Lima, «La Ciudad de los Reyes» cumple hoy 482 años de fundación. El historiador Joseph Dager indicó que el nombre de la capital del Perú no fue puesto por los españoles sino que proviene de la palabra quechua Rímac, que significa ‘hablador’.
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Joseph Goebbels: «¡Nosotros no capitulamos!»
Por Joseph Goebbels
Cuando hace un año comenzamos, éramos un pequeño grupito de algunos cientos de hombres, desesperando del presente y divididos en la vida política diaria; de todos los sectores habíamos venido, el que tenía estudios de la derecha y el proletario de la izquierda. Cuando comenzamos; entonces no osamos esperar del cielo que tan pronto nos haría la gracia de obsequiarnos con el odio de nuestros enemigos en tan profusa medida. Pobres ilusos éramos, no adiestrados en las luchas por los pesebres que desde 1918 se llama política en Alemania. Sin conocimiento de los peligros que acechaban a nuestro derredor y sospechando apenas que fuera peligroso amar a un pueblo esclavizado y defender su libertad. Así comenzamos.
Más de uno sonrió y más de uno rió. Pero además de ser tan pocos, sin importancia y sin rango, a nuestro lado no había una prensa fuerte, no teníamos ni una organización ni el dinero con el cual generalmente se levanta algo así. Silenciosamente y sin alharacas nos pusimos a la obra, cada cual en su puesto. El uno predicaba en la fábrica, el otro en la oficina y el tercero desde la tarima elevada de la reunión popular. Cada cual cumplió con su deber, y así resultó una obra. Lo que creamos surgió por fuerza bien propia. Nadie nos ayudó, nos hemos ayudado nosotros mismos.
Y bien pronto cesaron las risas. Se comenzó a calumniarnos y a insultamos. ¡Cuánto nos alegramos de ser ensuciados por los aniquiladores de Alemania! Contra su resistencia nos hicimos grandes y fuertes. Cuanto más se nos enlodaba, tanto más duros se volvían nuestros rostros, tanto más terca nuestra voluntad de seguir hasta el final el camino reconocido como justo. Sabíamos dónde habíamos comenzado, ¡sólo Dios sabe dónde alguna vez terminaremos!
Cuando la persecución y la calumnia no lograron nada, entonces se nos lanzó el terror rojo al cuello. Nos encontró enhiestos como combatientes. No buscamos el terror, pero cuando nos quiso derribar a golpes, entonces lo recibimos con caras desesperadas y puños cerrados. Salones del Pharus, Spandau, Lichterfelde-Este, éstos no eran sucesos del ataque, éstos eran aún actos de defensa y de autoafirmación. Si el adversario había creído poder aniquilarnos de esa manera, se equivocó: crecimos y nos unimos más estrechamente.
Ahora el adversario lanzaba espumarajos de ira. Donde fracasaban medios normales, allí recurrió a la arbitrariedad y a la ilegalidad. Golpeó en la cara a su misma doctrina y dictó la prohibición.
Ahora ya no existimos más. No estamos ya. Un plumazo nos ha borrado de la lista de las realidades. Nos hemos vuelto anónimos. Ya nuestro nombre y nuestro signo hace temblar a la República.
¿Quién de ustedes hubiera creído jamás que fuésemos tan fuertes?
En la desesperación nos erguimos y nos volvimos fuertes. Si hasta ahora defendimos lo que ya no podía ser salvado, ahora saltamos más allá de la defensiva y atacamos. ¡Devolvednos nuestra Patria!
¡Nosotros no capitulamos!
¡No nos retractamos!
No tenemos nada de qué arrepentirnos, seguiremos luchando: ¡golpead: golpead! Sólo martilláis, dura como el acero, la terquedad dentro de nosotros. Nos hacéis muy grandes en el amor y grandes en el odio. ¡Nosotros no perdonamos! ¡No tenemos nada que convenir con ustedes! Nosotros tampoco conoceremos alguna vez el perdón, así como ustedes no conocieron el perdón cuando nos persiguieron!
Recién estaba uno frente a mí, volvía de entre las rejas, pálido, desgarrado y vejado. Había ofendido la majestad sanctasantorum de la República. Había osado afirmar que no era cierto que la libertad, la belleza y la dignidad imperaban en Alemania, Había dicho la verdad.
Una celda ha quedado vacía. ¿Quién irá mañana a su lugar detrás de barrotes de hierro?
Frente a esta pálida cara lo he jurado: ¡Nosotros no cedemos! ¡Nosotros no nos agachamos! ¡Nosotros no capitulamos!
Der Angriff, 3-VII-1927
Fuente: Facebook «Historia del Fascismo»
Joseph Goebbels: «Saber esperar»
«No hay nada más sencillo, satisfactorio y reconfortante que, a la cabeza de un joven grupo activista, practicar política de puño, hablar y actuar como lo manda el corazón, llamar a un sinvergüenza sinvergüenza y a un estercolero estercolero, dar una bofetada de ser necesario a un mentiroso, traidor y canalla notorio, decir y también hacer lo que toda persona decente piensa y siente; en suma, proceder con toda franqueza. Mas difícil es ya, acercarse sigilosamente desde la emboscada a la víctima, rondar como el gato a la papilla caliente, poner buena cara al mal juego, cerrar el puño dentro del bolsillo y apretar solo para sí los dientes y sisear «¡canalla!».
Pero lo mas difícil es como fiero lobo ponerse la piel de cordero, colocarse la máscara del hombre vulgar, ser indiferente entre indiferentes cuando por dentro arde un volcán, cuando día tras día y hora tras hora te persigue el diablo y quisieras a veces estallar en un insensato aullido de rabia por odio y sed de venganza. Pero también esto debe ser aprendido. Un revolucionario debe poder todo. Prueba de espíritu revolucionario no es solamente el pegar, sino el pegar en el momento justo.
También la revolución ha de ser organizada. Si la revolución no significa otra cosa que irrupción de una nueva postura anímica con contenidos espirituales y políticos de dirección distinta, y cuando el revolucionario esta convencido interiormente en forma tan inconmovible de la validez y necesidad de esta irrupción que de ser necesario estará dispuesto a sacrificar por ello su vida, entonces también encontrara medios y caminos para poner en marcha prácticamente esta irrupción. Las revoluciones tienen su característica en estos contenidos mismos, nunca en sus métodos. Las posibilidades de realización son mutables. Inmutable solamente ha de quedar lo que debe ser realizado.
¡Sí, esto es insoportable! Pero más insoportable para el que está a la cabeza que para aquel que marcha en las filas. Allí cada cual lleva su paquetito, pero el de arriba tiene que llevar también una parte de todos estos paquetitos y tiene que llevar el suyo propio además. ¿Creen ustedes que a nosotros no se nos contraen también alguna vez los dedos? ¿No saben que nuestra pluma una y otra vez quiere escribir palabras distintas a las que permite el intelecto que analiza fríamente? ¿Es que no oyen ustedes que la voz quisiera hablar de otra manera que la que permite la reflexión calculadora?
¡Saber esperar! Esto es lo importante ahora. Creer en la fuerza revolucionaria del Movimiento, aunque transite honesta y pacíficamente sus senderos aparentemente burgueses. No son los vengadores mas eficaces los que basan su odio en ira y sangre. Lanzarse fríamente al pellejo del adversario, tantearlo, espiar donde esta su punto vulnerable, afilar la lanza ponderada y calculadamente, con exacta puntería introducirla en el flanco descubierto y decir quizás por encima, sonriendo amablemente: «disculpe, señor vecino, pero no puedo de otra manera!» Esto es aquel plato de venganza que se saborea fríamente.
Sí, dices tu, pero los comunistas sí son terribles, esos arremeten como Blucher. Ciertamente, también yo lo sé. Pero ellos se pueden dar el lujo. ¿Acaso has visto alguna vez que un presidente de Policía berlinés mandase parar la cachiporra de sus soldados cuando cae sobre nuestras espaldas? Una revolución que goza de la benevolente protección de los poderes que ella combate, no es una revolución. Acá el espíritu de irrupción se sustituye por el sucedáneo de un método radical tolerado oficialmente.
