La Tropa Psicótica: Programa 21 en Radio Independiente

TROPA PSICOTICA FACEBOOK 25 DE ABRIL 2015

Este es el programa 21 de LA TROPA PSICÓTICA. El «Sótano Beat» Arturo Vigil nos traerá una interesante entrevista con el escritor Arturo Delgado Galimberti, autor del libro «Karma instantáneo para John Lennon».

Además, Fabricio Herrera viene con un especial con bandas alemanas y cierra Luis «Luizcore» Vigil con un viaje lisérgico por el rock nacional e internacional de todas las épocas.

Todo esto y mucho más los sábados desde las 7:00 pm en http://latropapsicotica.listen2myradio.com y siempre por Radio Independiente: La emisora estridente.

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Estudioso francés del Holocausto Vincent Reynouard huye de la persecución política

Vincent Reynouard

El estudioso francés del holocausto judío condenado a dos años de cárcel, Vincent Reynouard, ha vuelto a la clandestinidad para escapar a la persecución política que sufre en su país.

Desde el jueves, por tanto, se puede decir que estoy huido. Esta vez lo he perdido todo, o casi. Heme aquí sin hogar, con mi mochila. No he podido salvar más que algunos fragmentos de archivos para intentar realizar los vídeos prometidos.

“Desde el jueves, por tanto, se puede decir que estoy huido. Esta vez lo he perdido todo, o casi. Heme aquí sin hogar, con mi mochila. No he podido salvar más que algunos fragmentos de archivos para intentar realizar los vídeos prometidos”, anuncia Reynouard en un vídeo publicado ayer sábado.

Reynouard fue condenado en febrero a dos años de cárcel por un vídeo publicado en Internet en el que denunciaba la manipulación política y el lavado de cerebro que se inflige a la juventud en su país sobre el supuesto plan de exterminio de los judíos con cámaras de gas durante la Segunda Guerra Mundial.

El pasado martes, recibió una convocatoria para la apelación de su sentencia, el día 17 de junio, en términos que dejaban claro el carácter político del proceso que se le aplica.

La idea principal que lo guía trata en realidad de instaurar la anarquía y entregar la sociedad a las más locas teorías filosóficas y políticas de algunos individuos que se quieren liberar de todo proceso democrático que preside su gobierno.

“La idea principal que lo guía trata en realidad de instaurar la anarquía y entregar la sociedad a las más locas teorías filosóficas y políticas de algunos individuos que se quieren liberar de todo proceso democrático que preside su gobierno”, rezaba la citación judicial, entre acusaciones de “antisemitismo”, “diga él lo que diga”.

La citación llegaba a afirmar la necesidad de imponerle “una severa pena de encarcelamiento” y parece haber precipitado los planes de Reynouard para escapar a la persecución política huyendo de Francia, como ya adelantó en una entrevista concedida a la página antisionista Égalité et Réconciliation tras su sentencia.

Una vez en prisión, se querellarán por otros vídeos que he hecho, tengo como 150 en Internet de los que al menos 50 son del último año y pueden aún ser perseguidos. Basta perseguirlos uno a uno y condenarme cada vez a un año de cárcel.

Preveía ya que las autoridades de su país habían decidido su “ejecución judicial” mediante una interminable sucesión de condenas por delitos de opinión.

“Una vez en prisión, se querellarán por otros vídeos que he hecho, tengo como 150 en Internet de los que al menos 50 son del último año y pueden aún ser perseguidos. Basta perseguirlos uno a uno y condenarme cada vez a un año de cárcel”, explicaba su situación Reynouard el 11 de febrero.

“Con toda seguridad, no me quedaré en Francia para ofrecerme a los golpes de semejante Justicia”, concluyó el ingeniero químico de formación y antiguo profesor de matemáticas —hasta que lo purgaron por sus ideas políticas e históricas—.

En esa entrevista, Reynouard expresó su convicción de que la teoría del plan nazi de exterminio de los judíos fundamenta el nuevo orden mundial imperante en la actualidad y sirve como justificación del régimen israelí, por lo que los intereses para mantener esa teoría son “enormes”.

