Sport Boys derrotó 4-2 a César Vallejo en la definición por penales y se coronó campeón de la Segunda División, que le permite volver a la Primera División tras cinco años de ausencia.
El estadio Garcilaso de la Vega del Cusco vivió una fiesta interminable porque el partido «extra» de la definición se jugó con intensidad.
Los «rosados», en tiempo reglamentario, se pusieron en ventaja a través del mexicano Carlos Ambriz y el empate de los poetas llegó a través de Leandro Fleitas.
En definición de penales, los de Sport Boys fueron más efectivos al vencer 4-2 a los de César Vallejo.
Sidney Faiffer, Renzo Sheput, Crifford Seminario y Johan Fano marcaron para los rosados en el disparo de los doce pasos, falló Maelo Reátegui.
Jairsinho Baylón y Carlos Olascuaga fallaron para los poetas anotando Jeremy Rostaing y Marvin Ríos.
La directiva de la Segunda División estuvo presente en el estadio Garcilaso de la Vega e hizo entrega del trofeo a los rosados campeones del 2017.
Perú cumplió su papel de favorito de principio a fin ante un rival con mayor intención pero las mismas limitaciones del duelo en ida. Y es así como marcó la pauta, arrinconó a Nueva Zelanda y ya aquel disparo de Advincula apenas a los 3′ permitía presagiar que el Perú dubitativo de hace 5 días no estaba más en la cancha
Con Ruidíaz en punta, Cueva por izquierda y Farfán como un segundo punta, el equipo de Gareca sumó virtudes a lo visto en Wellington
Pero el mayor acierto en el banco de la blanquirroja trascendió por la renovada banda derecha con Advíncula como lateral y Polo más adelantado por el sector.
Por eso el gol iba a llegar con un poco de tranquilidad apenas. A los 27 pase en salida de Trauco por izquierda, fue largo y frontal para que Cueva solo tenga que encarar un solo marcador y sirva a Farfán que definió con un puntazo lleno de vigor. El 1-0 establecido y la visita dispuesta recién a salir. El escenario ideal para Perú.
Pero esos minutos posteriores al primer gol fueron los menos alentadores. Solo Tapia intentaba poner orden en un mediocampo que estaba ante una situación inédita en la suma de los dos partidos: Nueva Zelanda en posición ofensiva pero solo con Thomas como eje creativo. Porque el técnico, defensivo como pocos, no sumó está vez a Rojas y volvió a dejar en el banco a Wood.
Pero en el reinicio, Wood se sumó a los neozelandeses. Nuevamente generó un desorden que parecía pasar más por lo emocional que por lo futbolístico.
Por eso fue importante el gol de Ramos. Un frentazo impresionante que puso las cosas en su lugar. Porque Perú era infinitamente superior al rival que le pusieron al frente. Y el 2-0 si bien conformó al equipo de Gareca que pasó a ser un once contragolpeador nunca le quitó la jerarquía ni aun en los momentos en que defendió. Los ingresos de Yotún y Carrillo ya con el partido cerrado y en sus posiciones, parecieron más a modo de respaldo que indispensables.
Más allá de todo, volvimos. Somos mundialistas, selección de primera clase nuevamente. Las lágrimas de millones de peruanos hoy, no fueron las mismas de tantas veces. Y las sonrisas que vendrán en unos meses más, con Perú en la más codiciada vitrina del futbol universal, serán sin duda las mejores. Momentos que no se borrarán jamás.
Nueva Zelanda (0): Marinovic, Reid, Boxall, Durante (Brockie, 76′), Colvey, Tuiloma (Wood, 45′), McGlinchey, Lewis (Rojas, 58′), Thomas, Wynne, Barbarouses. DT: Anthony Hudson. TA: Thomas
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