¡No, no! Así no llegamos a la meta. Se trata ahora de organizar las fuerzas que están movilizadas en nuestras filas.
¡No hablen mucho, sino trabajen! Aprendan a tener convicción sin estruendo. La espera nos aprovecha mejor que a los que queremos destruir. El tiempo trabaja por nosotros, y si trabajamos mano a mano con el tiempo, entonces podemos observar confiada y tranquilamente cómo el enemigo empieza a cocinarse en su propia grasa.
¡Aprende a callar!
Así reza el primer mandamiento del revolucionario.
¡Aprende a esperar!
Así reza el segundo mandamiento del revolucionario.
Trabajar es el imperativo de la hora.
Y luego, ¡a esperar en silencio!»
Joseph Goebbels, en el diario «El Ataque». 18-11-1929.
Fuente: Historia del Fascismo – Facebook.
Lucas Carena – ¿Fue Jesús judío?
Consideraciones sobre el judaísmo de Cristo. Aproximaciones y pensamientos.
Muchos prejuicios y saberes preconcebidos pueden resultar como consecuencia de haber aceptado lo frecuente como normal, lo constante como verdadero y, desde luego, lo diplomáticamente correcto como justo y bueno. Repetir mentiras ad nauseam no hace a estas mentiras convertirse en verdad. Que Jesús fue judío es una idea en parte revisable y, ciertamente, discutible.
Este artículo, de tinte ensayístico, no pretende opacar la misión mesiánica, salvífica de Jesucristo. La trascendencia de Jesús para el mundo, no depende de su prosapia. El cristianismo y su mensaje, original y perfecto, hubieran sido de todas maneras en la historia, como revelación de Dios a través de la inmolación de su hijo, Dios y hombre, a través de su pasión, muerte y su resurrección para re-ligar al hombre con la divinidad. Este hecho comprensible a partir del misterio trinitario, sólo es asimilable en sentido pleno desde un punto de vista teológico-cristológico. Punto de vista que es el fundamental y está por encima de la especulación sobre el origen étnico, racial o cultural del Señor de la Historia. No se pretende navegar por ese cause el cual, desde luego, no está en discusión.
No obstante, hablar del judaísmo de Jesús, no comprende -de ahí este aporte- un debate en todo plano “estéril”, desprovisto de importancia. Cuestionar el judaísmo de Jesús, siempre que ponga de relieve su misión redentora como principal e inobjetable, reviste importancia como “anexo” a los relatos bíblicos y el posible sentido alternativo que se pudiera ver con ello, a determinados pasajes de las sagradas escrituras.
En resumen, delimitar el alcance de este trabajo es fundamental para adquirir una visión de algunos de los “hechos” en torno a la vida y obra de Jesús de Nazaret que pueden ser útiles para corregir la mirada del Nuevo Testamento y no pretenden poner en un plano profano su misión, la cual fue celestial y revelada.
Por mucho que pueda escandalizar a exégetas y ortodoxos, este aporte rastrea, ordena y profundiza una hipótesis que no es nueva sino que viene de larga data, a saber: que Jesús no fue portador de sangre judía; que Jesús era de ascendencia probablemente griega o indoaria; y que Jesús por lo tanto no pertenecía a la estirpe de David en el sentido literal de la expresión. Sentido, en cambio, que el fariseísmo judaico consideraba de suma importancia en el esperado mesías y por eso buscó señalar, apresar, juzgar y condenar a Jesús. Efectivamente, nos referimos al mismo fariseísmo judaico que se impuso cinco siglos antes el nacimiento de Jesús de Nazaret y que fue severamente combatido en todo momento y en todas sus enseñanzas por éste último. Podemos decir que el presente artículo tiene por objetivo discutir, en función de un recorrido revisionista, el judaísmo de Jesús de Nazaret, el mesías, el Cristo.
Antes que nada, resulta menester, escudriñar el sentido de este “judaísmo” que se pone en tela de juicio. No se pone en discusión si Jesús practicaba la religión judía. Está más que probado que Jesús invocaba a Abraham y a Moisés en sus prédicas, tenía por templo a la Sinagoga y su enseñanza estaba de lleno entregada a la divulgación de una moral estrechamente ligada a ley mosaica a la que, en todo caso, su mensaje y ejemplo buscaban superar. Tampoco se intenta despegar a Jesús del bagaje cultural que la tradición semítica imprimió en los pueblos de la Jerusalén del levante.
Pero claro está también que su afrenta a los maestros de la ley, los ancianos y los fariseos por un lado, y su acercamiento a publicanos y pecadores por otro, estaban regidos en parte por opción personal -la enseñanza de no juzgar y de perdonar- y en parte por la cerrazón, envidiosa y sectaria, de quienes no ocultaban el supremacismo del pueblo elegido y veían en Jesús a un extranjero, un galileo, alguien sin credenciales de legítima pertenencia.
Jesús el Galileo
Joaquín Bochaca Oriol, autor revisionista de origen catalán, escribió un opúsculo resumiendo los principales argumentos que refieren al origen no judío de Jesús. El texto, llamado “El Mito del Judaísmo de Cristo” advierte que decir que Jesús era judío se ha convertido en un axioma. Axioma impuesto para silenciar, incluso, ataques contra el judaísmo. Sobre todos aquellos ataques, dice Bochaca, que ponen al pueblo judío como “deicida”, epíteto no grato para el pueblo elegido por poco que pueda reconocer a Jesucristo como su mesías.
El primer argumento que acuña el autor ya había sido invocado por Huston Stewart Chamberlain, yerno de Richard Wagner, en un trabajo igualmente revelador titulado “Fundamentos del siglo XIX” y está estrechamente vinculado con el lugar de procedencia de Jesús: la baja Galilea. Etimológicamente hablando Galilea es un apócope de la expresión “Gelil haggoyim” que significa: “distrito de paganos” o “tierra de gentiles” y, si bien tal cosa no reviste carácter de “suficiente” por sí sola para dilapidar la creencia del origen judío de sus habitantes, es importante comprender el por qué se utilizaba esta expresión para referirla: Galilea era el nombre con el que los judíos de la Judea, y solo ellos, distinguían a las regiones del norte. La zona septentrional de la histórica Jerusalén estaba compuesta por Samaria y Galilea. Esta última, sobre todo, era lugar de tránsito y de fácil acceso para forasteros. Refugiada del paso de inmigrantes y fuera del alcance de las rutas frecuentadas por extranjeros, en cambio, Judea se componía de judíos no sólo de religión sino también de sangre.
Galilea, desde tiempos remotos, no tuvo una población homogénea. Era la patria de las tribus de Neftalí y Zabulón. Neftalí, sobre todo, se caracterizó desde el principio por su extracción muy heterogénea. Pero, por si esto fuera poco, hay momentos históricos muy delimitados que indican que la composición demográfica de Galilea sufrió importantes modificaciones. En el año 720 a.C. los asirios habían devastado y repoblado la zona de Samaria y Galilea. Repoblación que dio origen a la configuración étnica principalmente de asirios y pastores escitas de origen indoario.
Bochaca se basa en el historiador judío Graetz, para decir que cuatro quintas partes de Galilea habían sido deportadas -el historiador Roberson Smith dice que su totalidad- siendo sustituidas por población procedente de Asiria y Grecia, semíticos y arios los primeros, arios puros los segundos. Entre ambos historiadores coinciden en que, además de asirios y griegos, se permitió la instalación de numerosas tribus de pastores escitas.