El pasado 15 de abril, el director de la Oficina Federal de Inteligencia estadounidense (FBI en inglés), James Comey, anunció que todos sus nuevos agentes especiales y analistas de Inteligencia deberán pasar por un cursillo sobre el supuesto holocausto, que calificó como “el acontecimiento más importante de la historia”.

Al día siguiente, el antiguo alcalde de la localidad de Krauschwitz, en el este de Alemania, durante 16 años, Hans Püschel, fue condenado a pagar una multa de 24.750 euros por afirmar que el holocausto es un mito.

El 26 de marzo, el médico austriaco de 71 años de edad Josef K. fue condenado a un año de prisión por haber afirmado en una carta que el pretendido Holocausto es “una mentira de la banda de los banksters sionistas”.

El 26 de febrero, la abogada alemana Sylvia Stolz fue condenada a 20 meses de cárcel por denunciar la imposibilidad de defenderse ante los tribunales que sufren los revisionistas.

Vincent Reynouard vivió ya en la clandestinidad entre 2009 y 2010 después de que lo condenaron a un año de cárcel por distribuir un panfleto sobre la inexistencia de cámaras de gas homicidas, hasta ser detenido en Bélgica y extraditado a Francia.

HISPANTV.

La última entrevista al Mariscal Don Andrés Avelino Cáceres Dorregaray

MARISCAL ANDRES AVELINO CACERES DORREGARAY

Mariscal, en el aniversario de la victoria de Tarapacá, demandamos de usted, el relato vívido de esa gloriosa acción.

Se anima el rostro venerable del anciano guerrero. Un relámpago encandila sus pupilas y alisándose, nerviosamente, las albas barbas puntiagudas, nos dice: Recuerdo la batalla, con absoluta precisión, y voy a relatársela, como si acabara de realizarse.

Y empieza el relato con voz emocionada:

Me encontraba yo, con mi división, en una de las calles de Tarapacá, tomado un rancho frugal, antes de emprender, con todo el Ejército y como lo habían hecho ya las tropas del general Dávila, la retirada hacia Arica, después del desastre de San Francisco, cuando mi ayudante que había distinguido al enemigo en la cresta de los cerros situados al Oeste de la ciudad, llegó corriendo a avisármelo. Al recibir esta inesperada noticia, estaba comiendo. Solté la pequeña cacerola que contenía mi ración, y procediendo con impetuosa actividad, ordené a mi división que se lanzara con la bayoneta calada, cerro arriba, para desalojar al enemigo.

Procedí rápidamente a dividir mis tropas en tres columnas: la primera y la segunda compañías formaban la de la derecha, que puse al mando del comandante Zubiaga, valiente y experto jefe; la del centro la constituyeron la quinta y sexta compañías, mandadas por el mayor Pardo Figueroa, distinguido jefe, también, y la de la izquierda quedó formada por la tercera y cuarta compañías que confié al mayor Arguedas.

Advertí a mis tropas que evitaran hacer fuego, mientras no hubieran alcanzado la cumbre, para economizar las municiones, que, por desgracia, eran muy escasas. Al coronel Recavarren, Jefe de Estado Mayor, le envié en comisión donde el coronel Manuel Suárez, que tenía el mando del batallón Dos de Mayo, para que hiciera, con sus fuerzas, igual distribución a las del Zepita, y se colocara a mi izquierda.

A poco, ya cuando mis bravos soldados se habían lanzado al combate, llenos de entusiasmo y de ardor bélico, el coronel Belisario Suárez toma sus disposiciones y los coroneles Bolognesi, Ríos y Castañón, se sitúan en sus respectivos emplazamientos.

El Zepita escala el cerro por el lado Oeste, con empuje irresistible desafiando los tiros que el enemigo descarga sin descanso sobre ellos. Se despliegan en guerrilla y sin detenerse, disparan incesantemente, a ciento cincuenta metros del enemigo, que cede al empuje de los nuestros. La columna Zubiaga, se lanza a la bayoneta sobre la artillería chilena y, audazmente, se apodera de cuatro cañones. Las columnas de Pardo Figueroa y de Arguedas, despedazan, entre tanto, a la infantería enemiga.

Perdón, Mariscal, en ese asalto, ¿qué acción notable de arrojo, de sus soldados, recuerda usted?

