Cumplía prisión perpetua por delitos de lesa humanidad por el asesinato de miles de personas.
El ex dictador Jorge Rafael Videla, que gobernó Argentina durante la sangrienta dictadura militar de entre 1976 y 1983, murió este viernes a los 87 años en Buenos Aires, informaron medios locales.
Videla cumplía una condena de prisión perpetua por delitos de lesa humanidad durante un gobierno militar que es acusado de la tortura y asesinato de cerca de 30.000 personas. El martes pasado, Videla se había negado a declarar ante el Tribunal Oral Federal 1 en el marco del juicio por el Plan Cóndor.
La unidad sanitaria del pabellón donde se encontraba alojado determinó que estaba en condiciones de declarar ante el tribunal. Ante las preguntas de la fiscalía, Videla se negó a hacerlo. Se autodeclaró como un «preso político» y aseguró haber sufrido una «crisis de memoria».
Videla permanecía en el pabellón de condenados por delitos de lesa humanidad en el Penal de Marcos Paz, tras la sentencia que recibió el 5 de julio de 2012, cuando se lo sentenció a cincuenta años de prisión luego de que el tribunal que lo juzgó lo encontrara culpable por el delito de secuestro y sustracción de identidad a menores de edad.
Videla encabezó el golpe militar del 24 de marzo de 1976 como jefe del Ejército. La junta militar estuvo compuesta por el almirante Emilio Eduardo Massera, por la Armada, y el brigadier general Orlando Ramón Agosti, por la Fuerza Aérea. El 29 de marzo asumió la Presidencia de la Nación, que ocuparía hasta ser reemplazado por Roberto Eduardo Viola en 1981.
Tras la recuperación de la democracia en 1983, fue juzgado y condenado a prisión perpetua y destitución del grado militar dos años después por numerosos crímenes de lesa humanidad cometidos durante su gobierno. El 22 de diciembre de 2010 fue condenado a prisión perpetua en cárcel común por el caso conocido como UP1 en Córdoba.
El 5 de julio de 2012, fue condenado a 50 años en prisión por encontrársele responsable penalmente por el secuestro sistemático de neonatos y niños. En ese mismo juicio, el Tribunal Oral y Federal N° 6, a cargo de María del Carmen Roqueta, unificó las tres sentencias anteriores en una pena única de reclusión perpetua en cárcel común.
El año pasado, el ex militar y presidente de facto confesó en el libro Disposición final, del periodista Ceferino Reato, el asesinato de más de 7000 desaparecidos.
En dicho reportaje, Videla admitió que el gobierno militar mató «a 7000 u 8000 personas» y que sus cuerpos se hicieron desaparecer «para no provocar protestas dentro y fuera del país».
«Para no provocar protestas dentro y fuera del país, sobre la marcha se llegó a la decisión de que esa gente desapareciera», dijo. Y añadió: «Cada desaparición puede ser entendida, ciertamente, como el enmascaramiento de una muerte».
«No había otra solución. Estábamos de acuerdo en que era el precio a pagar para ganar la guerra contra la subversión y necesitábamos que no fuera evidente para que la sociedad no se diera cuenta», relató.