Joseph Goebbels: «¡Nosotros no capitulamos!»

JOSEPH GOEBBELS

Por Joseph Goebbels

Cuando hace un año comenzamos, éramos un pequeño grupito de algunos cientos de hombres, desesperando del presente y divididos en la vida política diaria; de todos los sectores habíamos venido, el que tenía estudios de la derecha y el proletario de la izquierda. Cuando comenzamos; entonces no osamos esperar del cielo que tan pronto nos haría la gracia de obsequiarnos con el odio de nuestros enemigos en tan profusa medida. Pobres ilusos éramos, no adiestrados en las luchas por los pesebres que desde 1918 se llama política en Alemania. Sin conocimiento de los peligros que acechaban a nuestro derredor y sospechando apenas que fuera peligroso amar a un pueblo esclavizado y defender su libertad. Así comenzamos.

Más de uno sonrió y más de uno rió. Pero además de ser tan pocos, sin importancia y sin rango, a nuestro lado no había una prensa fuerte, no teníamos ni una organización ni el dinero con el cual generalmente se levanta algo así. Silenciosamente y sin alharacas nos pusimos a la obra, cada cual en su puesto. El uno predicaba en la fábrica, el otro en la oficina y el tercero desde la tarima elevada de la reunión popular. Cada cual cumplió con su deber, y así resultó una obra. Lo que creamos surgió por fuerza bien propia. Nadie nos ayudó, nos hemos ayudado nosotros mismos.

Y bien pronto cesaron las risas. Se comenzó a calumniarnos y a insultamos. ¡Cuánto nos alegramos de ser ensuciados por los aniquiladores de Alemania! Contra su resistencia nos hicimos grandes y fuertes. Cuanto más se nos enlodaba, tanto más duros se volvían nuestros rostros, tanto más terca nuestra voluntad de seguir hasta el final el camino reconocido como justo. Sabíamos dónde habíamos comenzado, ¡sólo Dios sabe dónde alguna vez terminaremos!

Cuando la persecución y la calumnia no lograron nada, entonces se nos lanzó el terror rojo al cuello. Nos encontró enhiestos como combatientes. No buscamos el terror, pero cuando nos quiso derribar a golpes, entonces lo recibimos con caras desesperadas y puños cerrados. Salones del Pharus, Spandau, Lichterfelde-Este, éstos no eran sucesos del ataque, éstos eran aún actos de defensa y de autoafirmación. Si el adversario había creído poder aniquilarnos de esa manera, se equivocó: crecimos y nos unimos más estrechamente.

Ahora el adversario lanzaba espumarajos de ira. Donde fracasaban medios normales, allí recurrió a la arbitrariedad y a la ilegalidad. Golpeó en la cara a su misma doctrina y dictó la prohibición.

Ahora ya no existimos más. No estamos ya. Un plumazo nos ha borrado de la lista de las realidades. Nos hemos vuelto anónimos. Ya nuestro nombre y nuestro signo hace temblar a la República.

¿Quién de ustedes hubiera creído jamás que fuésemos tan fuertes?

En la desesperación nos erguimos y nos volvimos fuertes. Si hasta ahora defendimos lo que ya no podía ser salvado, ahora saltamos más allá de la defensiva y atacamos. ¡Devolvednos nuestra Patria!

¡Nosotros no capitulamos!
¡No nos retractamos!

No tenemos nada de qué arrepentirnos, seguiremos luchando: ¡golpead: golpead! Sólo martilláis, dura como el acero, la terquedad dentro de nosotros. Nos hacéis muy grandes en el amor y grandes en el odio. ¡Nosotros no perdonamos! ¡No tenemos nada que convenir con ustedes! Nosotros tampoco conoceremos alguna vez el perdón, así como ustedes no conocieron el perdón cuando nos persiguieron!

Recién estaba uno frente a mí, volvía de entre las rejas, pálido, desgarrado y vejado. Había ofendido la majestad sanctasantorum de la República. Había osado afirmar que no era cierto que la libertad, la belleza y la dignidad imperaban en Alemania, Había dicho la verdad.

Una celda ha quedado vacía. ¿Quién irá mañana a su lugar detrás de barrotes de hierro?

Frente a esta pálida cara lo he jurado: ¡Nosotros no cedemos! ¡Nosotros no nos agachamos! ¡Nosotros no capitulamos!

Der Angriff, 3-VII-1927

Fuente: Facebook «Historia del Fascismo»

Joseph Goebbels: «Saber esperar»

JOSEPH GOEBBELS

«No hay nada más sencillo, satisfactorio y reconfortante que, a la cabeza de un joven grupo activista, practicar política de puño, hablar y actuar como lo manda el corazón, llamar a un sinvergüenza sinvergüenza y a un estercolero estercolero, dar una bofetada de ser necesario a un mentiroso, traidor y canalla notorio, decir y también hacer lo que toda persona decente piensa y siente; en suma, proceder con toda franqueza. Mas difícil es ya, acercarse sigilosamente desde la emboscada a la víctima, rondar como el gato a la papilla caliente, poner buena cara al mal juego, cerrar el puño dentro del bolsillo y apretar solo para sí los dientes y sisear «¡canalla!».