No puedo olvidarme del heroísmo del Alférez Ureta, de la compañía primera de la columna derecha, que inflamado por un ardiente entusiasmo patriótico y un coraje a toda prueba, se montó sobre un cañón chileno, lanzando estruendosos vivas a la patria. Tampoco me olvidaré nunca de un acto meritísimo del comandante José María Meléndez, veterano de la Columna Naval, uno de los primeros en unírseme en el asalto al enemigo.

Cuando derrotados los chilenos y cansados nosotros de perseguirlos infructuosamente, por falta de caballería; desfallecíamos de sed y de hambre, al extremo de que me vi obligado a humedecer los labios de algunos de mis soldados con pequeñas rodajas de un limón, que por fortuna llevaba en uno de mis bolsillos de mi casaca; el comandante Meléndez se presentó de repente y sin que yo pudiera explicarme su procedencia, cargando un barril de agua que aplacó la sed de esos valientes. Y como éste, tantos otros episodios de coraje y de entusiasmo.

Y destrozada la infantería y despojados los chilenos de su artillería, ¿qué pasó?

El enemigo así castigado en ese primer combate por los nuestros, huyó a la desbandada, pampa abajo, perseguido de cerca por los nuestros y acampó a una legua de distancia hasta juntarse con otro cuerpo chileno que vení­a a reforzarlos. Entretanto, mi caballo habí­a sido herido de un balazo y hube de detenerme, a mitad de jornada. Un oficial que habí­a encontrado una mula de un regimiento chileno, me la trajo y montado en ella, pude seguir la persecución.

Después de tres horas de refriega, tuvimos que contramarchar hasta el sitio donde había tenido lugar el primer ataque, porque mis tropas estaban rendidas por la fatiga de la acción. El general en Jefe Buendía me dio su enhorabuena por el éxito alcanzado por mi división. Pero en medio de la alegría del triunfo, hube deplorar profundamente la muerte de mis mejores tenientes: Zubiaga, Pardo Figueroa, mi propio hermano Juan… también rindieron la vida en el primer encuentro.

¿Y el segundo encuentro?

Reforzada mi división con el batallón Iquique que mandaba el inmortal Alfonso Ugarte, la Columna Naval de Meléndez, un piquete del batallón Gendarmes que mandaba Morey, una compañía del batallón Ayacucho con Somocurcio a la cabeza, una hora después se reanudaba la lucha en plena pampa hacia el SO de Tarapacá.

Primero se realiza un vivo combate de fusilería sostenido por ambas partes, con empeño. El enemigo es arrollado cinco veces, rehaciéndose, luego otras tantas. Entonces envolviendo el ala y el flanco izquierdo chileno que manda Arteaga, con mis tropas lo obligué a retirarse hacia el sur. El batallón Iquique llega a tiempo para rechazar a los granaderos chilenos que habían sorprendido al Loa y al Navales.

Sin embargo, antes, Arteaga trata de rehacerse en vano y nosotros cargamos otra vez con irresistible denuedo. En momentos que la victoria se decidía ya por nuestras armas, llegó Dávila con su división al trote (habí­an recorrido 12 kms. desde Huarasiña) y muy cerca del flanco chileno, aún jadeantes, le hace repetidas descargas de fusilería. Entonces yo aproveché para dar el definitivo ataque por el centro, que decidió la derrota de los chilenos que abandonaron el campo, dejando tras de sí sus 6 últimas piezas de artillerí­a Krupp, entonces la más moderna del mundo. Fue en ese momento –prosigue entusiasmado el Mariscal- cuando llamé al Capitán Carrera y, entregándole uno de esto cañones, le dije: “artillero sin cañones, ahí tiene Ud. una pieza para actuar”. Y a fe mía que supo hacerlo, disparando sobre la retaguardia enemiga que huía.

Eran las cinco de la tarde. La batalla había terminado después de nueve horas de reñida lucha. Sobre el campo quedaron muchísimos de mis bravos soldados junto con centenares de enemigos

Pero, le he relatado solamente la parte que me tocó desempeñar a mí, en la altura. Sin embargo Uds. deben saber que en la quebrada, Bolognesi, Castañón, Dávila y Herrera se batieron con ardor.

