Por el Dr. James Gregory Delaney (California, 2008).
Hay toda clase de slogans políticos. Todos ellos están diseñados para poner un mensaje en las vacías cabezas de tantas personas como sea posible. Y cuando el mensaje es recibido y la Gente se «ilumina», entonces se toman acciones y ocurre el cambio político. No es muy sorprendente que los Enemigos de la Humanidad traten siempre de monopolizar los medios de comunicación, para que aquellos slogans sean suavizados y sus propios lemas y mensajes salgan a engañar al mundo y a traicionar a la Gente.
En tiempos modernos, esos Engañadores han promovido sus propios slogans como «Libre Comercio» o «Ciclo Normal de Negocios» o «Todos Somos Inmigrantes», a fin de poner ideas falsas en las vacías cabezas de las personas que confían en ellos y creen sus palabras.
Por ejemplo, en 1914 los banqueros prometieron que si les dábamos la autoridad para prestarnos de vuelta nuestro propio dinero con cobro de intereses, ellos se asegurarían de que nunca habría ninguna quiebra bancaria ni inflaciones ni depresiones. Después de todo, ellos nos aseguraron que no se podía confiar en los políticos para que imprimieran el dinero sino sólo en los banqueros, quienes entienden cómo apropiarse hasta del menor centavo si ellos tuviesen tal poder. Y de esa manera, las vacías cabecitas en el Congreso creyeron que a la gente más avara y más despiadada del mundo se le podía confiar nuestra riqueza, y dieron a los banqueros la Estafa Bancaria de la Reserva Federal, la más grande fuente estable de ingresos del mundo, para que la poseyeran.
Se requirieron sólo quince años para que los banqueros limaran todas las asperezas y el Sistema Bancario de la Reserva Federal estuviera trabajando suavemente. Entonces, una vez que ellos estuvieron confiados en que todo estaba en su lugar, ellos y sus parientes en Wall Street tramaron el Colapso Bursátil de 1929 y la Gran Depresión. Durante la Gran Depresión, mientras millones de personas pasaban hambre y eran arrojados a la pobreza, los banqueros engordaron y fueron capaces de comprar fábricas y negocios a muy bajo precio, de modo que sus grandes familias también pudieran hacer mucho dinero una vez que ellos las habían traído de todas partes como «oprimidos inmigrantes» de Europa del Este. Una vez que las fábricas estuvieron de manera segura en las manos de sus parientes, los banqueros pusieron aquellas fábricas a trabajar, haciendo ricos a sus parientes con el material de guerra para la Segunda Guerra Mundial.
Después de todo, nada hace más dinero para un banquero que una guerra, salvo, por supuesto, dos guerras, o tres o más de tres. Corea, Vietnam, y la actual guerra interminable contra los enemigos de Israel no hacen sino hacer más dinero. Sí, las guerras matan y mutilan a millones de personas y causan un sufrimiento inimaginable, pero ellas son realmente maravillosas fuentes de dinero para los banqueros y sus parientes en la manufactura y la venta al por menor. Oy, pero qué ganancias, ¡usted no lo creería!.
Tales guerras nunca fueron diseñadas para ser ganadas ni para poner un final a las supuestas «causas» de tales guerras, porque las guerras que nunca se ganan deben ser luchadas por siempre. Y las guerras interminables crean ganancias interminables para aquellos monstruos avaros y despiadados de Wall Street, y las hinchadas criaturas cuentan sus ganancias en los bancos.
Actualmente, los banqueros han sido capaces de chantajear y sobornar a los traicioneros congresistas para que les permitan despojar y saquear a la Gente y destruír nuestro país. Después de todo, cuando la Gente comprende que estamos siendo defraudados, tendemos a agitarnos contra aquellos que nos defraudan. Entonces, para asegurarse de que los banqueros estén a salvo, los sobornados políticos promueven la inmigración de extranjeros para desposeernos de nuestro país, del mismo modo como los banqueros nos han desposeído de nuestra riqueza. Después de que los banqueros han transportado nuestras plantas manufactureras hacia el extranjero para gran ganancia de ellos, y después de que ellos han rematado nuestras casas puesto que ya no tenemos empleos para pagar la hipoteca, el siguiente paso es vender aquellas casas rematadas a los extranjeros a quienes los banqueros han hecho ricos dándoles nuestros empleos.
Pero esos esquemas se explican porque las enormes cantidades de dinero que los banqueros afirman que existen en el país, de hecho son simplemente ilusiones de los libros de cuentas de un banquero. Si usted cobra un interés de un 50% sobre un dólar, aquello hace un dólar y medio. Incluso aunque el dólar exista, el interés no existe. Se trata solamente de la creación de un banquero mediante un truco de contabilidad. Lo mismo es verdadero con los billones de dólares que supuestamente están en circulación hoy. La mayor parte de ese dinero no existe de hecho, porque es sólo una entrada en un libro de cuentas, pero no dinero real.
Y entonces, ¿cómo puede un banquero vender las casas vacías que él ha adquirido truculentamente de la Gente si no hay suficiente dinero para comprarlas? La Gente no puede comprarlas porque no tenemos empleos. Nuestros empleos fueron enviados a India y China y Méjico y cada otro lugar donde los banqueros y sus parientes pueden sacar ganancia de la mano de obra barata. Y así, nuestras casas son vendidas a los extranjeros e inmigrantes que tienen trabajos completos que pueden permitirse comprarlas, pagando intereses, a los banqueros, porque ellos les dieron nuestros empleos.