Pero lo mas difícil es como fiero lobo ponerse la piel de cordero, colocarse la máscara del hombre vulgar, ser indiferente entre indiferentes cuando por dentro arde un volcán, cuando día tras día y hora tras hora te persigue el diablo y quisieras a veces estallar en un insensato aullido de rabia por odio y sed de venganza. Pero también esto debe ser aprendido. Un revolucionario debe poder todo. Prueba de espíritu revolucionario no es solamente el pegar, sino el pegar en el momento justo.

También la revolución ha de ser organizada. Si la revolución no significa otra cosa que irrupción de una nueva postura anímica con contenidos espirituales y políticos de dirección distinta, y cuando el revolucionario esta convencido interiormente en forma tan inconmovible de la validez y necesidad de esta irrupción que de ser necesario estará dispuesto a sacrificar por ello su vida, entonces también encontrara medios y caminos para poner en marcha prácticamente esta irrupción. Las revoluciones tienen su característica en estos contenidos mismos, nunca en sus métodos. Las posibilidades de realización son mutables. Inmutable solamente ha de quedar lo que debe ser realizado.

¡Sí, esto es insoportable! Pero más insoportable para el que está a la cabeza que para aquel que marcha en las filas. Allí cada cual lleva su paquetito, pero el de arriba tiene que llevar también una parte de todos estos paquetitos y tiene que llevar el suyo propio además. ¿Creen ustedes que a nosotros no se nos contraen también alguna vez los dedos? ¿No saben que nuestra pluma una y otra vez quiere escribir palabras distintas a las que permite el intelecto que analiza fríamente? ¿Es que no oyen ustedes que la voz quisiera hablar de otra manera que la que permite la reflexión calculadora?

¡Saber esperar! Esto es lo importante ahora. Creer en la fuerza revolucionaria del Movimiento, aunque transite honesta y pacíficamente sus senderos aparentemente burgueses. No son los vengadores mas eficaces los que basan su odio en ira y sangre. Lanzarse fríamente al pellejo del adversario, tantearlo, espiar donde esta su punto vulnerable, afilar la lanza ponderada y calculadamente, con exacta puntería introducirla en el flanco descubierto y decir quizás por encima, sonriendo amablemente: «disculpe, señor vecino, pero no puedo de otra manera!» Esto es aquel plato de venganza que se saborea fríamente.

Sí, dices tu, pero los comunistas sí son terribles, esos arremeten como Blucher. Ciertamente, también yo lo sé. Pero ellos se pueden dar el lujo. ¿Acaso has visto alguna vez que un presidente de Policía berlinés mandase parar la cachiporra de sus soldados cuando cae sobre nuestras espaldas? Una revolución que goza de la benevolente protección de los poderes que ella combate, no es una revolución. Acá el espíritu de irrupción se sustituye por el sucedáneo de un método radical tolerado oficialmente.

¡No, no! Así no llegamos a la meta. Se trata ahora de organizar las fuerzas que están movilizadas en nuestras filas.

¡No hablen mucho, sino trabajen! Aprendan a tener convicción sin estruendo. La espera nos aprovecha mejor que a los que queremos destruir. El tiempo trabaja por nosotros, y si trabajamos mano a mano con el tiempo, entonces podemos observar confiada y tranquilamente cómo el enemigo empieza a cocinarse en su propia grasa.

¡Aprende a callar!
Así reza el primer mandamiento del revolucionario.

¡Aprende a esperar!
Así reza el segundo mandamiento del revolucionario.

Trabajar es el imperativo de la hora.
Y luego, ¡a esperar en silencio!»

Joseph Goebbels, en el diario «El Ataque». 18-11-1929.

Fuente: Historia del Fascismo – Facebook.

Funeral del Presidente Hugo Chavez Frias [FIN DE LA TRANSMISIÓN]

FUNERAL DE HUGO CHAVEZ

‘¡Chávez vive, la lucha sigue!’

El vicepresidente de Venezuela, Nicolás Maduro, despidió emocionado al gobernante Hugo Chávez, fallecido el martes en Caracas y cuyo funeral se celebró en presencia de una treintena de jefes de Estado y de Gobierno, asegurando que continuará viviendo y que la lucha sigue.

«La batalla continúa, ¡Chávez vive, la lucha sigue! Que viva Hugo Chávez, que viva nuestro pueblo», gritó emocionado Maduro entre aplausos de los asistentes a la ceremonia celebrada en la Academia Militar de Caracas.