Fue un soldado de Bolognesi, Mariano de los Santos, quien se apoderó de un estandarte chileno. El enemigo es arrojado por esa parte hasta Huarasiña, después de vigorosos encuentros y ahí se reúne con los restos de la división Arteaga, que nosotros habíamos arrollado.

Al mismo tiempo, todo nuestro ejército se concentra, y reunidas todas las fuerzas perseguimos a los chilenos hasta más allá del cerro de Minta. Ya les he dicho que fue imposible barrerlos, como hubiéramos querido, porque la fatalidad que siempre nos acompañó en la guerra, quiso que no tuviéramos caballería. Y así, la victoria fue infructuosa, pues después de ella faltos de víveres y de refuerzos, hubimos de continuar nuestra retirada a Arica.

¿Cómo fue la batalla de San Francisco?

Doloroso es el recuerdo: la falta de previsión, el espionaje chileno, la defección de Daza y su famoso cable: “Desierto abruma, ejército niégase seguir adelante”, el asalto frustrado, la muerte del Comandante Espinar al pie de los cañones chilenos, la catastrófica retirada nocturna…

¿Cuál fue la causa decisiva de la perdida de la guerra?

La falta de organización militar y autonomí­a bélica, particularmente en municiones. Eso en cuanto al aspecto técnico, pero más allá, la discriminación racial fue determinante. No hubo armonía cultural ni polí­tica. La falta de organización militar, de cohesión, de armonía política.

Había patriotismo, había entusiasmo generoso, había valor y virtudes militares en nuestros soldados y en nuestros oficiales, pero también hubo mucha traición en los sectores pudientes.

¿Y en nuestros generales?

También. Hubo demasiados generales, cuyos conocimientos y aptitudes no pudieron destacarse en la contienda, por falta de disposición de un comando totalmente politizado.

¿Pero, usted cree, que, sin esos defectos y deficiencias, hubiésemos podido ganar la guerra?

Con toda la superioridad numérica y armamentí­stica del ejército chileno, creo, firmemente que sí­. La desunión, el desatino, la ambición polí­tica y la carencia de identidad en los sectores acomodados nos perdieron.

¿Cuándo comenzó su carrera?

En 1854, acababa de estallar la revolución contra Echenique, provocada por los escándalos de la corrupción del guano. De todos los rincones del paí­s, se sumaban las adhesiones. En Ayacucho, mi tierra natal, don Ángel Cavero, uno de los vecinos del lugar, encabezó el movimiento rodeado de simpatí­a popular. Muchos jóvenes nos presentamos voluntarios a filas. Yo contaba 19 años, estudiaba en la universidad de Huamanga y era de los más entusiastas. Nos apoderamos de la gendarmerí­a. Luego llegó el ejército rebelde, en donde terminé de enrolarme. Entonces el general Castilla, a quien sin duda caí­ en gracia, me llamó a su despacho y me dijo: “¿Quiéres seguir la carrera?”, “Sí­, señor, es mi mayor deseo”, le contesté con aplomo. Entonces, me respondió, palmeándome la espalda, “serás un buen guerrero”.

¿Y el mariscal Castilla, cómo le trató a Ud.?

Castilla, que me conoció desde la batalla de La Palma, me dispensó simpatí­a y apoyo. Tanto, que varias veces soportó mis engreimientos. Y eso que una vez me le sublevé.

¿Le hizo la “revolución”?

He querido decir que tuve un rapto de altivez. Fue cuando el Mariscal quiso formar el batallón “Marina”. Llamó a palacio a los oficiales escogidos de los distintos regimientos. Yo fui destacado del Ayacucho. Ya me habí­a conocido en La Palma y después en la campaña de Arequipa contra Vivanco. Pues bien, Castilla revistó uno a uno a todos los oficiales congregados y al llegar a mí, se detuvo observándome y me dijo: “¿Cómo se Ilama Ud. capitán?”. Me impresionó desfavorablemente el olvido que el mariscal habí­a hecho de mi nombre y le contesté: “Soy, excelentí­simo señor, el hijo de don Domingo Cáceres, cuya hacienda fue destruida por el general Vivanco, por haber sido leal a Ud. Estuve en la batalla de Arequipa, donde fui herido casi perdiendo un ojo; me llamo Andrés Avelino Cáceres”. “Hola, hola”, replicó el mariscal: “Con que Ud. es el capitán Cáceres, hijo de mi amigo don Domingo. Bueno, bueno, Ud. se quedará en su cuerpo”. Y me quedé en mi batallón Ayacucho, en el cual me habí­a iniciado y en el cual continué hasta que fui a Francia, como agregado militar.