La configuración demográfica de Galilea es claramente modificada a partir el siglo VII a.C. Este hecho no es una mera hipótesis, al contrario, hay abundante material historiográfico de rigor que lo ratifica. Bochaca alude, por ejemplo, a las investigaciones del historiador húngaro Ferenc Zajhty quien se aventuró a sostener que los judíos no consideraban como parte de su raza a ningún galileo, dado que el reinado de Salmanasar III, que gobernó Asiria desde el 858 a.C. se caracterizó por el enfrentamiento con los estados de la zona de Siria, el levante y el sur de Anatolia, llevándose cautiva a toda la población entonces parcialmente judía proveniente de Galilea. Salmanasar V, en el 722 se enfrentó a la rebelión del rey Oseas de Israel, que se había negado a pagar tributo y había pedido ayuda a Egipto. En el 725 a. C. sitió Samaria que finalmente cayó en poder de su sucesor Sargón II quien la repobló. Gran parte de esa nueva población migró a Galilea.
Cabe recordar que la importancia de la sangre judía de la cual Cristo, según esta hipótesis, no era portador estaba dada por los propios judíos de inclinación farisea. En el siglo V a. C. la culminación del cautiverio babilonio, y la segunda reconstrucción del templo de Salomón, sumados a la consolidación del pacto renovado, configuran el contexto sobre el que se impone la Halajá o ley judía y con ella la endogamia. Endogamia que se comenzaba a practicar compulsivamente en una población que, habiendo sido esclava de Babilonia, se había mezclado con otros pueblos esclavos y distaba de poseer la pureza de los “habiru” que originalmente componían el pueblo hebreo de la legendaria Israel. Los principales portavoces para ese entonces de la Halajá, fueron los fariseos que se enfrentaron a Jesús, el Nazareno, el galileo, el goy.
Además de la influencia asirio-babilónica de la región. Galilea recibió, a la postre, la hibridación resultante de las campañas panhelénicas de Alejandro Magno. En 331 a.C. el gran conquistador macedonio expulsó a los pobladores de Samaria, reemplazándolos con población griega. Una parte de los griegos instalados allí emigró, nuevamente, a la “Tierra de los Gentiles” o Galilea. Los pocos judíos de Judea que habían regresado a Galilea por actividades comerciales, fueron obligados a retornar. Este hecho se narra en el Libro I de los Macabeos, cuando el caudillo hebreo Simón Tharsi reunió a todos los judíos que habían vuelto a Galilea y les obligó a regresar a su natal Judea. Esta repatriación obligada alcanzó a todos, sin excepción, en 164 a. C.
Jesús y sus discípulos, todos galileos a excepción de Judas Iscariote, es decir, Judas de Kerioth “una ciudad de la tribu de Judá”, hablaban el dialecto arameo con las dificultades propias para pronunciar las guturales, lo cual era muy común en las tribus de origen ario asentadas en Nazaret, nodo neurálgico de Galilea. María, seguidora de Jesús, provenía de Magdala, localidad cercana a Galilea con igual composición demográfica.
En épocas de Jesús, Galilea y Perea tenían su propio tetrarca autónomo, mientras Judea e Idumea estaban sometidos a un procurador romano. Pero dicha separación política era la imagen especular de una separación entre judíos de raza y judíos únicamente de religión. Jesús era llamado “el Galileo” y “el nazareno” y no “el betlehemita”. El epíteto de “galileo” era utilizado a veces de manera sincera y bien intencionada, marcando su procedencia, pero otras veces de manera peyorativa, xenófoba y racista.
Es muy claro que Jesús colisionó con el judaísmo endogámico del pacto renovado. La refundación del judaísmo que se orientaba a la tradición talmúdica ortodoxa y supremacista, convergía en la descripción consensuada de un mesías de sangre y estirpe, militar y héroe nacional, como lo caracterizan teólogos medievales de la talla de Moisés Maimónides. Muchos vieron, por ejemplo, en Simón Barcoshva esa figura. Pero este choque permanente entre Jesús, llamado el Cristo, y los fariseos había comenzado con los profetas que denunciaban los desvíos de las prácticas judaicas que se alejaban de los preceptos practicados por los pueblos hebreos originarios.
Una doncella galilea llamada Miriam
Tan significativo resulta que Jesús sea o no galileo para interpretar los acontecimientos de su vida y muerte, que muchos se han ocupado de insistir en que Jesús, aún siendo conocido como “el nazareno” por el lugar en el que se crió, nació en Belén de Judea y, por lo tanto, fue un judío de Judea.
Pero el lugar en que Jesús fue dado a luz reviste importancia relativa por dos razones, una práctica y otra teórica o teológica: si adherimos al relato bíblico acerca de que el lugar exacto en el que nació Jesús se trató de un pesebre, lugar de tránsito y refugio -en los alrededores de Belén- durante el camino que José y María emprendieron hacia Egipto para eludir la disposición de Herodes el Grande de dar muerte a todo niño menor a 2 años haciendo cumplir la profecía de Jeremías Mr (2,16-18) entonces debemos admitir que si Jesús vio la luz del día por primera vez en territorio de Judea en circunstancias extraordinarias, en el transcurso de un escape. Esto no hace a Jesús un judío de Judea.
Sus padres, ambos de Nazaret, no eran la excepción a la complexión demográfica griega, no judía, de la población galilea. Josefo indica en su autobiografía que el viaje desde Galilea a Jerusalén podía hacerse, a toda prisa, en tres días. Así, resulta factible que, en circunstancias excepcionales, Jesús haya nacido en algún punto de dicho trayecto.
No obstante, lo que resultaría sí de suma importancia es el lugar de la inmaculada concepción. Todas las fluctuaciones demográficas antes descritas, en realidad, no dicen mucho acerca de un hombre que nació milagrosamente por obra del espíritu. Esta es la razón teológica por la cual el lugar de nacimiento del redentor no reviste importancia sustancial para refutar la hipótesis de un Jesús con ascendencia biológica griega o aria.
Más precisamente, admitir la ausencia de judíos de raza en Galilea es revelador en tanto nos dice algo, en rigor, acerca de María, la santísima virgen. Si María concibió en esta condición -cosa que los que hablan de un Jesús de Judea pasan por alto negando por elevación su divinidad- lo que importa no es tanto dónde nació Jesús sino la procedencia de María. “Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María…” Lc (1,26-38).
Para el momento de la anunciación bíblica, podemos decir, no había judíos de origen judío en Galilea, como se ha explicado. Ahora bien, una doncella galilea, Miriam o María, fue la elegida para concebir, por obra y gracia del Espíritu Santo, a Jesús. Muchos han sido los esfuerzos por poner a Jesús como el heredero, miembro legítimo del linaje de David, porque así estaba anunciado en las escrituras y así debía cumplirse de manera profética. Pero los linajes mencionados en el nuevo testamento, en realidad, conducen a José, su padre adoptivo. Admitir la virginidad de María como dogma de fe, implica entender que Jesús, si tiene linaje, lo tiene por parte materna y de ese linaje poco o nada se sabe.
En el Nuevo Testamento, la genealogía de Jesús según el Evangelio de Lucas traza el linaje de Jesús hasta el rey David a través de la línea de Natán -hermano de Salomón- aunque según el Evangelio de Mateo traza el linaje a través de Salomón. Una explicación convencional, a partir de la época de Juan Damasceno, es que Natán es el antepasado de María mientras y que Salomón es antepasado del marido de María, José. Pero esta conjetura es infundada puesto que la genealogía de Lucas, si bien pasa de David a Natán y no a Salomón, también llega a José y no a María: “Jesús mismo al comenzar su ministerio era como de treinta años, hijo, según se creía, de José, hijo de Elí, hijo de Matat, hijo de Leví, hijo de Melqui, hijo de Jana, hijo de José, hijo de Matatías, hijo de Amós, hijo de Nahum, hijo de Esli, hijo de Nagai, hijo de Maat, hijo de Matatías, hijo de Semei, hijo de José, hijo de Judá, hijo de Joana, hijo de Resa, hijo de Zorobabel, hijo de Salatiel, hijo de Neri, hijo de Melqui, hijo de Adi, hijo de Cosam, hijo de Elmodam, hijo de Er, hijo de Josué, hijo de Eliezer, hijo de Jorim, hijo de Matat, hijo de Leví, hijo de Simeón, hijo de Judá, hijo de José, hijo de Jonán, hijo de Eliaquim, hijo de Melea, hijo de Mainán, hijo de Matatá, hijo de Natán, hijo de David, hijo de Isaí, hijo de Obed, hijo de Booz, hijo de Salmón, hijo de Naasón, hijo de Aminadab, hijo de Aram, hijo de Esrom, hijo de Farés, hijo de Judá, hijo de Jacob, hijo de Isaac, hijo de Abraham, hijo de Taré, hijo de Nacor, hijo de Serug, hijo de Ragau, hijo de Peleg, hijo de Eber, hijo de Sala, hijo de Cainán, hijo de Arfaxad, hijo de Sem, hijo de Noé, hijo de Lamec, hijo de Matusalén, hijo de Enoc, hijo de Jared, hijo de Mahalaleel, hijo de Cainán, hijo de Enós, hijo de Set, hijo de Adán, hijo de Dios”. Lc (3:23-38) A diferencia de Mateo, su recorrido va en sentido inverso -la genealogía va de manera ascendente- y llega hasta Adán no hasta Abraham. Pero ambos desembocan en el padre putativo de Jesús, no en María de Nazaret.