En un discurso de un poco más de 30 minutos, Maduro, quien hoy es juramentado en una sesión especial de la Asamblea Nacional como presidente encargado, destacó el legado del hombre que gobernó Venezuela desde 1999.

Jefes de Estado y de Gobierno, así como el príncipe Felipe de Borbón, se turnaron para flanquear el féretro del presidente venezolano, Hugo Chávez, al comenzar el funeral de Estado en un acto que ha tenido lugar en la Academia Militar de Caracas.

Indicó que Chávez, quien en los últimos meses combatió contra un cáncer por el que fue operado en cuatro ocasiones en Cuba, lo «dejó todo arreglado».

«Ya queda de parte nuestra si lo hacemos o no lo hacemos. Nosotros llamamos a todo el pueblo a que lo hagamos», afirmó Maduro.

«Aquí está usted, comandante, con sus hombres, de pie, todos sus hombres y mujeres, leales, como lo juramos ante usted, leales hasta más allá de la muerte y usted, presidente en funciones de la República Bolivariana de Venezuela, comandante en jefe de nuestra Fuerza Armada», añadió el vicepresidente.

Destacó que «se cumplió la palabra» del líder cubano, Fidel Castro, quien, indicó Maduro, le había vaticinado a Chávez que cuando se tuvieran que ir lo harían con sus «pueblos, victoriosos, de pie, con la bendición y el amor de los justos y de las justas», señaló la agencia Efe.

«Hemos roto el maleficio de la traición de la patria y romperemos el maleficio de la regresión», prometió Maduro emocionado.

La ceremonia inició con la lectura de los hombres de todos los líderes, empezando con Raúl Castro. Posteriormente fue entonado el Himno Nacional venezolano, que fue tocado por la Orquesta Sinfónica llevada por el venezolano Gustavo Dudamel.

Guardias de honor

Las guardias de honor se fueron sucediendo durante varios minutos en una de las primeras etapas del funeral, que tiene lugar tras la muerte el pasado martes del hombre que dirigió Venezuela desde 1999.

La primera guardia de honor la integraron los presidentes de Cuba, Raúl Castro; Chile, Sebastián Piñera; Costa Rica, Laura Chinchilla; Bolivia, Evo Morales; Nicaragua, Daniel Ortega, y Ecuador, Rafael Correa.

La segunda por los presidentes de Colombia, Juan Manuel Santos; República Dominicana, Danilo Medina; El Salvador, Mauricio Funes; Guatemala, Otto Fernando Pérez, y Honduras, Porfirio Lobo.

Posteriormente lo hicieron Portia Miller Simpson, primera ministra de Jamaica, y los mandatarios Enrique Peña Nieto, de México; Ricardo Martinelli, de Panamá; Ollanta Humala, de Perú; José Mujica, de Uruguay, así como el príncipe Felipe de Borbón, de España.

La cuarta guardia la integraron Aleksandr Lukashenko, presidente de Bielorrusia, y Mahmud Ahmadineyad, presidente de Irán, quien se despidió de Chávez tocando el féretro y levantando el puño.

Posteriormente se crearon otros grupos, entre ellos unos integrados por músicos y deportistas, entre estos el director de orquestas Gustavo Dudamel, el beisbolista Manlio Ordóñez, el medallista de oro olímpico en esgrima Rubén Limardo, y el piloto de Fórmula 1 Pastor Maldonado.

Miles de personas acompañaron el miércoles el recorrido por las calles de Caracas del cortejo fúnebre de Chávez desde el Hospital Militar hasta la Academia Militar, hasta donde se han desplazado los seguidores del jefe de Estado para darle el último adiós.

Chávez murió el pasado día 5 a los 58 años y tras 14 años en el poder aquejado de un cáncer, que se le detectó en 2011 y del que nunca se reveló su tipo.

Encuesta Televisiva-Online sobre la Revocatoria a la Alcaldesa Susana Villarán [FIN DE LA TRANSMISIÓN]

RESULTADO FINAL

 

Encuesta realizada en RBC Televisión, el día 8 de marzo de 2013, sobre la Revocatoria a la alcaldesa Susana Villarán.

Vicepresidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anuncia el fallecimiento del Presidente Hugo Chávez

HUGO CHAVEZ FRIAS

El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, falleció hoy en Caracas casi tres meses después de operarse por cuarta vez de un cáncer el pasado 11 de diciembre en La Habana, informó hoy el vicepresidente, Nicolás Maduro.

«A las 16.25 hora local (20.55 GMT) de hoy 5 de marzo ha fallecido el comandante presidente Hugo Chávez Frías», informó el vicepresidente venezolano visiblemente afectado en cadena de radio y televisión.