Alejandro Toledo Manrique: «Candidato Pinocho»

María Cecilia Villegas Otero*

Si el candidato Toledo hubiese cumplido durante su primer gobierno la promesa que hizo de mejorar la educación, hoy día no podría ofrecer «precios estables», porque los peruanos, al haber recibido una mejor educación, sabrían que en una economía moderna, global y de mercado el gobierno no puede garantizar «precios estables». Toledo se aprovecha de la necesidad de los peruanos más pobres para sostener que un gobierno puede estabilizar los precios de los alimentos.

Analicemos un poco la posibilidad de «precios estables». En una economía de mercado, los precios son determinados por la oferta y la demanda. Es importante entender que la oferta y la demanda no están limitadas al entorno nacional. En un mundo globalizado, como en el que vivimos, los precios de los productos dependen del precio internacional de los insumos. Si sube el precio del petróleo, sube la gasolina, sube el flete y, por lo tanto, sube el precio de los productos en el mercado. Si sube el precio internacional del trigo, sube como consecuencia directa el precio del pan. Ya sea en el Mercado Central, en un supermercado en Chorrillos o en una panadería en Miraflores. ¿Cómo entonces plantea el candidato Toledo estabilizar los precios? ¿Será que estaría pretendiendo subsidiar el precio del pan? ¿De la leche? ¿De la papa? ¿Del pollo? Y de ser el caso, ¿este subsidio se aplicaría a nivel nacional? Entonces, ¿el candidato Toledo está ofreciendo subsidiar indiscriminadamente a ricos y a pobres?

Si no es a través de subsidios, ¿cómo pretendería hacerlo? El crecimiento económico que viene experimentando el Perú está basado en una economía de libre mercado acompañada de reformas estructurales implementadas a principios de los 90 por el gobierno del presidente Fujimori. Los gobiernos posteriores han tenido la visión de mantener las reformas económicas fujimoristas, y con ello contribuir al crecimiento económico y al desarrollo del país. Dentro de una economía de mercado, donde operan la oferta y la demanda, que un candidato presidencial ofrezca «precios estables» es no sólo incomprensible, sino inaceptable. ¿Estaría Toledo proponiendo modificar la Constitución para cambiar el modelo económico? ¿O se trataría sólo de una oferta populista para regresar a Palacio? Puede que la educación del Perú sea la peor de Latinoamérica, a pesar de haberles duplicado los sueldos a los maestros durante su gobierno, pero eso no le da derecho al candidato Toledo a tratarnos como ignorantes. A los mentirosos, candidato Toledo, les crece la nariz, como a Pinocho.

*Abogada

LLM Duke University

MIPP SAIS Johns Hopkins