De cualquier manera, los recorridos genealógicos han sido errantes, carentes de coincidencia y objeto de innumerables controversias. Muchos, incluso con la mejor intención, han forzado el linaje porque han caído en la trampa de la literalidad del linaje davídico. Las fuentes historiográficas, sobre todo las articuladas por Bochaca, contrastan con estas menciones que aparecen en los evangelios, priorizando la idea de que Galilea difícilmente haya sido lugar de residencia de judíos de sangre en épocas de Cristo.
Jesús, es hijo de la divinidad que fecundó de manera directa y sin intermediarios a María, que fue una virgen del distrito de los gentiles. Actualmente, estudios realizados sobre el Santo Sudario de Oviedo, arrojan la presencia de ADN mitocondrial en la sangre allí derramada y este ADN es aportado exclusivamente de línea materna. Hay un cromosoma Y que aparece, de manera inexplicable a la luz de la ciencia, para determinar el sexo varón de Jesús. Si bien todavía no hay nada concluyente en estas investigaciones y podemos considerar que la ciencia moderna no es el tribunal de la fe, es cierto que tanto la ciencia como el dogma concuerdan en la “virginidad” como hecho inapelable.
Con todo lo expuesto, la expresión “Hijo de David” ¿Se trata entonces de un error? En absoluto. Que Jesús fue hijo de David sólo puede comprenderse revisando el sentido de la expresión. Incluso, en determinado momento, Jesús confunde a los escribas y fariseos al pedirles que expliquen el significado de este mismo título: “¿Por qué dicen los escribas que el Cristo es hijo de David? David mismo le llama “Señor.” ¿En qué sentido es, pues, su hijo?” (Mr 12,35:37) Desde luego, los maestros de la ley no podían responder esta pregunta y por lo tanto Jesús exponía la ineptitud de los líderes judíos como maestros y su ignorancia de lo que el Antiguo Testamento enseñaba respecto a la verdadera naturaleza del Mesías. Jesús habla allí de Cristo, no de Mesías, al referirse al Hijo de David generando desconcierto, pues ser hijo de David, significaba ser rey de Israel, al igual que David. Jesús enseñaba que, contra la creencia de los maestros y sabios judíos, el Cristo/Kristos constituye una figura mucho más universal, que alcanza no solo a los Hijos de Abraham sino también a todos los Hijos de Adán, o sea, a la humanidad en su conjunto. Este Cristo será el rey de Israel y el mesías.
Es sabido que “Cristo” y “Mesías” son las palabras griega y hebrea, respectivamente, que significan “Ungido”. La razón para este título es que en los tiempos antiguos, cuando se coronaba a los reyes, se hacía ungiéndolos con aceite. Pero Jesús escoge el término Cristo para plantearles un dilema: ¿Cómo puede ser que el rey de Israel sea el Cristo de los paganos? Jesús pretendía romper con la interpretación racista y endogámica los maestros de la ley.
El linaje de David, el cual se constituye en requisito del esperado mesías para los judíos farisaicos puede tener entonces o bien un sentido no literal, o bien tratarse de un error, una inconsistencia hermenéutica. Inclinándonos por lo primero, que Jesús sea hijo de David forma parte de un “llamado” a reconocer en el Cristo/Kristos griego, también al mesías. El linaje que llega a José, se presenta ante los ojos de los judíos -todos- como una exhortación a mirar en este galileo, a quien el legendario pueblo de Israel debía reconocer como su salvador. Reconocimiento que, empero, se reveló de manera singularísima, para que, junto con la revelación del Hijo, se revelara también el misterio trinitario. En esa concepción milagrosa, camino elegido por Dios para manifestarse a los hombres, intervienen las tres personas de la santísima Trinidad.
La estrella de David, como símbolo de la ortodoxia rabínica talmúdica, es un símbolo del no reconocimiento de la figura de Cristo como el mesías. Porque la sangre de David como requisito, se transforma así en el factor de obstinación y, por lo tanto, de no aceptación de Jesús como el esperado mesías. Reconocimiento que es la conclusión del verdadero judaísmo, de la verdadera gnosis, diría Meinvielle, judeo-católica.
Puede interpretarse, que Jesús aludía a una interpretación figurativa de la expresión “hijo de David” no asumida por el fariseísmo, la cual se transformaría en la bisagra entre un Jesús mesías rey de los judíos y un Jesús impostor, un blasfemo. Los fariseos sabían perfectamente que decirse “hijo de dios” no era blasfemia. Lo que en realidad molestaba era que en esa expresión se ponía en un plano de universalidad lo que consideraban reservado a su estirpe, a saber, la descendencia consanguínea de David.
Cristo y el fariseísmo
Con todo lo hasta aquí dicho y, si aceptamos como plausible la hipótesis de un Jesús no judío, es factible “resignificar” o al menos darle completitud a innumerables pasajes bíblicos del nuevo testamento que muestran la tensionalidad entre el galileo y los judíos: “Al ver lo que Jesús había hecho, creyeron en él muchos de los judíos que habían ido a acompañar a María. Pero algunos fueron a contar a los fariseos lo hecho por Jesús. Entonces los fariseos y los jefes de los sacerdotes, reunidos con la Junta Suprema, dijeron: –¿Qué haremos? Este hombre está haciendo muchas señales milagrosas. Si le dejamos seguir así, todos van a creer en él, y las autoridades romanas vendrán y destruirán nuestro templo y nuestra nación. Pero uno de ellos llamado Caifás, sumo sacerdote aquel año, les dijo: –Vosotros no sabéis nada. No os dais cuenta de que es mejor para vosotros que muera un solo hombre por el pueblo y no que toda la nación sea destruida. Pero Caifás no habló así por su propia cuenta, sino que, como era sumo sacerdote aquel año, dijo proféticamente que Jesús había de morir por la nación judía, y no sólo por esta nación, sino también para reunir a todos los hijos de Dios que se hallaban dispersos. Desde aquel día, las autoridades judías tomaron la decisión de matar a Jesús. Por eso, Jesús ya no andaba públicamente entre los judíos, sino que se marchó de la región de Judea a un lugar cercano al desierto, a un pueblo llamado Efraín. Allí se quedó con sus discípulos”. Jn (11,45-56)
Jesús, en su carácter de Crsito, Sóter o Mesías se imponía como salvador universal y ello no ayudaba a “reunir a los hijos de Dios que se hallaban dispersos”, por el contrario contribuía a la dispersión. Es notorio que la expresión “hijos de dios” es utilizada por Caifás como hijos de David, y aquí llamativamente no hay blasfemia. A los judíos dispersos no los reuniría un Cristo que se coronara salvador tanto para gentiles como para judíos. El efecto sería centrífugo, como lo hizo Pablo de Tarso luego de la crucifixión. Jesucristo, destruía la endogamia. Transformar al cristianismo en secta desviada, fue necesario para preservar la endogamia y el supremacismo fariseo.
