Resultado Final: Alianza Lima 0 – U de Chile 1
Un error en la defensa aliancista, permitió el gol para los «chunchos» y llevarse la victoria en el estadio de Matute.
El dominio de los blanquiazules fue más que evidente, pero nadie la embocaba. No fue esa noche de magia de José Carlos Fernández ni de Wilmer Aguirre.
Quizá el error provino de la banca, la inclusión en la parte complementaria de los jugadores Alexander Sánchez y Jhonnier Montaño cambiaron el rostro al cuadro de Alianza Lima.
Los chilenos se defendieron bien, esperaron al cuadro victoriano por buenos momentos y esporádicamente llegaban al área.
Pero, en un error defensivo, se perdió el partido. Sospecho que el partido era para que esté en la defensa el jugador Leandro Fleitas.
Ahora el 6 de mayo se volverán a ver las caras estos cuadros en Chile, aún en un estadio sin definir. Alianza tiene jugadores para cambiar esa historia.
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Para todos los PERUANOS de este blog de PERUANOS y para PERUANOS
ESTA ES LA HISTORIA QUE NUNCA NOS ENSEÑARON EN EL COLEGIO, POR CONVENIENCIA DE LOS GOBIERNOS TRAIDORES Y CORRUPTOS.
Durante el gobierno de Prado, se corría un estribillo que decía: “Este jabón lava, pero nunca sacará la mancha” y todo aquel que lo decía o escribía terminaba en la cárcel.
NUNCA OLVIDEMOS NUESTRA VERDADERA HISTORIA PERUANOS.
MEDITEN AL RESPECTO Y SAQUEN SUS PROPIAS CONCLUSIONES.
El Rol de Nicolás de Piérola en la historia del Perú
Seguramente Nicolás de Piérola debe ser uno de los personajes que más daño ha causado al Perú y sin embargo, a través del tiempo se le ha rendido pleitesía y hasta la principal avenida de Lima lleva su nombre. En las escuelas y colegios del país nunca se narro la historia verdadera de este político que le tocó ser una figura preponderante en los aciagos años de la Guerra del Pacífico, por el contrario se le menciona como al patriota que dio todo de sí por su patria.
Ni los conocidos historiadores, Jorge Basadre, Pons Muzo ni otro, se atrevieron a escribir la verdad sobre Piérola y no porque no supieran cual era lo cierto, sino, por el temor que casi siempre han tenido estos intelectuales a las clases dominantes y de poder en el Perú, además sabían que pasando por encima de monstruosas verdades, podrían sus libros ser aceptados por el Ministerio de Educación del Perú y por otro lado serian reconocidos como hombres ilustres. Por ejemplo, nadie dijo que en realidad la guerra del 79 no fue con Chile, sino que fue con un país poderoso como Inglaterra, la primera potencia del mundo en esos años, que uso a Chile como instrumento para arrebatarle a Perú y Bolivia las riquezas que guardaban su suelo, riquezas que como era natural fueron a parar a las empresas inglesas después. Como una muestra de esto, puedo señalar que Chile, por la adquisición de sus blindados Cochrane y Blanco Encalada, no pagó ni un solo peso a Inglaterra que los construyó.
Sin embargo, es importante que la historia real se vaya abriendo campo, porque como es sabido, solo los pueblos que conocen y respetan su historia pueden aspirar a un futuro mejor. Para no explayarnos en este tema nos centraremos en una parte de la historia.
Era el mes de noviembre del 1879, y el Perú ya había perdido el Huáscar en Angamos; sólo le quedaba un débil barco de guerra que era la corbeta Unión. El gobierno de Mariano Ignacio Prado, resolvió hacer una colecta nacional para comprar dos blindados que podían significar la salvación de la república, ésta se llevó a cabo el último domingo de ese mes de noviembre y cuentan los que vivieron por esos tiempos, que todo el Perú acudió a ese llamado, desde las esferas acaudaladas, hasta los más pobres. Las mujeres entregaron sus joyas y los niños sus alcancías. Por esos días llegaba al Callao desde Santiago de Chile, Nicolás de Piérola, país donde se encontraba exiliado y con el amparo de la burguesía chilena que tenía el poder en esa nación. Apenas desembarcó, empezó a conspirar en la oscuridad contra el gobierno, cosa que era costumbre en él, porque éste fue el eterno revoltoso, que hizo revoluciones y montoneras, que siempre fueron derrotadas por el gobierno de turno.
