El viceprimer ministro turco, Bülent Arinc, dio rienda suelta a su ira con maldiciones literales contra Israel. “Los maldecimos”, dijo Arinc pocas horas después del ataque de las fuerzas hebreas contra el “Marmara”, uno de los barcos de la flotilla que llevaba bandera turca e iba cargado de provisiones de ayuda para Gaza.
El ministro de Exteriores turco, Ahmet Davutoglu, acusó por su parte a Israel de “piratería” en aguas internacionales. Y el presidente, Abdullah Gül, habló de un violación grave del derecho internacional. En Estambul, en tanto, se registraron furibundas protestas ante representaciones israelíes.
El diario “Hürriyet”, el de mayor tirada del país, emitió además por primera vez desde el terremoto que sacudió el país en 1999 una edición extraordinaria al mediodía con el siguiente título: “Israel ataca: 16 muertos, asalto al “Marmara””.
Turquía ha perdido la paciencia con un Estado con el que había tenido excelentes vínculos durante un tiempo, sobre todo en el ámbito de la cooperación de los servicios de inteligencia y en el militar. El giro lo marcó la ofensiva israelí en la Franja de Gaza entre diciembre de 2008 y enero de 2009.
En esencia, se trata de que el gobierno turco no quiere reconocer más derechos especiales al Estado judío y que exige ahora “iguales reglas de juego para todos en el mundo”.
Ankara empezó a pedir cada vez con más vehemencia que se hablara también de las armas nucleares que Israel estaría escondiendo de la comunidad internacional. En contrapartida, el gobierno hebreo humilló al embajador turco en Israel ante las cámaras de televisión. Y según informes no confirmados oficialmente, hace pocas semanas Ankara suspendió los vuelos de práctica de pilotos israelíes en espacio aéreo turco.
El siguiente shock tuvo lugar la mañana de hoy. En la televisión turca se pudieron ver las imágenes de los soldados israelíes que descendían con cuerdas en la cubierta del “Marmara”.
La organización de ayuda humanitaria turca IHH había recolectado mercancía desde hace meses. La flotilla está compuesta por tres barcos con activistas a bordo y tres cargueros con material de construcción, sillas de ruedas y filtros de agua, según la propia organización.