Hay ciertos elementos, en la conspiración contra Jesús, que deberían llamar la atención. El lugar de donde tiene que huir Jesús, que ya había querido ser apedreado por los fariseos en varias oportunidades, es de la Judea. Judea se encontraba bajo la égida del procurador de Roma. Pero, ¿Por qué peligraba el pueblo judío y su nación? ¿Por qué las autoridades romanas destruirían el templo y la nación judía a causa de la presencia de este nazareno? ¿Por qué Caifás considera que matar a Jesús salvará a la nación judía? ¿Acaso Jesús era enemigo declarado del imperio romano? ¿Los romanos odiaban o temían a Jesús? Nada más lejos. Valerio Grato -Valerius Gratus- fue procurador de Judea desde el año 15 hasta el 27 d.C. Fue el predecesor de Poncio Pilatos. Poco conocida es una carta que Grato envió a las autoridades de Roma hablando sobre Jesús. Tibierio, emperador de aquel momento, ya había oído hablar de las maravillas realizadas por Jesucristo y esto despertaba curiosidad y preocupación. Pidió entonces a Grato que le enviara información de este nazareno, que se decía el mesías cuando hablaba con judíos y al que los paganos conocían como el Cristo. Grato contestó que se trataba de una persona inofensiva para el imperio y que, por el contrario, era un carpintero que predicaba entre los judíos. No era un hombre de temer para los romanos ya que no había en él nada que lo asemejara a un revolucionario, a un militar o un conspirador.
El historiador judío Flavio Josefo dice que Caifás accedió al sumo sacerdocio alrededor del año 18, nombrado por Valerio Grato. Es simple colegir que Caifás no recibió por parte de Grato ninguna orden de Roma para capturar y, mucho menos, para eliminar a Jesús. Al contrario, es muy factible que Caifás viera en Cristo, poseedor de un carisma arrasador, un potencial aliado de las autoridades romanas o que simplemente su expresión se debiera a que vio en Jesús una amenaza, alguien que podía disputarle el poder a los sumos sacerdotes de Judea. Lo que claramente estaba en juego para los fariseos era la endogamia artificialmente instalada y la situación de privilegio de la que gozaban. Jesús jamás buscó un lugar de poder ni reconocimiento terrenal, pero su grandeza, su sabiduría y sus milagros generaron tanta fascinación que el sanedrín advirtió que era menester eliminarlo.
Tras la muerte de Jesús, alrededor del año 50, cuando llegaron judíos creyentes en Jesucristo a la comunidad cristiana de Antioquía, se escandalizaron al ver que los miembros conversos y bautizados no habían sido previamente circuncidados ni cumplían otros preceptos de las leyes judías. Estos judíos creyentes, comenzaron a predicar que era necesaria la circuncisión y la asunción de toda la Torá, lo cual generó desconcierto y sorpresa entre los creyentes griegos. Por esta razón, los discípulos de Antioquía encomendaron a Pablo de Tarso y a Bernabé que se reuniesen con Pedro y los demás apóstoles en Jerusalén para resolver esta situación. Pablo, que poseía formación teológica judía, fue el gran evangelizador de los paganos que se convertían al cristianismo en masa y el primero en entender que Jesús era el mesías en sentido revelado, donde el linaje estaría en segundo plano y la descendencia davídica solo tenía un sentido figurado para poder declararlo monarca de los judíos. En el concilio de Jerusalén, se termina decidiendo que el bautismo no requería circuncisión previa gracias a que Pablo, con majestuosidad discursiva y recto entendimiento iluminado por Dios, convenciera a Pedro, principalmente, de que Jesús vino tanto para los judíos como para los gentiles. Si Jesús hay destrucción de la endogamia dentro del judaísmo, con Pablo -que había sido persecutor de Jesús- hay directamente cristianismo más allá de la religión judía. Pero tal resolución tomada en Jerusalén se vería reforzada y más fácilmente comprensible bajo la hipótesis de un Jesús no judío, aunque no podamos, cierto está, demostrarlo.
El Proceso
Los juicios de Jesús suman un total de seis: tres de ellos en una corte religiosa y tres ante una corte romana. Jesús fue juzgado ante Anás el sumo sacerdote saliente; Caifás, el sumo sacerdote en funciones, y el Sanedrín. El delito era de “blasfemia” por afirmar ser el Hijo de Dios y el Mesías. Pocas veces en la historia se han encontrado tanas irregularidades en un proceso como el que juzgó a Jesús de Nazaret. Y estas irregularidades, de acuerdo a la ley judía, se aceran a lo obsceno: En primer lugar, ningún juicio podía llevarse a cabo durante alguna celebración y Jesús fue juzgado durante la Pascua. En segundo término, cada miembro de la corte debía emitir un voto individual para, en función de un estricto sistema de mayorías, condenar o absolver al acusado. Jesús fue condenado a fuerza de gritos y agravios provenientes de diversas multitudes. Ante una pena de muerte sentenciada, debía pasar una noche antes de que se llevara a cabo; sin embargo, solo pasaron unas cuantas horas antes de la crucifixión. Los judíos no tenían, en rigor, autoridad para ejecutar a personas, sin embargo, se las ingeniaron para ejecutar a Jesús. Ningún juicio podía llevarse a cabo por la noche, pero este juicio se hizo antes del amanecer. Se debía proporcionar al acusado consejo y representación, pero Jesús no tuvo ninguno. No estaba permitido hacer preguntas de autoincriminación al acusado, y a Jesús lo único que se le preguntó es si era el mesías. La pregunta es: ¿Hubiera sido posible todo esto si Jesús no hubiera sido un goy, un gentil?
Barrabás era un bandido Jn (18,40). Con término griego “lestés” se solía designar en Judea a los también llamados zelotes -movimiento político-nacionalista- que hacían las veces de “guerrilleros” o “terroristas” y luchaban contra la ocupación romana y por la liberación política de Israel. Barrabás era un asesino, pero sus homicidios se habían ocasionado durante una insurrección. Mientras que Pilatos tenía motivos claros para mantener cautivo a Barrabás, no así lo tenía para apresar y condenar a muerte a Jesús. Su intención fue montar una treta para liberarlo sin intromisión en la ley local, respetada en general por el Imperio romano con todas las provincias que estaban bajo su autoridad. El lavatorio de manos era una costumbre judía y Pilatos se agiornó este gesto para poder hacerse entender por los judíos que, en su mayor parte, no entendían el idioma griego. Pilatos hablaba a lo sumo koiné, un dialecto híbrido, para darse a entender con los judíos. Pero Pilatos supeditó con este acto a Jesús a un proceso basado en las leyes judías, no romanas, sabiendo que le darían muerte -por no ser judío- cuando ya se le habían agotado las posibilidades de salvarlo.
La sentencia de muerte, recuerda Bochaca, sólo podía imponerse a un ladrón o a un estih, es decir a una persona que intentara persuadir a los judíos de abandonar su credo o causar una brecha en su unidad racial. Pilatos consideró que esto era lo que el sanedrín quería, como procurador de Judea, permitió que los judíos condenen a un extranjero injustamente, sin ver en Jesucristo culpa alguna.
Es más que evidente que Jesús no gozó de ninguna de las garantías procesales de la ley judía aplicada a un judío. Desde la nocturnidad de su captura, violatoria de todos los derechos de los judíos, hasta el cartel que a modo de epitafio se colocó en la cruz. La leyenda colocada sobre el Jesús crucificado constituye una evidente provocación irónica, una burla racista dirigida a un galileo que pretendió ser rey de los judíos. Se lee en Mateo (27:37): “Y pusieron sobre su cabeza su causa escrita: ESTE ES JESÚS, EL REY DE LOS JUDÍOS.” En Marcos (15:26): “Y el título escrito de su causa era: EL REY DE LOS JUDÍOS.” En Lucas (23:38): “Había también sobre él un título escrito con letras griegas, latinas y hebreas: ESTE ES EL REY DE LOS JUDÍOS.” Y en Juan 19:19: “Escribió también Pilato un título, que puso sobre la cruz, el cual decía: JESÚS NAZARENO, REY DE LOS JUDÍOS.” ¡Un Nazareno, rey de los judíos! Esto cobra sentido a la luz de la hipótesis en la que discurrimos. Además, la lamentable inscripción, estaba escrita en cuatro idiomas diferentes: griego, hebreo, arameo y latín. Esto lo podemos ver en Lucas (23:38) y Juan (19:20) como mensaje directo a los seguidores de distintas lenguas, etnias y regiones. Como claro mensaje xenófobo y endogámico.