El 18 de diciembre del mismo año, el presidente Prado, a escondidas, se embarca en el Callao en un vapor que iba a Panamá, llevándose el producto de la colecta, que el pueblo peruano hizo para comprar dos barcos blindados. Cuando llegó a Guayaquil renunció a su cargo y se fue a Paris de donde jamás volvió y fue un hombre acaudalado en la ciudad luz. Esta indignante traición apenas si se cuenta en la historia oficial del Perú. Mariano Ignacio Prado no volvió, pero años mas tarde si volvió su hijo Manuel Prado Ugarteche y aunque parezca increíble, el pueblo peruano lo eligió DOS VECES presidente. Qué cierta es, a veces, la amnesia de los pueblos. Su familia en el país, fue poderosa y acaudalada, ostentando lujos y osadía y todo eso con el dinero de hombres y mujeres, de niños y ancianos que se desprendieron de lo que tenían, pensando en salvar a la patria.
La huída de Prado, significó el momento preciso que buscaba Piérola para hacerse del poder y así al frente de una montonera entró en Lima, para derrocar al gobierno que estaba a cargo del vice presidente, el General La Puerta, hombre entrado en años y de poco carácter, que no opuso mayor resistencia, además las tropas acantonadas en Lima, a través de sus jefes anunciaron que no se batirían contra peruanos en un momento tan difícil para el Perú, por lo que aceptaban el gobierno de Piérola, para no causar mas males a la nación.
Apenas Piérola tomo las riendas del país, empezó un monstruoso plan contra su propio país, el Perú. Este hombre conocido como vanidoso, engreído y ego centrista, comenzó a dar los pasos para hundir a nuestro país. Está claro que todo lo que hizo, fue cumpliendo consignas de sus amigos chilenos, de quien él fue un especial huésped siempre.
Lo primero que hizo, fue cortar todo apoyo y abastecimiento al Ejército del Sur, acantonado en Tacna, sitio donde se llevaría la segunda etapa de la guerra con Chile. Al Mando del Ejército del Sur o de Tacna, como también se le llamaba, estaba el Contralmirante Lizardo Montero, hombre que había combatido y derrotado a Piérola años antes en una de la muchas revoluciones que éste inició. Por lo tanto lo tenia como enemigo político y sentía celos de él, porque si tenia éxito en la Campaña del Sur, podría ser bien visto por el pueblo peruano y podría arrebatarle la presidencia. Pensando así, de esa forma tan mezquina, condenó a estas fuerzas peruanas al más absoluto abandono, en momentos en que se jugaba el destino del país.
El pueblo limeño al notar esta actitud, por demás reprochable del dictador, salió a las calles en ruidosas manifestaciones, pidiendo que se envíe socorro a los defensores del sur, que sufrían por escasez de alimentos, armas, municiones, ropa y los refuerzos necesarios para enfrentar al fuerte y numeroso ejército chileno que empezaba a desembarcar en Ilo, en ese tiempo llamado Pacocha. En Lima había en ese momento dos divisiones de ocho mil soldados cada una, que había formado el General La Cotera, por orden del gobierno anterior y que permanecían inmóviles en sus cuarteles. Piérola, para acallar las protestas ordenó enviar un cargamento secreto hacia Arica, en la corbeta Unión. Así fueron embarcadas, con mucha fanfarrea y teatro, un cargamento en el que se suponía iba la salvación del Ejército del Sur. La misión era muy difícil, porque el puerto de Arica estaba bloqueado por la escuadra chilena. Manuel Villavicencio, marino hábil e inteligente, fue el encargado de llevar a la Unión a su destino. Corrían los últimos días del mes de febrero de 1880, La Unión se acercó al puerto de Arica en la madrugada del 26 de ese mes y empleando buenos maniobras, pasó en la oscuridad entre los buques chilenos y ancló en el muelle del puerto peruano e inmediatamente inició la labor de descarga, sin ocuparse de contestar al cañoneo de la flota del país del sur. El Huáscar, que por ese entonces, ya estaba al servicio de la escuadra chilena, intentó espolonear a La Unión, pero un certero cañonazo de una batería de tierra paró esa intención y además causó la muerte de su comandante, de apellido Thompson.