Su cicatriz en la cara, Mariscal…

Esta “condecoración” la recibí­ en la torna de Arequipa, en 1856. El Mariscal Castilla que habí­a acampado en las afueras, llevó a cabo, por varias noches, simulacros de ataque, que tení­an al enemigo en sobresalto. La noche que decidió darlo por cierto, me ordenó que avanzara con mi compañía y me apoderara de la 1ra. trinchera enemiga. Sin vacilar, ejecuté esa orden y sorprendiendo a los ocupantes, logré capturar la trinchera, regresando a dar parte al mariscal de mi cometido.

Entonces, Castilla me mandó: “siga Ud. avanzando sobre la ciudad, tomando las alturas hasta los conventos de San Pedro y Santa Rosa”.

Y, aunque pensaba que era una crueldad enviarme así­ al sacrificio, no dudé, y deslizándome por los techos fui avanzando hasta el primero de los conventos. No sé cómo logré saltar los innumerables obstáculos hasta de repente hallarme dentro de la bóveda, próxima a la torre. Por el camino había perdido a muchos soldados, muertos por descargas vivanquistas. Desde la torre de Santa Rosa, el fuego que se hací­a sobre nosotros era incesante.

Pero, los 2 cuerpos que formaban la 1ra. división del Mariscal Castilla habían desembocado por calles paralelas al convento y así­ cayeron sobre el atrio y el interior, obligando a los enemigos a abandonarla. Entretanto yo subí­a, con los mí­os, hasta la torre y ahí­ tuve que soportar el fuego desde la torre fronteriza de Santa Marta. Mientras, Castilla había penetrado al convento por otro lado. El coronel Beingolea, subió a la torre, creyéndola vací­a y se dio de bruces conmigo y mis soldados. Calcule Ud. la sorpresa de ambos, a punto de acribillarnos mutuamente. “Acabamos de tomar el convento”, me dijo; “Mi coronel: ya la habí­a tomado yo”, contesté. El coronel me abrazó y me anunció que harí­a conocer a Castilla esa hazaña. “Está ahí­ abajo, con todo el Ejército”, y se fue.

Yo continué haciendo frente al fuego de los de Santa Marta, y mostrando a mis soldados el blanco hacia el que debí­an disparar, un balazo me derribó cegándome. Me recogieron mis soldados y me bajaron al refectorio del convento, en donde el sargento Coayla y el cabo Huamaní­, me atendieron. Estuve privado del conocimiento. Cuando lo recobré hallé a mi lado al capitán Norris, uno de mis mejores compañeros, que me preguntaba qué deseaba. “Agua, muero de sed”, contesté. Al poco rato regresó con un plato de mermelada y una garrafa de agua. El dulce no me era necesario, ni podrí­a ingerirlo. Tení­a la mandí­bula apretada. Apenas una pequeña ranura dejaba pasar el agua. Bebí­, desesperado, parte del contenido de la garrafa y el resto hice que me lo vaciaran en la cara, para que me lavara la herida, casi desfallecido.

El médico dijo que la herida era mortal. El capellán estuvo a punto de darme la extremaunción… Entonces mis soldados me trasladaron a casa de una señora de apellido Bermúdez, porque el tifus infectaba a los heridos en el convento y me hubiera terminado de matar. En mi nuevo alojamiento me trató el doctor Padilla, extrayéndome la bala a exigencia de mi tropa. Ellos me salvaron la vida.

¿Y cómo fue su convalecencia?

Recuerdo que las madres del convento que me habí­an tomado afecto, me enviaban allí­ la dieta. ¡Qué tortas! ¡qué dulces! Y aquí­ viene lo curioso: una vez convaleciente, iba a almorzar al convento y la madre superiora, muy seria, me habló un dí­a así­: «Teniente, usted ha renacido en este convento, verdad?”, “sin duda, reverenda; de aquí­ me recogieron casi cadáver y aquí­ me comenzaron a curar, a Ud. debo cuidados que no sabrí­a cómo agradecer”. “¿Y por qué no deja Ud. la carrera y se hace fraile?” Casi me caigo de espaldas de la impresión. Tuve que contener la risa: “¡Yo fraile, madre! No soy digno de vestir los hábitos…”.