Según se lee en Mateo (27:25) durante el proceso a Jesús los judíos pronunciaron una frase que ha sido objeto de diferentes controversias e interpretaciones: “¡Que su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos!”. Frase que ha sido utilizada para explicar los más diversos acontecimientos históricos en relación a judíos y cristianos, desde una posible “maldición” sobre los judíos que se concreta en el holocausto, hasta una explicación de ciertas prácticas rituales, como los libelos de sangre –sacrificios de niños cristianos- que se le han atribuido a los Judíos de la edad media. Resulta dificultoso, desde luego, hacer una interpretación unívoca. Pero Jesús consagra la sustanciación y efusión espiritual con la eucaristía, acto que puede tener, dentro de las múltiples lecturas que pueden hacerse, el sentido de un pacto de sangre, el cual es propio de las culturas indoeuropeas y no de las culturas semíticas. Este pacto, por así llamarlo, no conmovía a los judíos que no lo reconocían mesías y al clamar por su “derramamiento de sangre” sobre futuras generaciones, es factible hacer una lectura en la que manifestaban desprecio -a la vez de su ascendencia- de su descendencia, su heredad y su legado. Dado que Jesús no tuvo hijos biológicos, su herencia se plasmaba en el vínculo por medio del sacramento eucarístico a partir del cual los cristianos se forjan en hermandad en un solo cuerpo y una sola sangre. Sangre no judía y despreciada por el fariseísmo judaico.
Según las antiguas leyes y costumbres judías, la posibilidad de escapar de la pena de muerte quedaba abierta en todos los casos, y hasta el último instante. En el camino entre la prisión y el lugar de ejecución debía haber un observador cada cien pasos. El deber de dichos observadores era indicar si algún “nuevo testigo” deseaba aportar testimonio que sea suplementario de descargo en favor del condenado. Dichos testigos de último momento se daban a conocer levantando su mano derecha. El condenado tenía, así, derecho a nuevo juicio, y, en ocasiones, según la calidad de la nueva prueba aportada, era indultado ipso facto. Es sumamente extraño, de acuerdo al estudio de Bochaca, que en la procesión que siguió a Cristo hasta el Calvario, absolutamente nadie, ni sus apóstoles ni sus discípulos, pudieran atestiguar a su favor para salvarlo. Habiendo salvado a tantos, curando enfermedades e incluso resucitado muertos, con tantos seguidores que lo ovacionaron el domingo anterior en Jerusalén ¿cómo es posible que no haya habido un solo testigo en su favor? No es posible, en modo alguno, que el prestigio y la popularidad de la que gozaba Jesús no hayan podido brindar los testigos necesarios para evitar la pena de muerte por más temor que pueda haber habido en sus seguidores y adeptos salvo, concluye Bochaca, que Jesús no fuera judío o, por lo menos, que no fuera juzgado bajo debido proceso como tal. Estas garantías procesales solo eran aplicables a los judíos y quedaban excluidos los gentiles, los extranjeros y los que dependían de la ley judía pero no eran racialmente judíos. Incluso resulta verosímil pensar que Perdo negó conocer a Jesús tres veces antes del canto del gallo no sólo por miedo, sino también, porque sabía que su testimonio o reconocimiento no lo salvaría. Esto, desde luego no lo exime de culpa, pero ilustra de modo muy distinto aquella situación.
Conclusión y reflexiones a título personal
Dios se manifiesta de las formas más misteriosas, se suele decir. Jesús, el Cristo, fue condenado a la cruz por decir ser alguien que “no podía ser”. Un galileo rey de los judíos era inconcebible. Y esta imposibilidad radicaba en el hecho cismático que representaba su presencia entre los círculos fariseos y las consecuencias que los miembros del sanedrín, auguraban, tendría el judaísmo si Jesús era coronado Rey, es decir, reconocido como el mesías.
El verdadero judaísmo, conduce a Cristo. El falso, lo condena. Y no puede haber conversión y salvación sin Cristo puesto que nadie llega al Padre sino a través del Hijo. Creo sinceramente que Dios, en aquél entonces, puso a prueba al pueblo elegido. Si efectivamente seguían venerando al becerro dorado, entonces verían a Jesús como una amenaza, disputando el trono de Israel en sentido profano y terrenal. Si, por el contrario, los judíos rompían su propio chauvinismo, si dejaban de lado su orgullo de raza escuchando a los profetas, entonces el judaísmo se hubiera encausado a su verdadero destino: Jesús mesías.
Hay, a mi entender, un exageración en el discurso de Joaquín Bochaca que no comparto cuando expresa que toda obra tiene resabios de su autor, por tanto Jesús no pudo haber sido Judío porque nada bueno puede haber venido de ellos. Creo sinceramente que esto no es así porque el judaísmo lesivo, deicida que condenó y crucificó a Cristo es solo un desvío y no representa el verdadero judaísmo. El fariseísmo, distorsión y desvío que se enquista en una coyuntura histórica, tenía que cumplir un rol en el camino de la revelación y, en este plano escatológico, no podía no haber sido de otra forma. Sin muerte no hubiera habido resurrección. Cristo vino a vencer a la muerte y no a los judíos.
Lucas Carena
Bibliografía:
- Bochaca Oriol. J. El mito del judaísmo de Cristo (Ed. Kamerad)
- H. S. Fundamentos del siglo XIX. (Ed. Suiza).
- Josefo Flavio. Autobiografía. (Ed. Alianza)
- Josefo Flavio. Antigüedades judías (Ed. Akal)
- Meinvielle, J. De la Cábala al Progresismo. (Ed. Calchaquí)
El Partido Social-Nacionalista Sirio
«Hasta la fecha, no ha surgido ninguna formación en el mundo árabe que pueda competir con el Partido Social Nacionalista sirio en la calidad de su propaganda, que apela a la razón y la emoción en la misma medida, ni en la fortaleza de su organización, eficaz tanto clandestina como abiertamente. En virtud de su organización, esta formación logró alumbrar una corriente política e intelectual muy poderosa en Siria y el Líbano.»
– Abú Jaldún Sati’ al-Husri
El Partido Social Nacionalista Sirio (PSNS) (en árabe: الحزب السوري القومي الاجتماعي) Al-Ḥizb Al-Sūrī Al-Qawmī Al-‘Iŷtimāʿī, y también conocido por sus siglas en inglés SSNP) es un partido político sirio que busca la formación de la Gran Siria, que comprende, aproximadamente, los actuales Estados de Siria, Líbano, Jordania, Israel y los Territorios Palestinos.
En Siria, es el segundo partido político más importante y con más militantes. En el Líbano forman parte de la Alianza del 8 de marzo, donde también se encuentra Hezbollah.
Posee un brazo militar que se encuentra inmerso en la guerra en Siria; las milicias del PSNS combaten junto al Ejercito Árabe Sirio, Hezbolá y las Fuerzas de Defensa Nacional, en el bando leal a Bashar Al- Assad.
El emblema del partido fue diseñado por un estudiante de la Universidad de Beirut durante la estapa clandestina del partido, antes de que las actividades del partido fueran descubiertas por las autoridades francesas. Es una combinación de la media luna islámica y la cruz cristiana, formando un ciclón (en árabe: زوبعة, zawbaʿa) con cuatro brazos, cada uno de los cuales representa uno de los cuatro principios del partido: libertad, deber, disciplina y poder.
La bandera es un fondo negro, que representa los días de dominación bajo el Imperio Otomano. En su centro aparece un círculo blanco, y dentro de él el ciclón rojo, que representa la sangre los mártires por la libertad, ya fueran musulmanes o cristianos, liberando al país de la dominación.
Formación e Ideología.