A las cuatro de la tarde la faena había terminado y sin perder tiempo aún cuando el sol no se perdía en el horizonte, La Unión con una hábil maniobra logra romper el cerco de la poderosa escuadra chilena, en medio de las hurras peruanas que se encontraban en el muelle, del asombro de los marinos chilenos y el aplauso y admiración de los barcos neutrales, que en señal de saludo, lanzaron al aire sus sirenas. De ésta manera, La Unión llegó al Callao, sana y salva.
Pasada la euforia, los peruanos en Arica comenzaron a desempacar el cargamento que vino en cajas cerradas y se dieron con la triste sorpresa de que sólo les habían enviado montones de tela blanca y dos ametralladoras malogradas e inservibles. Piérola se había burlado de ellos y del pueblo peruano en la forma más despiadada que se le pudo ocurrir. Este hecho que había levantado la moral peruana en un principio, significó un terrible golpe al ánimo de los defensores del Perú. Respecto a esto, el historiador chileno Vicuña Makena dice: “este hecho trajo desazón en los espíritus entre la oficialidad y tropas peruanas”. Ahora sabían los peruanos del Ejército del Sur, que estaban abandonados a su suerte y que no recibirían nada de su propio gobierno. Piérola estaba cumpliendo su cometido: Facilitar la derrota de su patria, el Perú.
En este escenario, se dio la batalla de Tacna o del Alto de la Alianza. Los chilenos avanzaron desde el norte con 18 mil soldados y 1200 jinetes de caballería, con numerosa artillería manejada magistralmente por los artilleros ingleses. Los peruanos que estaban aliados con Bolivia opusieron 6500 peruanos y 3000 bolivianos, sin caballería y con 12 piezas de artillería. El llamado Ejército de Arequipa, que había salido desde Arequipa 2 meses antes al mando del Coronel Leiva, con 2000 soldados, para unirse al ejército de Tacna, jamás llegó. Su avanzada fue tan lenta, que el 26 de mayo día de la batalla, se encontraba en Mirave a 130 kilómetros de Tacna, de donde regresó a Arequipa. Obviamente, este mal coronel no llegó a su destino por órdenes de Piérola, que era su amigo y coterráneo ya que ambos eran de Arequipa.
A pesar de la tremenda diferencia de fuerzas, el encuentro fue terriblemente parejo, sobresaliendo el batallón Zepita al mando de Cáceres, y por el lado boliviano, los Colorados hicieron honor a su fama de aguerridos. Ante el tremendo empuje de valor y coraje aliado, el chileno empezó a retroceder y parecía que la victoria sería aliada; los batallones chilenos retrocedían y estaban a punto de entrar en pánico, a pesar de que los oficiales de ese ejército sableaban a los que daban la espalda. Sobre este momento, Vicuña Makena escribe: “Los batallones chilenos retrocedían y parecía que iban a entrar
En pánico, en ese momento la suerte de Chile pendía de un hilo”. Y lo que decía este historiador era cierto, porque Chile había invertido todo lo que tenia en esta batalla y si la perdía, simplemente perdía la guerra, porque les hubiera sido imposible volver a formar otro ejercito. Pero, fue en esas circunstancias que se detuvo el avance peruano. Sucedió que, lamentablemente se habían agotado las municiones y entonces lo chilenos volvieron a la carga y a nuestros compatriotas no les quedó más que batirse a bayoneta. Se perdió la batalla de Tacna y con ello la oportunidad de salvar a la nación, todo por la traición de un cucufato que se creía Dios y que servía al enemigo, Chile. La derrota del ejército de Tacna, agobió al pueblo peruano y corrieron muchas lágrimas cuando se difundió la noticia; sin embargo, en Palacio de Gobierno de Lima, hubo fiesta.
El 28 de mayo de ese mismo año, dos días después de la batalla, se publicó en el diario oficial del gobierno de Piérola, llamado La Patria, un editorial que empezaba con las siguientes palabras: “Hace dos días atrás fue destruido en Tacna, el último reducto del corrupto régimen anterior” refiriéndose a los mártires del Alto de la Alianza, que todo el Perú lloraba. A ese punto llegó la insania mental de este dictador al servicio de Chile, en el peor momento de la historia del Perú.
