrentamiento armado antes del ingreso del ejército chileno a la capital. En esta batalla se recuerda el sacrificio de los ciudadanos de Lima por la defensa de su patria, pues fueron los batallones que integraban estos ciudadanos, los de Reserva, los que más destacaron en la batalla, así como también los batallones de infantería de marina.

A pesar que esta batalla fue más corta, con menor fuerza entre los contendientes y menor número de bajas que la batalla de San Juan y Chorrillos, es más recordada que esa gracias a los testimonios que dejaron los combatientes peruanos sobre aquella acción, en mayor cantidad que los de la batalla de San Juan.

Los partes oficiales peruanos de las batallas de San Juan y de Miraflores recién fue publicada el 15 de enero de 1884 en el diario El Comercio, pero la primera versión peruana de la batalla de Miraflores fue publicada en 1881, en el periódico El Orden, cuando fue publicado, por partes, desde el 7 al 24 de marzo, el opúsculo “Lo que yo ví. Apuntes de un reservista sobre las jornadas de 13 y 15 de enero de 1881” de Alberto Ulloa Cisneros, periodista, quien estuvo presente en la batalla de Miraflores como ayudante del estado mayor del Ejército de Reserva. Antes, en el mismo periódico, el 3 de marzo, había sido publicado la carta de Nicolás de Piérola a Julio Tenaud, Jefe del Estado Mayor del Ejército de Reserva, que si bien habla de toda la campaña de Lima, específica que Piérola no ordenó la movilización de las pocas tropas del Ejército de Reserva en Vásquez durante la batalla de Miraflores.

Los partes oficiales publicados por El Comercio referente a Miraflores fueron: el del general Pedro Silva, Jefe del Estado Mayor General de los Ejércitos; el del coronel Ambrosio Jesús del Valle, Sub jefe del Estado Mayor General de los Ejércitos, y el del sargento mayor José E. Diez, Jefe de la batería Alfonso Ugarte. También en el diario La Tribuna fue publicado, por fragmentos, desde el 17 hasta el 24 de marzo de 1884, un parte oficial del general Pedro Silva pero con anotaciones y comentarios diversos, más extenso y detallado que el publicado en El Comercio. También un parte oficial de Pedro Silva, ubicado en el Archivo Velarde, fue publicado por Jorge Ortiz Sotelo en su obra “Apuntes sobre la Batalla de Miraflores”.

Después de la versión de Alberto Ulloa, no fue publicada otra versión peruana de la batalla de Miraflores hasta el 15 de enero de 1884, cuando los periódicos El Comercio, La Tribuna y El Callao publicaron artículos de la batalla con datos proporcionados por los sobrevivientes de la batalla. En el siglo XX todavía aparecieron otras versiones: la carta del coronel Pereyra publicada por Alejandro Montani en su libro “Artículos Militares”; la de Domingo Gamio, en el periódico El Tiempo del 15 de enero de 1915; la de Ramón Ribeyro, en el periódico Ultima Hora del 15 de enero de 1916, y la de Manuel Layseca, que a continuación reproducimos en este post, en el periódico La Crónica el 15 de enero de 1928; la de José Torres Lara en su folleto “Recuerdos de la Guerra con Chile (Memorias de un distinguido). La batalla de Miraflores” en 1911; la de Manuel Gonzales Prada en “Impresiones de un Reservista”; los artículos publicados en El Comercio en 1944 por Manuel Elguera; el Memorándum de Belisario Suárez publicado por su descendiente Rómulo Rubatto; las Memorias del Mariscal Andrés A. Cáceres y una biografía del general Juan Buendía, presuntamente escrita por él mismo, en donde se refiere a su actuación en Miraflores.

Algunos notas sobre la batalla de Miraflores

La línea peruana de Miraflores se extendía por la derecha desde la orilla del mar, en donde actualmente se encuentra Larcomar, hasta Ate Vitarte por la izquierda. En esta línea se ubicaban 8 reductos, el primero de los cuales estaba ubicado en los alrededores de lo que hoy es el hotel Marriot y el último en la hacienda Mendoza. La batalla se llevó a cabo sólo en el sector de Miraflores.

Después de la batalla de San Juan y Chorrillos, el Ejército de línea peruano se reorganizó la noche del 13 de enero de 1881, reforzado por los batallones Guarnición de Marina y Guardia Chalaca, quedó organizado en la línea de defensa de Miraflores en 3 Cuerpos del Ejército, cada uno con 2 divisiones. El 1.° Cuerpo estaba al mando del coronel Andrés A. Cáceres, el 2° Cuerpo al mando del coronel Belisario Suárez y el 3°, al mando del coronel Justo Pastor Dávila. El 1° Cuerpo estaba ubicado desde la orilla del mar y se prolongaba hasta un poco más allá del reducto N.° 2, el 2.° Cuerpo entre los reductos N° 2 y 3, y el 3° Cuerpo entre los reductos N.° 3 y 4.

Además estaba el Ejército de Reserva, al mando del coronel Juan Martín Echenique, dividido en dos cuerpos: el 1.° al mando del coronel provisional Pedro Correa y Santiago y el 2.° al mando del coronel temporal Serapio Orbegozo. El 1° Cuerpo tenía sus batallones N.° 2, N.° 4, N.° 6, N° 8, N.° 10, N.° 12, N.° 14 y N.° 16 distribuidos en los reductos N.° 1, N.° 2, N.° 3…. hasta el N.° 8 respectivamente. El 2° Cuerpo estaba ubicado en Vásquez, actualmente Ate Vitarte, y aparentemente contaba sólo con 5 batallones y no los 11 que se mencionan en diversos estudios (1).

El efectivo del Ejército de línea Peruano era: coronel Cáceres, 3,602 hombres; coronel Suárez, 2,240 hombres; coronel Dávila, 2,761 hombres; caballería, 547 hombres, y batería Alfonso Ugarte, 180 hombres (2), pero el general Pedro Silva afirma que la fuerza que efectivamente se batió eran 7 mil del ejército activo y 1,500 del ejército de reserva, en total, 8,500 hombres (3). Las fuerzas chilenas eran casi 20 mil hombres pero tampoco no todos se vieron involucrados en la batalla.

El inicio de la batalla fue de lo más casual y ninguno de los bandos estaba preparado. Esto se dio porque estaban en tregua hasta la medianoche y el ejército chileno estaba ordenando sus fuerzas delante de la línea peruana. Aparentemente empezaron las fuerzas peruanas porque los chilenos estaban bien cerca, se dispararon uno o dos tiros contra el general Manuel Baquedano, Jefe del Ejército chileno, y se generalizó el fuego, a pesar de las ordenes peruanas de alto al fuego, mientras las fuerzas chilenas almorzaban. Al mismo tiempo, el Dictador Nicolás de Piérola estaba en un almuerzo con Petit Thouars, Stirling, Labrano, jefes navales de Francia, Inglaterra e Italia respectivamente, y con los Ministros de las Legaciones extranjeras (4).

Las bajas peruanas fueron, según el José F. Vergara, Ministro de Guerra y Marina en campaña de Chile, no menos de 1,500 muertos (5), mientras que según Spenser St. John, Ministro Plenipotenciario de Inglaterra y quien estuvo almorzando con Piérola al inicio de la batalla, las bajas chilenas fueron de 3 mil y las peruanas fueron de 4 mil en San Juan y relativamente menores en Miraflores (6). Ricardo Palma dice que los Las bajas chilenas si son específicas en la batalla: 31 jefes y oficiales muertos, 118 jefes y oficiales heridos, 502 soldados muertos y 1622 heridos (7).

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