Antún Sa’ada, intelectual griego ortodoxo, fundó el partido en Beirut en noviembre de 1932 como organización clandestina estudiantil. Fue líder de la formación hasta su asesinato en 1949; el partido plasmó fielmente su personalidad y sus ideas. Majid Jadduri observa correctamente que «nunca antes en la historia moderna de Siria un líder tuvo tal convicción, rapidez de actuación, fortaleza de carácter y carisma» (y puede decirse que ninguno ha seguido su estela tampoco). Tras 1949, la formación ha estado encabezada por figuras mediocres, ninguna de las cuales ha sabido movilizarlo hasta alcanzar su antigua posición.
El Partido Social Nacionalista sirio descansa sobre tres pilares principales: reforma radical de la sociedad siguiendo directrices seculares, una ideología de corte fascista, y la Gran Siria. Aunque es conocido sobre todo por su ideología pan-siria, una porción considerable del atractivo de la formación y de su influencia estaban relacionadas con sus elementos seculares y fascistas. De hecho, es difícil decir qué rasgo tuvo más importancia a la hora de atraer afiliados.
El programa de reformas se resume en cinco principios: separación de la Iglesia y el Estado, prohibición taxativa de la interferencia política por parte del clero, eliminación de las barreras entre cultos, abolición del feudalismo y creación de un ejército fuerte. Los tres primeros principios son secularizadores – instan a la eliminación de la religión (léase el islam) de la vida pública – al tiempo que los dos últimos exhiben una orientación modernizadora. Habría que tener presente que aunque estos puntos de vista son comunes, hasta banales, en Occidente; sorprendieron por novedosos a los libaneses y los sirios de la década de los años 30. Juntos, los principios de reforma constituyen una transformación social que justifica la primera «S» del nombre de la formación.
Una advertencia: dado que Sa’ada plasmó el pensamiento fascista de los años 30, los términos «social» y «nacional» son unidos a veces para formar la combinación «nacionalsocialista», sin embargo, dado que Sa’ada utilizaba la palabra «social» (ijtima’i) en árabe, no «socialista» (ishtiraki); el apelativo de su ideología en inglés no es Nacionalsocialismo sino Social-Nacionalismo.
Los rasgos fascistas de la formación se expresaban en la posición destacada de Sa’ada, la organización del partido y su ideología, incluyendo el hincapié en el pedigrí y el nacionalismo místico. Los rituales de la formación imitaban en muchos detalles a los fascistas, desde el saludo estilo Hitler y el himno calcado al «Deutschland, Deutschland über alles» al símbolo de la formación, una esvástica deformada llamada «el huracán rojo». Antes de 1945, sus matices fascistas ofrecían tanto una ideología fuerte como los medios para alinearse con los enemigos de Francia y Gran Bretaña, los dos países imperialistas que ocupaban la Gran Siria.
Simpatizantes fascistas y nacionalsocialistas acudían en tropel al Partido Social Nacionalista Sirio como única formación del levante en sintonía con su punto de vista, y parecen haber constituido una porción significativa del núcleo duro de la formación. Algunos miembros se vieron arrastrados por la feroz oposición al Comunismo. Otros buscaban un líder fuerte, algo que ofrecía Sa’ada al estilo fascista de los años 30.
La exaltación de Sa’ada era tan extrema, que el eslogan del Partido Social Nacionalista sirio durante su historia fue «¡Larga vida a Siria! ¡Larga vida a Sa’ada!» También había indicadores claros de que se trataba del profeta de una nueva religión. Las juventudes del Partido Social Nacionalista sirio ingresaban en la formación en una ceremonia conocida como «bautismo», en la que renunciaban formalmente a mantener otras lealtades.
La tercera característica clave del Partido Social Nacionalista sirio es el nacionalismo pan-sirio, el objetivo de levantar un estado en la Gran Siria. Esto precisa de explicación. La definición precisa de Gran Siria ha variado a lo largo de las diferentes etapas de la historia de la formación, pero siempre abarcó los cuatro estados modernos de Siria, Líbano, Israel y Jordania, así como regiones de Turquía. (Al final de su vida, Sa’ada amplió Siria hasta incluir la Península del Sinaí, la totalidad de Irak e incluso Chipre. La plataforma del Partido Social Nacionalista sirio convierte la unidad de este territorio en un pilar central. «[La Gran] Siria es para los sirios, y los sirios son una nación entera». En contraste con la nacionalidad siria crucial, las identidades árabe, musulmana, cristiana, libanesa y palestina son consideradas ilógicas. Este punto genera discordias entre el SSNP con los panarabistas y los musulmanes religiosos, así como con los separatistas libaneses y palestinos.
Fuente: Facebook – Historia del Fascismo.
Ana Frank: ¿MITO o Verdad?
Se hicieron obras de teatros en donde el llanto final era acción garantizada; se hacen estatuas como las de Córdoba entre idas y vueltas mas el rechazo de cierta gente que aquí le arrancó la cabeza a un armado de cemento y hasta el día de hoy no se sabe dónde está, ni quienes fueron sus destructores. Se han escrito obras literarias donde también las lágrimas serán un paso casi obligatorio para la sensibilidad de las personas. Se han hecho museos a su nombre, se dan charlas a colegios, en materias de Historia o Ética Ciudadana se habla de ANA FRANK en primarios y secundarios para mantener viva la tristeza de cómo pudo ser el sufrimiento de una niña en manos de perversos dictadores como el nazismo, según el mundo y su sistema no?
Hoy día jueves me pareció interesante ya que estamos en nuestra breve y pequeño espacio o Rincón de la Cultura, poder mostrarles la otra cara de la moneda, no en el sentido de quien fue ANA FRANK porque muy poco se conoce a CIENCIA cierta sobre ella, oiga bien, a CIENCIA cierta, ya que lo que se enseña de ella ha sido puesto en la lista interminable de las fantasías holywoodenses. Se sabe que ANA FRANK tristemente murió de tifus en 1944.
Bueno, para que desde la emoción se corte con tanta manipulación que cabe decir que la emoción cuantas veces se aleja de la Razón misma y ellas es por eso que deben de ser frenadas ante el peso de la Verdad antes que una estimulación para lograr lo contrario a lo que el raciocinio expresa.
Por eso es que mediante la investigación de varios referentes en la materia, y sobre todo del extracto de METAPEDIA, es que ahora si pasamos a desnudar el DIARIO de ANA FRANK, el cual veremos que se trata de una manipulación a partir de algo inexistente y todo para lograr una meta en el tiempo que perdura hasta en la actualidad pero cada vez es más puesta a la Luz y lo que parecía una historia de bellas sirenas, nos damos cuenta que era en realidad los canticos de MEDUZA para destrozar toda oposición a un poder que pocos saben de que se trata:
1- Con significativa obstinación, OTTO FRANK (fallecido en 1980), siempre se negó a que el manuscrito fuera sometido a un análisis exhaustivo a los efectos de verificar su autenticidad.
2- En 1980, a consecuencia de un juicio contra ERNST ROEMER -un jubilado de setenta y seis años que se atrevió a negar la autenticidad del DIARIO de ANA FRANK-, la Caja Alemana de Defensa Legal logró a pedido del DR. RIEGER que el Departamento Criminal Federal (Bundes Kriminal Amt o BKA, por su sigla en alemán) sometiera a análisis los textos y constató que PARTE de LOS MISMOS HABÍAN SIDO ESCRITOS CON BOLÍGRAFO, un invento que recién se introdujo en 1951, es decir, 7 años después de la muerte de ANA FRANK! La defensa del DIARIO argumentó de que se trata solo de unas notas agregadas por un investigador, las cuales no afectan para nada al desarrollo de la historia. No obstante, el BKA determinó que porciones «IMPORTANTES» o «SIGNIFICATIVAS» del DIARIO, sobretodo en el cuarto volumen, fueron escritas con bolígrafo y concluye que esas secciones deben haber sido agregadas posteriormente.