Pasaron los meses y el ejército invasor comenzó a desembarcar en las cercanías de Lima, todos los militares conocedores de su oficio le recomendaban salir al encuentro de las tropas chilenas que estaban desembarcando, para batirlas por separado impidiendo que puedan concentrarse. El diario El Comercio, en sus artículos y editoriales también exigía lo mismo, sin embargo Piérola, reacio a todo consejo, permaneció inmóvil permitiendo que los chilenos tranquilamente desembarcaran y se trasladaran a Lurín. En el fondo no quería delegar a nadie el mando del ejército, tampoco quería dejar Palacio de Gobierno y por
Eso decidió esperar al ejército de Chile, en las puertas de Lima. Así, el 13 de enero de 1881, en San Juan, se dio el primer encuentro del compacto ejército chileno apoyado por su escuadra, contra un ejército peruano totalmente intencionalmente mal dirigido por Piérola. Naturalmente, el resultado no pudo ser bueno para los peruanos, que tuvieron que retroceder hacia la segunda línea colocada en Miraflores.
Terminada la batalla de San Juan, la soldadesca chilena se desbandó y comenzaron a saquear las residencias de Chorrillos y cercanías, donde había muchas bodegas de vinos y otros licores, productos que los soldados mapochinos comenzaron a beber en forma desenfrenada, mientras le prendían fuego al pueblo.
Preocupado el General Baquedano, comandante en jefe del ejército chileno, le pidió una tregua a Piérola, cosa que éste aceptó inmediatamente, obviamente tenía que ser así. Piérola no podía permitir una debacle del ejército chileno.
En la noche, mientras el fuego consumía las casas y residencias y los chilenos se mataban entre si y otros dormían en las calles o deambulaban totalmente embriagados por el alcohol, se presentó ante el dictador peruano, el Coronel Cáceres, para pedirle permiso y atacar con su batallón de dos mil hombres a los chilenos en la absoluta convicción que con esa acción terminaría con el ejercito chileno que se hallaba desbandado y borracho y con ello se ganaría la guerra. Como era de suponer, Piérola le negó el permiso, aduciendo que le había dado su palabra al comandante chileno de que no atacaría (una prueba más de que este hombre, servía a Chile). Naturalmente, cuando a los chilenos se les pasó la embriaguez y se reagruparon, se olvidaron de la tregua y empezaron el ataque contra la segunda línea defensiva que estaba en Miraflores; esto ocurrió a medio día del 15 de enero. Las mal distribuidas fuerzas peruanas poco pudieron hacer y a Piérola, el supremo comandante del país, no dio ni una sola orden, y cuando ya todo estaba consumado, se retiró del escenario hacia Lima y para sellar su obra contra la Patria, ordenó a todos nuestros soldados depositar sus armas en el cuartel Santa Catalina. Por esta acción, lo chilenos al ocupar Lima, encontraron 15 mil fusiles en el mencionado cuartel. Piérola después de haber dado esta última orden huyó a la sierra, pero después de algunos años volvió a la escena política y como es normal el mal de amnesia de nuestro pueblo, fue elegido presidente nuevamente.
Esta es la historia no contada de Piérola en la etapa de la guerra con Chile. Sus actos de flagrante traición a la Patria deberían haberlo sepultado bajo un montón de tierra sin pena ni gloria, sin embargo, se le rinde homenaje poniendo su nombre a plazas, calles, clubes, billetes de moneda y otros sitios donde sólo debieran estar reservados
PARA HOMBRES QUE HONRRARON AL PERU
No compres ni consumas productos chilenos
Solo compra productos que el codigo de barras empiese por el numero 775
PERUANO, has patria, mata un chileno ¡ya! (Degollalo)
Alejandrina tu, viva el ¡PERU!
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Y YA LO VEEEEEN
Y YA LO VEEEEEEN
ALIANZA LIMA CORAZON!!!!
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CORAZON ALIANZA LIMA!!!
CORAZON PARA GANAR!