Hube de apelar a todos mis recursos oratorios para hacer desistir a la madre. La pobre sufrió un desencanto. ¡Ya me veía con cabeza rapada, capuchón y sotana!

Mariscal, ¿cuál ha sido la época más feliz de su vida?

Los mejores dí­as de mi vida, durante mi juventud, por supuesto fueron los pasados en Arica, cuando estuvimos de guarnición, antes de la toma de Arequipa. Tuve gran partido entre las muchachas ¡me divertí­ mucho!

¿Mariscal, y el recuerdo más satisfactorio de su vida militar?

La campaña de La Breña, es, la página más honrosa de mi vida militar. No vacilo en proclamarlo yo mismo. Me enorgullezco de ella. Tengo muy presentes y me acompañarán hasta la tumba, todos los entusiasmos, todas las satisfacciones, todas las decepciones, y amarguras también, que experimenté durante esos tres años de constante batallar. Todos los que se agruparon a mí, para continuar la campaña y arrojar al odiado enemigo del país, aún después de los desastres de San Juan y Miraflores y la toma de Lima, rehuyeron ayudarme… Ambiciones, rencillas, pequeñas pasiones, todo se coaligó contra mí, que defendía la patria, cuando todos la dejaban abandonada al infortunio, el recuerdo de mis soldados y guerrilleros, el pueblo en armas, marchando entre punas y quebradas, airosos y bravíos, ellos fueron los grandes héroes anónimos que algún dí­a la historia reivindicará.

¿Cierto que el Kaiser, reconoció en Ud. al vencedor de Tarapacá?

Claro. Fui a la audiencia que pedí­a en mi carácter de ministro del Perú y el Káiser avanzó hasta alargarme la mano: “Tengo el gusto de estrechar la mano al vencedor de Tarapacá, esa gran batalla ganada después del desastre de San Francisco”. El Rey de España cuando me conoció, me dijo: “Se conoce que Ud. ha combatido siempre de frente, general”. Aludí­a a la cicatriz que llevó en el rostro. Y el de Italia: “Celebro mucho conocer al general que tantas glorias ha dado a su paí­s”

Final del Torneo del Inca 2015: Alianza Lima vs César Vallejo [FIN DEL PARTIDO]

VALLEJO CAMPEON TORNEO DEL INCA 2015

Resultado Final: Alianza Lima 1 – César Vallejo 3

César Vallejo se adjudicó de manera impecable el Torneo del Inca tras vencer 3-1 a Alianza Lima en el Nacional con goles de Montes, Cedrón y Chávez. Los blanquiazules habían adelantado con gol de Miers. El cuadro ‘Poeta’ tendrá mínimo, un lugar en las semifinales por el título nacional de fin de año.

El primer tiempo fue de muchas emociones más allá de los tantos. Ello porque las líneas de contención fueron muy flojas. Tanto Quinteros como Cruzado tuvieron libre pase para atacar y lo mismo pasaba con Deza y Landauri en Alianza.

A los 6′, un espectacular desborde de Cueva arrastra la marca de los defensas trujillanos, luego sirve a Guevgeozián quien con el arco libre la tiró afuera en una oportunidad inmejorable para los blanquiazules. El partido comenzaba a hacerse friccionado y las amarillas no se hicieron esperar

El ida y vuelta daría lugar al tanto aliancista a los 19 cuando desde un córner, Miers cabecea superando la marca de Riojas que se quedó estático. El paraguayo la clavó en el ángulo en lo que fue su mejor intervención porque defensivamente fue superado muchas veces.

Vallejo poco a poco fue tomando el control del encuentro ante un Alianza que intentaba tocar y salir en velocidad. A los 37′, un córner es cabeceado en área aliancista por Montes completamente solo para poner el 1-1 que a esas alturas ya asomaba justo porque los victorianos habían perdido la solidez de los primeros minutos.