Pero aún así, los libros de cuentas afirman que el país le debe a los banqueros mucho más dinero que el que realmente existe, porque el interés por un préstamo siempre crea la impresión de que se debe más dinero que el que fue tomado prestado. Y cuando aquel interés es compuesto, los simples números exponencialmente hacen la falsa afirmación de que todo en el mundo se le debe a los banqueros y que estamos endeudados con ellos. Como una varita mágica que da a su poseedor el mundo entero, el interés por un préstamo da a los banqueros (en la teoría y en el papel) toda nuestra riqueza gratis. Y para que los banqueros se apoderen de nuestra riqueza, todo lo que tenemos que hacer es estar de acuerdo en que sus estafas son honestas y que estamos en deuda con ellos.
De este modo, ¿qué ha de hacer un pobre banquero muerto de hambre cuando él «posee» más casas que las que él puede vender a los extranjeros?. ¿Qué debe hacer él cuando esas casas están siendo rápidamente destruídas mientras la gente desposeída, sin hogar y con hambre de la calle las habita ilegalmente y las destroza? La solución rápida a esa emergencia de los banqueros que no tienen bastante dinero, es hacer que los contribuyentes a los que el banquero ha engañado las compren.
Y entonces, usted ve, nuestra actual «crisis de crédito» puede ser muy fácilmente solucionada dando nuestro dinero de impuestos a los banqueros de modo que ellos puedan llenar sus bóvedas con los dólares reales que sus libros de cuentas dicen que realmente deberían estar allí. No se equivoque: esto no es «contabilidad creativa» en absoluto. Esto es un absoluto latrocinio. Los bichos del Congreso lo saben, pero sus propias hipotecas están en manos de los banqueros, de manera que todos ellos están a favor de ofrendarnos a nosotros a Moloc para salvarse a sí mismos.
Aquellos satisfechos y sonrientes politicos saben que ellos van a dar a los banqueros y a los estafadores de Wall Street 700.000 millones de nuestros dólares sólo para que esos ricos ladrones puedan seguir volando en sus jets y vacacionando en sus chalets suizos y balnearios en la Riviera. Pero para hacer que todos nosotros estemos de acuerdo con la estafa y que no descartemos mediante el voto a los políticos por traición o para que no los fusilemos, ellos fingen estar nerviosos y sintiéndose culpables por «cómo» dar a los banqueros nuestro dinero. La cuestión no es si ellos «deberían» traicionarnos en favor de los estafadores banqueros y vampiros de Wall Street, sino «cómo» pueden ellos traicionarnos. Y una vez que nuestro dinero es entregado a aquellos buitres, se nos asegura que «todo volverá a la normalidad» y que «la crisis ha pasado» y que un «nuevo ciclo de negocios» comenzará, mientras los banqueros siguen privándonos de nuestra propiedad, traicionándonos ante nuestros enemigos y desposeyéndonos de nuestras tierras.
Los banqueros ¿sólo están sentados y dejan que los políticos decidan el destino de ellos?. ¿Dejan ellos que las ruedas de la democracia y la política giren conforme a la dura realidad? ¡Claro que no! Ellos son banqueros y ladrones. Ellos no van a permitir que un político decida el destino de la Gente cuando ellos pueden añadir un poco de chantaje a la mezcla. Y de ese modo, para asegurarse de que los políticos se apresuren y les den los 700.000 millones de dólares sin condiciones anexas, los banqueros hacen su gran amenaza. Ellos juegan su «carta bajo la manga». Ellos suben la apuesta inicial y le dicen a usted que ellos no están fanfarroneando.
¿Recuerda cuando los banqueros prometieron que nunca habría una depresión si les dábamos el poder de prestarnos de vuelta nuestro propio dinero pagando intereses?. ¿Recuerda que casi tan pronto como ellos consiguieron que la Ley Bancaria de la Reserva Federal fuera aprobada ellos nos lanzaron hacia la Gran Depresión? De este modo, ¿son los banqueros hoy más virtuosos que los que controlaban la Reserva Federal en 1929? No, porque esta vez ellos están amenazando a los políticos con este «as bajo la manga»: «Dénnos 700.000 millones de dólares gratis o provocaremos otra Gran Depresión».
Y así, estamos de vuelta en el círculo completo, con nuestro dinero balanceándose entre el borde de la pérdida total, por un lado, y otra Gran Depresión, por otro. Sólo que esta vez hay una diferencia que los banqueros no previeron: En 1929 ellos saborearon los frutos de sus estafas con sus Rolls-Royce, sus mansiones, sus jovencitas que bailaban Charleston, su licor de contrabando, sus vacaciones europeas y sus puros cubanos. Pero ahora en 2008 hay un slogan que los detendrá tal como una trampa de acero detiene a una rata: «MUERTE A LOS BANQUEROS».
Escriba eso en las paredes de cada banco. Pegue eso en etiquetas adhesivas en cada automóvil. Tatúe eso en la frente de cada político que usted pueda amarrar. Marque eso en el corazón temeroso de cada banquero en la tierra. Un slogan son sólo algunas palabras vacías que ponen ideas en la mente de las cabezas vacías. Pero una vez que unas cuantas cabezas vacías están llenas de una luz iluminadora, las acciones ocurren y el mundo cambia. No se requiere mucho para hacer del mundo un lugar mejor. Cualquiera puede hacerlo. Puede ser un largo camino el que un banquero tenga que recorrer rumbo al cadalso, pero cada camino comienza con sólo un paso. Y usted, ¡sí, USTED!, usted puede ayudar a un banquero en su camino. Comience con sólo un slogan pintado con spray hoy:
MUERTE A LOS BANQUEROS.–
Fuente: VERITAS VINCIT (Facebook)