A LA VICTORIA VOLVEREMOS
PARA VERTE CAMPEONAR!!!
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VAMOS GRONES A GANAR!!!
ES LA GENTE DE COMANDO!!
QUE TE QUIERE VER CAMPEONAAAR!!!
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ALEJANDRO VILLANUEVA CARAJO, UNO DE LOS MAS GRANDES DEL PERU!!!!
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chilenos babosos ganaron por pura suerte…pero como los chilenos son tan imbeciles LES ROBAMOS SU BANDEROLA Y SU BOMBO…MIRA COMO QUEDÓ TU BUS CHILENO CAGON Y RECOGE LOS CENTIMOS QUE TE TIRAMOS DESDE ORIENTE!!!
OLE LE LE
OLA LA LA
NOS VAMOS PARA CHILE A CLASIFICAAAAAR!
OLE LE LE
OLA LA LA
NOS VAMOS PARA SANTIAGO ¿QUE YA TIENEN DONDE JUGAR? JAJAJAJA
CHILENO BABOSO!!!
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ptm me llegan al huevo los chilenos y el arbitro son unos recon………..
y me llegan los inchas que ponen susu fotos de germas
en su msn
jajaj
me llegan ptm bamos todos lo peruanos a hacer la cagada a chile jajaj
enserio ptm
era pa gane alianza lima
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todos los chilenos se la comen
chilenos hijos de sumadre mal paridos h ijosde pe
hijos de galaxia de mil putas
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saquenlo al arquero fulero esta con una chilenita por eso se conporto asi durante el partido de alianza parece q no es de peru saquenlo a gustavo costas q maneje un tecnico con jerarquia y diciplina por eso es expancion grone soy de arequipa por eso estamos como estamos no demustran chilenos un bailon parecia ayer el partido de alianza lima i u de chile fuelro el arquero forsay nos salvo el colombiano arriba peru somos azules de arequipa peru
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yo soy de la u pero algo peor que ser aliancista es ser un chileno ladron uno a uno nunca han podido……
asi que mas estar alegre chileno huevon deberian darles verguenza
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¿Quien fue el inteligente que permitio un arbitraje ecuatoriano en suelo chileno contra un cuadro PERUANO, como el Alianza Lima?
Acuerdense esto que les voy a decir, nunca, pero nunca el PERU debe competir en algun deporte y que tenga como arbitro un chileno o un ecuatoriano, es preferible no jugar que perder por culpa del arbitro, ellos siempre estaran contra el PERU, asi que las autoridades PERUANAS deben de tomar cartas en el asunto cuando se presente esta situacion.
Siempre los chilenos jodiendo al PERU, robandolo y estafandolo, acaba de suceder nuevamente con el partido de futbol que efectuo el Alianza Lima, nos metieron un paquete chileno ¿donde estan las barras y que bravas del Alianza Lima? hay que salir a matar a todo chileno que se cruce en nuestro camino, para que no vuelvan a robarnos nada estas ratas chilenas, al igual hay que hacerlo con los ecuatorianos, para que no se vualvan a vender nunca mas contra el PERU.
Nosotros en el PERU nos matamos entre hermanos, sea por lo que sea, la guerrilla PERUANA mata campesinos PERUANOS que nunca han hecho nada en contra del PERU, pero la famosa guerrilla PERUANA no se mete con esta clase de extranjeros y sus paisanos que lo unico que hacen es perjudicar al PERU, la guerrilla PERUANA es una cagona del miedo con esta gente que esta perjudicando al PERU.
A matar chilenos y ecuatorianos señores guerrilleros, que esos son nuestros verdaderos enemigos.