En el complemento, Alianza en los primeros minutos salió decidido a establecer diferencias en el marcador, pero varios de sus hombres sintieron cansancio, entre ellos Deza que pocos minutos después fue cambiado por Preciado.

A los 73′, ocurriría lo que todo el estadio ya temía por cómo venían ocurriendo los acontecimientos. Centro desde la derecha que Araujo peina al querer despejar y en ‘palomita’ Cedrón la empalma de cabeza para marcar venciendo la resistencia de Forsyth que manotea.

A los 79′, Chávez solo frente al arquero quiso colocarle la pelota y la tiró cuando con ese gol sentenciaba el encuentro. Pero Alianza ya tenía todas las puertas abiertas en el fondo donde los centros de los trujillanos eran permanente peligro. A los 83′, Chávez también de cabeza ante un centro, puso el 3-1 definitivo.

Vallejo así logró el primer título de su historia haciendo un gran partido en la final ante un Alianza que nuevamente equivocó el camino, con un Sanguinetti que replanteó el segundo tiempo con jugadores inactivos como Preciado y Mimbela, que nunca aparecieron durante los noventa.

Síntesis:

Alianza Lima (1): Forsyth, R. Guizasola, Araujo, Miers, Trujillo, Míguez, Atoche, Deza, Landauri, Cueva y Guevgeozián. DT: Guillermo Sanguinetti

César Vallejo (3): Libman; Requena, Riojas, Cardoza, Guizasola; Cuicci, Cruzado, Quinteros, Millán; Chávez y Montes. DT: Franco Navarro.

Goles: Miers a los 19′ (AL). Montes a los 37′, Cedrón a los 73′, Chávez a los 83′ (CV).

Cambios: Cedrón x Quinteros a los 66′, Silva x Montes a los 88′, Morales x Cruzado a los 89′ (CV). Preciado x Deza a los 61′, Noronha x Atoche a los 76′, Mimbela x Landauri a los 84′ (AL).

Amarillas: Guizasola, Miers, Miguez, Deza, Araujo (AL). Quinteros, Riojas, Cardoza, Cedrón, Chávez (CV).

Rojas: No hubo.

Árbitro: Henry Gambetta.

Escenario: Estadio Nacional.

Fuente: OVACIÓN.

Denuncian inminente venta de la Escuela de Equitación del Ejército del Perú a chilenos

GENERAL JOSE ANTONIO GRAHAM AYLLON

Redactor: Víctor Alvarado

El ex comandante general del Ejército, general (r) José Antonio Graham Ayllón, en enérgico pronunciamiento denunció la pretensión del gobierno del presidente Ollanta Humala, de vender una porción de la Escuela de Equitación del Ejército, localizada en el distrito La Molina (Lima)  al consorcio chileno Saga Falabella- Ripley, y le instó a dejar sin efecto la medida porque se produce en un contexto de conducta inamistosa de Chile contra el Perú, como lo prueba los recientes actos de espionaje antiperuano.

Graham, antes de emitir este pronunciamiento, agotó dos gestiones, primero se dirigió a la Comisión Consultiva del Ejército- CCE, a la cual pertenece con los ex comandantes generales del Ejército y luego al propio comandante general del Ejército, general EP Ronald Jiménez, ante quienes les expuso la inconveniencia de que el Ejército sea obligado a recibir rentas chilenas, como si no tuviéramos otras alternativas. Al recibir como respuesta que los negocios serían llevados adelante, procedió a presentar su renuncia al CCE.

En declaraciones a LA RAZÓN, Graham precisó que la decisión del presidente Humala, de vender parte de las instalaciones de la Escuela de Equitación del Ejército, fue comunicada a los integrantes de la Comisión Consultiva del Ejército, por el general de brigada EP (r) Jorge Bustamante, con la finalidad de obtener el respaldo de los integrantes de este grupo asesor, pero contra lo que este esperaba, los ex comandante generales del Ejército y ex presidentes del Comando Conjunto de las FFAA, lo rechazaron y desaprobaron.

Inadmisible

Refiere Graham que a la exposición del general Caballero, en su condición de jefe de la oficina de inmuebles del EP, para convencer a los ex comandantes generales de la conveniencia de hacer negocios con los empresarios chilenos, siguió otra reunión, con el propio ex comandante general, Ronald Hurtado Jiménez, quién les confirmó que los terrenos iban a ser vendidos “porque no se les da uso y nos lo pueden quitar” y porque el producto de la venta serviría “para paliar la falta de presupuesto del Ejército”.