3- Sin embargo, ya veinte años antes, en 1960, la perito calígrafa MINNA BECKER había dictaminado judicialmente que todos los textos manuscritos del Diario provenían de UNA SOLA CALIGRAFÍA. Por lo tanto, quien hizo el manuscrito puso los AGREGADOS CON BOLÍGRAFO… lo que en términos claros significa que ANA FRANK NO FUE LA AUTORA DEL DIARIO.
4- Para dilapidar este tema sólo ha hecho falta acceder a las cartas auténticas que ANA FRANK escribió a unas amigas, publicadas en los Estados Unidos. La letra de estas cartas sí tiene el aspecto normal de una niña de 10 ó 12 años, lo que no es el caso del «MANUSCRITO ORIGINAL», que nos revelan a un autor de mayor edad. Las cartas fueron adquiridas por el CENTRO SIMON WIESENTHAL y, siempre según DAVID IRVING, sí son auténticas, no así el diario. JOAQUÍN BOCHACA confirma asimismo que la escritura que se afirma es la de ANA FRANK, reproducida en el libro «Spur eines Kindes», DE ERNST SCHNABEL, difiere totalmente de la escritura de ANA FRANK en el manuscrito original.
5- Un folleto de la «FUNDACIÓN ANA FRANK DE AMSTERDAM», afirma que los amigos holandeses de la familia hallaron un cuaderno de ejercicios con tapas de cartón y de pequeño tamaño. El diario sueco Expressen del 10 de octubre de 1976, publica una fotografía de OTTO FRANK sosteniendo un volumen considerable que en nada se parece al cuaderno mencionado.
Con relación al texto en sí mismo, éste es un mar de contradicciones. El historiador DITLIEB FELDERER hace unas atentas observaciones que permiten puntualizar:
6- Resulta poco creíble que en un estrecho refugio, en el que permanecieron durante casi dos años, ninguna de las ocho personas que se encontraban en él supieran que ANA FRANK redactaba un diario durante ese lapso (junio 1942 – agosto 1944). Así lo afirma en su prólogo GEORGE STEVENS, quien sostiene no sólo que el diario era pequeño, sino también «que del pequeño diario sólo ANNE tenía conocimiento». El padre dice que se entera después de retornar de Auschwitz. En este punto nos encontramos frecuentemente con que los defensores del DIARIO afirman que basta con leerlo para comprender que este no era un secreto para las personas que convivieron con la niña.
7- La necesidad de silencio en el refugio, para no llamar la atención y evitar ser capturados (23/3/43), se contrasta con las descripciones de las «RIÑAS TERRORÍFICAS» (2/9/42), «PELEAS ESCANDALOSAS», «GRITOS Y ALARIDOS, GOLPES E INSULTOS QUE HABRÍA NI QUE IMAGINARLOS» (29/10/43), así como las prácticas de danza de ANA cada noche (12/1/44).
8- Es curioso, según el DIARIO, que la familia de OTTO FRANK, para escapar de la Alemania Nacional Socialista, hayan elegido las mismas oficinas y el mismo almacén de OTTO FRANK para esconderse (9/7/42).
9- Son reveladoras, nos dice E. AYNAT, las tendencias sexuales de esta niña de ¡trece años! Leamos alguno de los párrafos tremendamente eróticos, no de una niña normal ni de esa edad y mas en ese tiempo, sino de alguien más que pensamientos normales… el padre? Otro autor con la idea fija del sexo?: «RECUERDO QUE CUANDO HE DORMIDO CON UNA AMIGA, HE SENTIDO EL FUERTE DESEO DE BESARLA… NO HE PODIDO DEJAR DE SER TERRIBLEMENTE INQUISITIVA SOBRE SU CUERPO… LE PREGUNTÉ, SI COMO PRUEBA DE NUESTRA AMISTAD, PODÍAMOS ACARICIARNOS MUTUAMENTE LOS SENOS, PERO REHUSÓ. LLEGO AL ÉXTASIS CADA VEZ QUE VEO LA FIGURA DESNUDA DE UNA MUJER, COMO UNA VENUS, POR EJEMPLO. ME AFECTA DE TAL MODO QUE ME ES DIFÍCIL IMPEDIR QUE ME CAIGAN LAS LÁGRIMAS. ¡SI POR LO MENOS TUVIERA UNA AMIGA!» (5/1/44)
En fin, ¿un poco de pornografía para una mejor venta?… ¿Es éste el lenguaje y las inquietudes de una niña de trece años?… ¿Es ésta una niña sana?…
10- Según una entrevista a OTTO FRANK en 1956, las persianas siempre estuvieron bajas y las ventanas nunca se abrieron, pero ANA afirma que mirar el cielo «ES MEJOR QUE LAS PÍLDORAS VALERIA Y EL BROMO» (15/6/44) contra la ansiedad y la depresión.
* Como en la introducción del escrito más arriba ustedes pueden ver, las nuevas autoridades «alemanas» de posguerra han introducido el DIARIO de ANA FRANK como libro de lectura OBLIGATORIA en las escuelas, para auto denigración de las nuevas generaciones.
* El Instituto de Revisionismo Histórico de los Estados Unidos (IHR), ofreció nuevamente U$S 25.000 (DOLARES).- de recompensa a quien pruebe que el DIARIO de ANA FRANK fue escrito por ella. Ni la propia fundación constituida sobre este fraude literario se animó a reclamar tan generosa oferta.
JUICIO ESCLARECEDOR
Una triste historia, en verdad. Un señor se hace millonario gracias a una lacrimógena historia, que dice haber escrito su hija muerta. Luego para pagar al auténtico autor de la historia tiene que ser llevado a los tribunales. Y por favor, que no se diga que todo esto es una maquinación antisemita. Si el DEMANDADO, y CONDENADO A PAGAR, OTTO FRANK, era JUDÍO, porque TAMBIÉN LO ERA EL DEMANDANTE, el AUTOR MEYER LEVIN, así como el JUEZ, SAMUEL L. COLEMAN!! El juicio transcurrió entre 1956 y 1958 ante el County Court House de la ciudad de Nueva York, obteniendo el demandante MEYER LEVIN un fallo a su favor que condenaba a OTTO FRANK a abonarle una indemnización de 50.000 dólares de la época por «FRAUDE, VIOLACIÓN DE CONTRATO Y USO ILÍCITO DE IDEAS». El pleito, que se arregló privadamente después de la sentencia por obvio mutuo interés, versaba tanto sobre la «DRAMATIZACIÓN ESCENOGRÁFICA» como sobre la venta del «DIARIO» en sí. Por tanto, es falso afirmar que LEVIN solo colaboró en llevar al cine el DIARIO de ANA FRANK. El JUEZ, así mismo JUDÍO, era SAMUEL L. COLEMAN, quien dictó sentencia en el sentido de que OTTO FRANK debía pagar a MEYER LEVIN «POR SU TRABAJO EN EL DIARIO DE ANNE FRANK». En concreto, el delito de «FRAUDE» que aparece en la SENTENCIA contra OTTO FRANK se origina por «IMPLANTAR» dentro del diario, los diálogos tal cual fueron proporcionados por el escritor LEVIN, como si fueran obra de su difunta hija ANA FRANK. Para cualquier interesado, todo lo referente al caso LEVIN-FRANK está archivado en la Oficina del Condado de Nueva York (N. Y. Country Clerk’s Office) con el número 2241-1956 y también en el New York Supplement II, Serie 170, y 5 II Serie 181 (26). Así pues, la sentencia del juez (y JUEZ JUDÍO) en el sentido de que el autor del DIARIO es MEYER LEVIN y no la niña, existe.
Bueno, ahora que conocemos la leyenda y el cuento de inescrupulosos escritores de las emociones para un objetivo mucho más oscuro en el tiempo y seguir lucrando y adoctrinando a nuestros niños, jóvenes y adultos con sus mentiras, cada vez que pase por las distintas estatuas, libros o vea obras de teatro o a una persona enseñar y adoctrinar a otros recuerde todo lo que acá expongo y reflexione el porqué de tanta mentira y manipulación…
Fuente: Políticamente Incorrecto «Ezequiel Génesis»