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PERUANO, has patria, mata un chileno ¡ya! (Degollalo)
Alejandrina tu, viva el ¡PERU! carajo
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ESCRITO POR UN HERMANO ARGENTINO, ESTA ES LA ENVIDIA QUE LE TIENEN AL PERU Y ES PEOR AUN LA ENVIDIA QUE NOS TIENE AL PERU NUESTRO ENEMIGO DE TODA LA VIDA chile
Marcos Aguinis |
Viaje a un país que ha logrado continuidad en sus politicas de estado
Envidia al Perú
Marcos Aguinis
Para LA NACION
LIMA. – Luego de siete años regresé a esta ciudad, invitado por su Feria del Libro. Confieso que me asombró. Sus calles limpias, los muros bien pintados, infinitos trabajos de restauración, incontables nuevos edificios, tareas para mejorar el tránsito, embellecimiento de la costa y un clima general de optimismo generan una impresión fuerte. Se celebraban las fiestas patrias y, como argentino, me dio placer corroborar el amor de este país por San Martín, a quien incluso en la prensa se lo celebra como más querido que Bolívar, dato explícito que no tienen pudor en disimular. No soy de los que caen fácilmente en una precaria competencia de próceres, pero quizás en el Perú se insiste en la energía de este vínculo para referirse -de modo oblicuo- a la firmeza con la que sucesivos gobiernos han rechazado las seducciones del atrasista club “bolivariano” de Hugo Chávez. En efecto, se insiste en que la fecha de la Independencia y los colores de la bandera nacional siguen siendo las determinadas por el Libertador argentino, no las del nacido en Venezuela. Es un dato poco relevante, pero que no se debe perder de vista.
Más relevante es la encuesta sobre un 95 por ciento de peruanos actualmente orgullosos y optimistas de su país. La encuesta también revela que grandes problemas están siendo resueltos de forma satisfactoria, pero aún sigue pendiente la derrota de la delincuencia, el narcotráfico y la corrupción, males que se extienden como un manto demoníaco sobre toda América latina.
Un hecho notable, y que produce mi envidia de argentino, es que sucesivos gobiernos caracterizados por discursos diferentes han mantenido continuidad en varias políticas de Estado. No han pretendido empezar de cero y romper con todo lo precedente. Aunque son notorias muchas diferencias de doctrina y discurso, se han mantenido las decisiones correctas o genuinamente beneficiosas. Fujimori está preso, pero no todo lo realizado por su gobierno fue despreciado ni destruido; su hija es diputada y aspira a ser presidente. Es obvio que se condene el autoritarismo y la corrupción de Fujimori y Montesinos, pero no su éxito contra el delirante Sendero Luminoso y el alivio a las cargas del Estado mediante la privatización de empresas deficientes (el programa económico de Fujimori fue el de Mario Vargas Llosa, su rival en las elecciones, lo cual se consideró al principio una felonía y luego una decisión sabia). Las vigorosas líneas liberales del presidente Toledo perduran en el actual. Y el actual, inspirado en el viejo APRA, lleva adelante una gestión moderna que habría escandalizado a Haya de la Torre, su fundador. Lo cierto es que Perú ingresó en una ruta de progreso acelerado. La sucesión gubernamental fluye de modo coherente y lógico, con la mirada puesta en el futuro. Integra otro club de países latinoamericanos menos ruidoso, pero más brillante, compuesto por Chile, Brasil, Uruguay, Colombia y Costa Rica. Su deseo de estrechar más los vínculos con la vecina Colombia se ha manifestado en la visita del presidente electo, antes de su asunción.
Muchos peruanos emigraron por la pobreza. Muchos aún no consideran oportuno regresar. En el concierto de las naciones, su país no estaba en una ubicación brillante. Pero las cosas empezaron a cambiar. Es lo meritorio. Y es justo reconocerlo.
La libertad de prensa no sufre acosos. Luego del discurso del presidente en el Día de la Independencia, me concentré en los medios que se consideran favorables a su gestión. Ahí pude corroborar que no existe la prensa oficialista. Hasta los diarios que se señalan como más cercanos al Ejecutivo no saltearon una página sin estrujar alguna crítica. En el abanico de opiniones aparecían contrastes, repeticiones, sospechas y hasta golpes bajos. En la televisión, Jaime Bayly hizo desternillar de risa con sus disquisiciones de sierra inclemente. No había espacio radial que no lanzara puntos de vista opuestos al discurso. Predominó la tendencia de afirmar que era un melancólico mensaje de despedida, porque el año próximo habrá elecciones y no volverán a caer en una insana reelección: aprendieron de la experiencia. Pero también se tuvo la grandeza de reconocer que Alan García deseaba irse esta vez con gloria y no como un delincuente. El Comercio , fundado en 1839, tituló en tapa con una frase de himno triunfal: “¡No dejaré bombas de tiempo!”. Fue lo más destacado del discurso presidencial. Y, al ser repetida por los medios, aplaudían a un mandatario que no quiere depositar cargas horribles sobre los hombros de su sucesor. Es la clave de una continuidad positiva, de un progreso que beneficie al país.