Para Graham:

“Resulta inadmisible que nuestro Ejército reciba una renta económica de empresas de Chile, un país con el cual si bien es cierto debemos tener una relación de respetuosos vecinos, también es una realidad, que sus gobernantes, históricamente, acusan una rivalidad agresiva con temas pendientes que afectan nuestra soberanía como son los casos del triángulo terrestre, innegablemente peruano y que ellos en una interpretación torcida del fallo de La Haya pretenden convertirlo en chileno”.

Por si esto fuera poco, agrega, se añade el bochornoso espionaje chileno contra la Armada Peruana, mediante tres efectivos de la Marina, comprados por la inteligencia chilena, para ser abastecidos de información estratégica; así como las presiones chilenas, a través de determinados políticos, para que el Perú firme la llamada Convención del Mar, conocida como Convemar, que de hacerlo, nuestra soberanía quedaría reducida de 200 a 12 millas marinas.

Venta linda con traición

El ex jefe de Estado Mayor del Ejército, general EP (r) Tomás Marky, demandó al Gobierno y al Congreso a conservar la intangibilidad de los cuarteles militares sin excepción y rechazar el juego innoble de los mercaderes disfrazados de políticos, cuya única bandera es el vil dinero. “Creo que estamos ante un hecho bárbaro que linda con la traición”, dijo. Seguidamente, llamó al alcalde de La Molina, Juan Carlos Zurek, a adoptar la misma valiente actitud del ex alcalde de Surco, que rechazó e impidió la venta que pretendió hacer el ex segundo gobierno aprista, de vender parte del cuartel general del Ejército, conocido como“Pentagonito” a empresas chilenas.

Es una estrategia chilena

El comandante EP (r) y actual presidente de la Asociación de Oficiales de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional de Arequipa, Julio César del Carpio Gallegos, señaló que para nadie es un secreto que una estrategia de la hipótesis militar chilena de conflicto con el Perú, es que sus capitales privados se hagan de la propiedad de las instalaciones militares peruanas, con la finalidad de afectarles su autoestima y humillarlas.

“De otra manera no se explica el pronunciado interés empresarial chileno de comprar los terrenos del casino militar, hospital militar, el Pentagonito e incluso el de la división blindada del Rimac, como si no hubiera otros terrenos disponibles”, dijo.

A propósito del video porno de Milett Figueroa

ALAN GARCIA MILETT FIGUEROA

¿Quieres el video porno de ‪Milett Figueroa‬? No te conformes con el árbol, mira aquí el bosque:

Alan García y Milett se conocieron en enero de 2015. Aquella vez la popular señorita publicó una foto del encuentro que se viralizó inmediatamente. En marzo, Alan fue al programa de Magaly Medina y le echó flores a Milett. Ella devolvió los halagos y dijo que Alan «es un ejemplo de persona». Poco después Milett fue al mismo programa de Magaly y cantó ‪»Happy Birthday Mister President»‬ a Alan. Un mes despúes explotó el caso ‪Oropeza‬, se revelaron los vínculos entre el ‪‎APRA‬ y el ‪Narcotráfico, y justo cuando la opinión pública esperaba el descargo de Alan —oh, qué casualidad— apareció el video porno de Milett.

Kuntur Rock: Especial Del Pueblo y Felipe Castro Mendivil

RED AMBER

Hoy en el Kuntur Rock…Piero Bustos presenta su disco Maestros 33 y nuestro amigo Arturo Vigil Sótano Beat hace un especial de la última producción de Felipe Castro Mendivil (Ex primera guitarra de la banda progresiva limeña RED AMBER) en su calidad de solista…entre muchos datos e información de la escena roquera limeña en su actualidad.

Recuerda siempre que el Kuntur Rock llega a sus hogares todos los domingos de 8 a 9 pm vía Radio Bacán 1130 AM y Radio La Invasión.com desde LIMA PERÚ y para todo el mundo.

¡¡¡ESCUCHA AQUÍ EL AUDIO!!!