Alan García inició su segundo mandato hace cuatro años, luego de casi dos décadas de exilio y una sostenida mala imagen. La nación tragaba saliva ante cada uno de sus gestos. Las elecciones habían sido amargas, porque el país oscilaba entre lo malo y lo peor. De un lado, el candidato populista e irresponsable que debió huir por los techos; del otro, el nacionalista Ollanta Humala, que conducía al fascismo antisistema. Ahora los miedos se han disipado. García aprovechó su estada en el exterior para ver y estudiar el mundo. Madurar. Y se dedicó a un gobierno sin sobresaltos, con la serenidad de quien no desea mantenerse encadenado a ideologías arcaicas ni elevar su imagen con experimentos absurdos. Fue un continuador de las cosas buenas. Incluso tuvo la lucidez de realizar autocríticas sobre algunas tareas incumplidas y otras hechas mal. Varios comentaristas subrayaron la debilidad y la escasez de esa autocrítica. Pero un argentino no podía sino asombrarse de algo que duele por su ausencia en la propia patria.
Es claro que Alan García desea irse bien para regresar después del período alternativo. Ahora no deberá pedir asilo en una embajada. Pero jugará una carta aún incierta su zigzagueo familiar. Tiene una hija de un primer matrimonio, luego varios con la cordobesa Pilar Nores y ahora un niño de seis años con otra mujer. El niño estuvo presente en los actos oficiales y se desempeñó con una primorosa picardía que la televisión se ocupó de destacar. Pero los comentarios insistieron en la ausencia de su esposa oficial y de la madre del niño que, se dice, está de nuevo embarazada. Hasta se criticó al cardenal primado por haberle dado la comunión a un adúltero en la solemne misa y tedeum.
De todas formas, el presidente lució su personalidad sosegada y socarrona, cansado por luchas ingratas (el escándalo de los petroaudios lo obligó a cambiar todo su gabinete). Por eso abundó en el pormenorizado detalle de su obra. No escatimó estadísticas para convencer sobre la verdad de sus afirmaciones, aunque no faltaron después quienes dijeran que estaban falseadas. De todos modos, es innegable que su gestión fue empedrada de innumerables y trascendentales obras. Un aspecto notable es el crecimiento de la inversión externa y local, que se ha traducido en la creación de millones de nuevos puestos de trabajo, un descenso notable de la desocupación y un incremento de la capacidad adquisitiva. Este rubro no es sólo el producto de este gobierno, como ya dije, sino de la consolidación de una confiable seguridad jurídica. En la vitrina, instaló los admirables progresos obtenidos en materia de educación, también envidiables.
El cáncer de la corrupción fue señalado sin maquillajes. Pidió al Poder Judicial más rapidez, eficacia y logros concretos para disminuirla. Dijo que ni el Congreso ni las fuerzas armadas deben considerarse exentas de aplicar su control en este rubro. De 2002 a 2009, 11.876 funcionarios públicos han sido procesados por delitos de corrupción. Pero no es suficiente para recuperar la salud.
El Comercio recordó lo expresado por el presidente días atrás: que el evidente progreso de la macroeconomía no habría sido posible si antes la nación no hubiera depuesto odios y pasiones estériles. Y, como argentino, volví a sentir envidia.
Perú no es aún una nación desarrollada. Carga vicios y conflictos que llevará tiempo superar. Pero ha logrado encaminarse bien. Algunos escépticos señalan que siempre hubo razones para un crecimiento acotado y que, tal vez, el crecimiento actual no se mantenga. Lo cierto es que ahora el progreso no se limita a ciertas actividades económicas, sino que abarca muchos aspectos fundamentales, como la educación, la inversión, la consolidación institucional y una sensata política exterior. Incluso la variedad étnica que durante siglos fue motivo de ensañamientos, ahora se reconoce como la fuente de un logro celebrado en todo el mundo: la calidad y originalidad de la cocina peruana, de cuya exquisitez me declaro testigo
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